Fight the Zombies (Lauren Jauregui y Tú)

Capítulo 9

-Ve a casa.

-Pero Lau... -trató de oponerse.

-Ve, Sofi, yo me quedaré aquí -la ojiverde abrazó a la niña, dejando un beso en su cabello.

La pequeña castaña la vio; esos bosques verdes aseguraban cansancio, pero aún estaban vivos. Asintió y emprendió su camino hacia su casa. Lauren suspiró viendo a la chica partir. Volvió a sentarse en la banca fuera de la enfermería, esperando noticias de ______. Se sentía responsable de ella, pues había sido ella quien había puesto un arma en la manos de Sofía.

Recostó su cabeza en la pared de la cabaña, junto sus manos sobre su estómago, viendo el cielo estrellado. Era algo difícil de recordar cómo era el mundo antes. Todo era un desastre.

-¿Lauren?

Jenna salió de la cabaña, seguida de ______, quien tenía un vendaje en el hombro. La chica se levantó de inmediato.

-¿Cómo estás?

-Como si hubiera recibido un disparo -sonrió la pelinegra.

La ojiverde se sorprendió. Parecía una nueva chica; pues la de ayer era una chica malhumorada, retadora con todos y seria. Y ahora estaba bromeando con la menor. Tal vez solo había tenido un mal día.

-Será mejor que descanse por lo menos una semana, hasta que la herida empiece a cicatrizar -habló Jenna.

-Esta herida no cicatrizará rápido -intervino la mayor.

-Lo sé, pero a sabiendas de lo que me has dicho ahí dentro querrás irte cuanto antes.

Lauren las miraba confusa.

-Puedes descansar en mi casa.

Ambas voltearon a ver a la ojiverde, a quien le temblaba la pierna. ______ sonrió y se acercó a la chica.

-Bueno, pues enséñame el camino.

Jenna rió.

-No te emociones, mañana hablaré con Jack sobre esto -Lauren comenzó a caminar hacia su casa. La pelinegra la seguía.

La chica no podía negar lo hermosa que era la ojiverde. Era imposible ver a una muchacha preciosa en las condiciones del nuevo mundo. Miraba todo a su alrededor: las casas, los columpios, el césped, los cultivos. Todo parecía Perfecto.

Veía la silueta de Lauren contonearse de un lado a otro, le interesaba demasiado esa chica. Esos ojos verdes le gustaban.

-Es aquí -salió de sus pensamientos al escuchar la voz de la más baja. -Veremos por cuánto tiempo te quedas -la chica abrió la puerta, negando con la cabeza.

La pelinegra pasó a su lado, ingresando a la casa que estaba en total oscuridad. La otra chica cerró la puerta tras ella, encendiendo las luces. Visualizó lo linda que era esa casa, pequeña y acogedora. Lauren caminó hasta la cocina, sirviéndose un vaso de jugo.

-¿Tienes hambre? -preguntó.

Negó.

-Puedes dormir en mi cuarto, o aquí en la sala.

-Dormiré aquí, muñeca -______ se sentó en el sofá, con una ligera mueca de dolor por su hombro. Quitó su guante de cuero izquierdo, pero no se deshizo del derecho.

¿Por qué no se lo quita? Loca.

-No me digas así -dijo la ojiverde frunciendo el ceño. ¿Quién se creía? ¿Muñeca?

-Como digas, fiera.

-Tampoco me digas así -finalizó cruzada de brazos.

-No te molestes, lo siento -la mayor rió bajo.