Capítulo 14

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Lauren abrió los ojos poco a poco. No recordaba lo que había pasado. Y luego sintió ganas de vomitar. Seguía boca arriba, era bastante extenuante. Volteó a ver a todos lados; había atardecido, y agradecía que la noche no hubiera caído aún. Su cabeza había dejado de sangrar, pero había un charco de líquido rojo seco en la tierra.

-Perro.

Buscó con la mirada al pequeño, pero no lo veía por ningún lado, al igual que los dos muertos que estaban antes en el lugar. Solo esperaba que nada le hubiera pasado.

Suspiró, pasando sus manos por su rostro, restregando sus ojos verdes. Vio de nuevo hacia abajo, su cuchillo estaba tirado, ¿cómo mierda iba a cortar la soga que sostenía su tobillo izquierdo? Nada podía ser peor.

Agudizó el oído al escuchar pasos lentos, y gruñidos con ellos. Sí, por supuesto que podía ser peor. El muerto cojeaba acercándose a la ojiverde. Alzó sus manos, tratando de tocarla, pero a penas le tocaba los hombros. Pero Lauren tenía una desventaja (sin contar el hecho que colgaba de un árbol). Su cabello, oscuro, ondulado y largo, caía en picada, siendo inmediatamente tomado por el muerto.

-¡Auch! ¡Suéltame, maldito! -gritó sacudiéndose.

El muerto la tomaba fuerte, haciendo ruidos extraños. Lauren cerró los ojos con fuerza, haciendo una mueca de disgusto, ese tipo apestaba. El maldito abría la boca de vez en cuando para poder morder las manos de la ojiverde que trataban, sin existo, que esa cosa se alejara de su cabello.

-¡Mierda, que me sueltes! -no dejaba de sacudirse. -¡Como baje de aquí y te ponga las manos encima te arrepentirás!

-¿En serio? -se sorprendió al escuchar otra voz. -Colgando de ahí no creo que puedas.

Lauren se asustó, pensando que el muerto le había hablado.

-¡Mierda! ¡Puedes hablar! -gritó aterrorizada, sacudiéndose aún más fuerte, haciendo que varias hojas cayeran del árbol.

-¿Qué? No -escuchó una pequeña risa. -Estoy justo detrás.

La ojiverde trató de ver a través de su cabello y del muerto. ______.

La chica de cabello corto la miraba con una sonrisa burlona. Vestía pantalones negros, botas, camisa celeste y la misma chaqueta hasta las rodillas. Y claro, los guantes de cuero. Llevaba la ballesta en su espalda, al igual que ambos machetes. En sus caderas descansaba una pistola, y junto a ella una mochila roja estaba en la tierra.

-Si sigues sacudiéndote de esa manera solo lograrás que la soga se ajuste más a tu tobillo -dijo la pelinegra recargando su hombro derecho en un árbol.

-¿Vas a ayudarme a bajar?

La chica pareció pensarlo. -Uhm... No.

Lauren bufó. -Al menos mata esta cosa por mi.

-Creo que tampoco quiero hacer eso, debo guardar energías.

-Bien, no ayudes -la ojiverde trató con todas sus fuerzas quitarse al muerto de encima, pero la posición en la que estaba se lo impedía.

De pronto los gruñidos pararon, y dejó de sentir las manos jalando su cabello. Esa cosa cayó al suelo, con una flecha clavada en su cráneo.

-Te dije que no ayuda... -otra flecha atravesó la soga, cortándola y haciendo que Lauren cayera dolorosamente a la tierra. -¡¿Tenías que hacer eso?!

-¿Querías ayuda, o no? -preguntó la otra inocente.

La ojiverde se levantó molesta, tomando su cuchillo. -¡Pudiste hacerlo de una mejor manera!

Fight the Zombies (Lauren Jauregui y Tú) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora