Capitulo 1: ¡La peluca!

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  • Dedicado a Trini Higueras
                                    

-Qué día más lluvioso. – me quejé respecto al clima del día Sábado por la tarde.

Mi nombre es Leah Schwarz, aunque por ahora, sólo me conocen así un par de personas. Todos me conocen por Kim Bone, una de las nuevas cantantes de Alemania. Mi mejor amigo, no es tan solo eso, sino que en mi segunda cara es mi peor enemigo. Bill Kaulitz, así se llama él. Vocalista de una de las bandas más famosas del mundo y la banda del momento. Cuando me encuentro con mi cabello rojizo medio castaño, él es mi mejor amigo, pero en el momento en que estoy sobre el escenario con mi larga cabellera negra azulina, él se transforma en la persona que más odio.

Todo comenzó con un comentario de hace un par de años, antes de que él conociera mi verdadero lado. Mi hermana, por otra parte, como mi gemela, se hizo amiga del hermano de Bill. Ambos éramos gemelos, mi gemela se llama Kamila y su gemelo se llama Tom. Los cuatro tenemos veinte años, Kamila siempre me ayuda a maquillarme antes de ir a un estadio u otro lugar donde me presentaría. Se preguntarán cómo puedo tener el pelo de distintos colores para cada yo. Bueno, en mi guardarropas secreto, tengo muchas pelucas, pero no son las q ocupo para salir a escenario, ya que con el que me presento, es teñido pero verdadero. Las pelucas son las rojizas para mis días normales, cuando Bill y su hermano nos visitan.

-¡Lyh, ábreme que me estoy mojando! – reconocí la voz de mi hermana llamando desde afuera de casa. Hizo sonar el timbre repetidas veces y me encaminé a la puerta. Había tomado una peluca, por las dudas y la llevaba en la mano. Coloqué mi oreja en la puerta y al escuchar que estaba sola, abrí.

-¿Qué hay Kami? – la saludé con un beso en la mejilla mientras la hacía entrar.

-Nada, los gemelos vienen en unos minutos. – me respondió estrujando su larga cabellera negra y fucsia.

Kami era de esas chicas con un estilo no muy definido. Escuchaba todo tipo de música, pero su apariencia perecía un tanto gótica no muy remarcada. Llevaba ropa negra, suelta, para nada ajustada y su cabello comenzaba con la raíz negra, hasta llegar a las puntas fucsias. Usa sólo delineador negro.

-Pero si está lloviendo. – comenté extrañada.

-Sí, dijeron que están aburridos, así es que los invité a casa unos minutos. Aceptaron encantados. – hizo una señal de no tener importancia y se tiró en el sofá del living. Tomó el control del televisor y lo encendió.

-¡Baja tus pies mojados del sofá! – la regañé. Me miró desafiante. – AHORA.

-Mejor me voy a mi habitación. – se levantó del sofá y subió a su habitación dando fuertes pisadas y dejando todo marcado.

-Esa manía de ensuciar todo. – bufé. - ¡Mery! – llamé a la empleada. Ésta llegó a los pocos segundos donde yo estaba.

-¿Qué sucede señorita? – me preguntó amablemente. Dirigió su mirada por el camino que mi gemela había tomado y se rió por lo bajo. – ya entendí. – se dio la media vuelta y luego volvió con un trapero en su mano. Comenzó a limpiar y subí las escaleras. Pasé la puerta del baño, luego la habitación de mi hermana, la puerta de invitados, hasta que llegué a mi dormitorio.

-¿Qué me pongo? – dije abriendo mi guardarropa. Comencé a buscar entre toda mi ropa, hasta que encontré lo más simple. La idea no era impresionar, sino que parecer una chica normal. Me coloqué los vaqueros negros y mi Camiseta roja. Busqué una de las tantas pelucas y me fui a la habitación de Kami. No está, pero bueno. Me quedé esperando unos minutos hasta que sonó el timbre. – Mierda, los gemelos. ¡Mery, abre por favor! – grité tan fuerte que ella debía de escucharme. Sentí como abrían la puerta y luego la cerraban. – Por favor Kami, apúrate en salir del baño, tienes que ayudarme con mi pelo. – comencé a ponerme nerviosa, aunque más de lo que estaba era un poco imposible creerlo.

-Ya llegaron los gemelos. – sonrió al entrar a su habitación.

-¿Enserio? No me di cuenta. – hablé irónica. Su sonrisa desapareció y cambió a una cara que hacía creer que así tendría muy pocos amigos.

-Ayúdame, rápido, por favor. – le entregué la peluca y se acercó más a mí. Comenzó a arreglar mi cabello, hasta que terminó.

-Ya está, ahora, vamos. – me pegó una mini palmada en el hombro y salimos.

-¡Hola!- saludaron amablemente los gemelos cuando nos vieron bajar por las escaleras.

-Hola. -contestamos al unísono a medida que nos acercamos a ellos.

-¿Por qué se demoraron tanto? - preguntó Tom… ¿Con curiosidad?, sí, creo que era eso.  

-Eh… por… eh… dile tú Kami. - le miré deseando que tuviera una buena idea.  

-Eh… es que… mi hermana esta en sus días y tuvo un percance.- Je…yo la mato.

-Ah-contestó Bill, es muy probable que no tengan idea de lo que hablamos, pero… ¡Ay! ¿No pudo decir otra cosa? ; Me acerqué al oído de mi gemela y le susurré en voz un tanto tétrica.

-Me la vas apagar.- ella solo rió como si no tuviera nada que temer.

-Claro, hermanita mayor.-dijo angelicalmente, ella era menor que yo por tan solo cinco minutos.

-¿De qué nos perdemos? - cuestionó el de las trenzas, Tom.

-No, nada, cosas de gemelas. – Alzó los hombros mi hermanita.

-Nosotros igual somos gemelos, díganos. - dijo Bill haciendo ojitos.

-Pero no de nosotras.- le enseñé la lengua con una expresión socarrona.

-¿Veamos una película?- propuso mi gemela con una sonrisa. Ah, pero que buena era para sacarnos de los problemas.

-¡Sí!-aceptamos los cuatro al uní sonoro.

-Una de terror – propuse yo, me gustaba la idea sentarme en el sofá con mi mejor amigo.

-No, yo quiero ver “ScaryMovie” - gritó Tom, por lo cual su gemelo, mi gemela y yo nos sonreírnos con malicia.

-¡Miedoso! – respondimos y reímos los tres a la vez, mientras Tom ponía cara de fastidio.

-Okay, veamos la estúpida película… –Gruño entre dientes el chico de trenzas. Nos dirigimos al living, y nos acomodamos en el sillón grande. Primero se sentó Tom, luego Kami, yo y en la orilla, Bill. Tomé el control de la TV y la encendí, Se encontraba en el canal de música, dando un video de Kim. Pude notar como Bill enterraba las uñas en el brazo del sofá y arrugaba la frente en señal de enojo. 

-¡Mierda, esa Puta, me sale hasta en la sopa! – ¡Auch! Sé que debería de estar acostumbrada ya a sus comentarios de odio hacia mí otro yo, pero dolían y mucho, el odiaba una parte de mí sin saberlo, él odiaba a su mejor amiga. –Cambia la televisión, no tengo la puta gana de verle su cara.-dijo mal humorado o eso dio a entender con su tono de voz.

-Ok. – Respondí aquello bajito y un tanto triste.  

-¿Te pasa algo Lyh? - me miró ya con el rostro normal y sereno.

-No, no, nada. - le intente  sonreír.

-Okay. – Contestó Bill sin creerme mucho. Kami, tan amable  ella;  se levantó a poner la película y como solíamos hacer siempre, yo me acurrucaba sobre Bill mientras lo abrazaba, hasta terminar sentada sobre sus piernas y bueno  siendo sinceros cualquiera que no nos conociera bien diría que somos novios.

Sweet or Devil Twins?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora