Sonrisa triunfante

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D: Macarena para mí es mi hermana, es mi confidente, mi vida. Cuando las cosas se pusieron feas entre mis familiares ella fue la única que estuvo noche sí y noche también. Se ofreció para quedarme en su casa hasta que se calmaran las cosas. Ella sufrió mucho por amor y que una vez la vea feliz con alguien y Zulema se deje besar o le haya besado sacó mi demonio.

S: Fui a paso ligero para frenar a Diana, pero fue en vano.

D: Cogí del brazo a Maca y le susurré. -Acabo de ver a Zulema y Verónica besarse.-

M: - ¿Qué, estás segura?- Fue cuando vi la cara de decepción de Saray. Me di la vuelta recogí todas mis cosas y me dirigí a clase.

Z: Salí tras Saray pero Verónica me detuvo.

V: Zulema déjalo. No hace falta dar explicaciones, es cuestión de inercia. Yo te atraigo y tú también.

Z: Verónica se atrevió a acariciarme los brazos.

-Te juro que como Maca me deje por esto. Te voy a hacer la puta vida imposible aquí dentro y fuera.-

El recreo pasó volando y cuando el timbre tocó me dirigí al sitio de mi rubia. Necesitaba aclarar qué fue lo que realmente pasó.

M: -Zulema, me importa una mierda qué fue lo que pasó, lo que si que sé es que desde que llegó tu no le has quitado la mirada de encima. Asi qu...- yo sin poder seguir con mi argumento, zulema me besó. Mis labios los rechazó al instante, no podía, quería, pero me permitiría más dolor.

P: Señoritas el cariño para después de clases. Por favor Zulema, siéntate en tu sitio.

V: Vi toda la escena con orgullo. La chica esa no me había hecho nada, pero cuando quiero algo lo consigo. Cueste lo que cueste. Me tenga que llevar por delante a quien sea.

Las siguientes horas fueron un caso perdido en intentar hablar con Macarena, siempre esquivaba mi mirada e incluso me ignoraba.

F: -Saray, no entiendo a mi hermana...no sé que le pasa. Por una persona buena que muestra interés del bueno y ella la caga.-

S: -¿Tú no te habrás creído que de verdad Zulema hubiera hecho esto, no?- Sé que la primera impresión fue de que no hubiera apreciado todo lo que hice por ella, pero es mi hermana y yo la creo. Además por qué alguien estaría grabando el momento.

D: Lo único que sé es que yo apoyo a Macarena. Y mi vida, no voy a permitir que tu hermana se acerque a mi mejor amiga de nuevo. No puedo soportar verla llorar más.

F: Amor, hablaré con ella y le ayudaré a que se arreglen.

S: Lo único que sé es que por ahí viene la serpiente de Verónica con su super coleta y su cuerpo de mierda provocando a todos.

F: Arrg que asco.

M: Fui la primera en salir del vestuario, no quería hacer ejercicio, pero supongo que será lo mejor.

Z: Después de que el profe nos dijera el recorrido de resistencia que había que hacer, vi a Macarena subirse las mayas encajando su precioso culo y agarrándose el pelo en un moño, como los de estar por casa.

M: La clase sería hacer un calentamiento general y luego carrera continua durante 35 minutos. Salimos al parque que había enfrente del instituto y nos pusimos todos en una línea. Antes de salir, Verónica se colocó a mi lado y me susurró al oído con su típica sonrisa triunfante.

V: Si no te quitas tú del camino, lo haré yo.

M: Sin prestarle más atención, le di a Play a mi lista de reproducción y comencé a correr. La verdad tenía mucha resistencia física y sacaría un 10.

Quedaban 3 minutos cuando en la última vuelta solo quedaban Macarena, Zulema, Verónica, y dos chicos más.

Z: Durante toda la carrera intenté alcanzar a la rubia, pero por mucho que le hablara ella no me escuchaba.

V: -Pasa de ella, si te quisiera, mínimo te hubiera escuchado. Pero, ya vemos que es verdad lo que dicen sobre las rubias.- Sentí que ya no podía más físicamente, cuando noté que Macarena nos iba a dar la tercera vuelta. Me frené en seco e hice que se cayera de una manera muy brusca de lado.

Z: -¿QUÉ TE PASA SUBNORMAL?- dije con la intención de ayudar a Maca.

M: -Ostias...-  Sentí como si una energía inhumana me hubiera empujado. Caí de lado y con la velocidad a la que iba me torcí el tobillo derecho, me rompí las mallas y me hice unos cuantos rasguños en las extremidades.

V: Ay, lo siento rubia, no te ví. Ibas tan rápido que no sabía que veías. Yo me iba a retirar, por eso me moví.- le dije con mi cara más inocente.

S: Cuando vi a la rubia en el suelo sangrando, sacando fuerzas de donde no me quedaban fui corriendo a su encuentro. -Ey, rubiales que te me matas.- dije levantando en brazos para tumbarla en un banco.

Después de salir de enfermería me dirigí a casa. Llegué muy dolorida y con el corazón en dos. Me hice de comer y me senté en el sofá. Me puse a ver Netflix cuando una notificación iluminó la pantalla de mi móvil. Mi móvil empezó a sonar repetidamente y fue cuando lo desbloquee y entré a instagram...

Aceptamos el amor que creemos merecerDonde viven las historias. Descúbrelo ahora