Z: ¿Maca, me acompañas a por un vaso de agua?
M: Claro
Cuando llegamos a la cocina, Zulema cerró las puertas y se sentó en el taburete de enfrente.
Z: Esperaba eso hace mucho tiempo.
M: Quiero ser sincera, yo me moría de ganas. ¿Te gustó tu primer beso?
Z: Me dio mucha vergüenza al principio, todos nos miraban.
M: -¿Y ahora que no hay nadie...?- dije mientras rodeaba la encimera y me quedaba a su lado y rizaba su pelo con mi dedo índice.
Z: Es que...me da vergüenza...Quería dar el paso yo, pero no sé cómo.
M: -¿Por qué eres tan mona?- dije sentándome en su regazo y pasando mi brazo por detrás suya.
Z: Mi respiración se aceleró muchísimo tanto, que Maca me dijo que me relajara y que cerrara los ojos.
Ver tan entregada a Zulema me puso muchísimo pero me tenía que relajar. Comencé a dibujar sus labios con mi índice en el aire sin tocarla. Luego pasé un mechón de su pelo y lo coloqué en su oreja derecha y con mi mano acaricié su mejilla. -¿Lista?- dije a pocos centímetros de su boca y esto erizó la piel de Zulema.
-s..sí.- dije temblando. Maca me hacía sentir muy inexperta y nerviosa. Abrí los ojos como acto reflejo y la vi muy cerca de mi.
Maca dejó escapar una risita nasal y me acarició el brazo. Cuando me relajé, Maca inclinó su cabeza un poco y juntó sus labios con los míos. En ese momento solo me enfocaba en el movimiento de sus labios, y los copiaba. Ella colocó su mano en mi nuca y me acercó más a ella.
Mi mente solo quería una cosa, más. Quería más de ella. Después de unos segundos, la noté más entregada y coloqué mi mano en su nuca y por segunda vez, le di a entender que quería más. Cuando Zulema pasó su lengua tímidamente, la atrapé lentamente.
-¿Lo estoy haciendo fatal, verdad?-
-No.- Levanté a Zulema en brazos y la dejé contra la pared.
-Joder con la rubia...- dije dejando mis manos en su cadera...
-Es que...me pones mucho.- dije cogiéndola de la cintura.
Subí la pierna de Zulema a mi cadera, y cuando la cosa se puso bastante interesante...¿quién vino a interrumpir?
-Ostias, lo siento, lo siento.-
Zulema se llevó la mano a la frente y negó riendo. -Gitana qué coño quieres. ¿No nos puedes dejar solas un puto rato?-
-Venía a por agua, pensé que os habíais ido a un sitio más íntimo.-
Maca me miró con algo de vergüenza y me retiré.
-¿Por dónde íbamos?- dije pasando mi dedo índice por su labio haciendo que volviese a su estado normal e hiciera un sonido muy gracioso que hizo sonrojar a Zulema.
Cuando Maca quiso volver a besarme, le puse el dedo en los labios. -¿Maca, podemos ir más despacio?- me sentía muy avergonzada y nerviosa.
-Claro. Como me digas. Me voy a dormir, tengo un sueño que flipas- Le di un pico y me fui de la cocina a mi cuarto.
Cuando salí de la cocina todos me miraron y seguimos con preguntas salseantes.
Cuando todos poco a poco caíamos, decidí fumarme un piti. Pensé en aquel beso en el segundo, el primero fue muy rápido. Se hizo bastante tarde y fui a la habitación.
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Aceptamos el amor que creemos merecer
RomansaVarias relaciones que por destino deben romper y juntarse con quien menos lo esperan o quieren. El amor casi nunca es correspondido, pero..¿qué pasa si en vez de juzgar y negar, te dejas llevar hasta el final?