Narra Tn
Estábamos —yo y Michael— en la cocina. Preparando el almuerzo, que pronto sería la hora de comer. Estaba algo caliente, sentía ganas de hacerle tantas cosas pervertidas a mi bebé que no creo que pudiera contenerme por mucho tiempo. Michael pasó frente a mí... Joder...
—Quisiera ser bombero para agarrarte la manguera. Salió de mí y reí cómo toda una perra pervertida.
—él rio conmigo—. No entendí el chiste. Me miró confundido con esa carita tan buena que tiene.
—Eres muy inocente para este mundo, bebé. Sonreí inconscientemente.
—¿Y que significa eso, nena? Me preguntó sentándose en una silla frente a mí.
Me miraba con esos ojos tan tiernos y bellos, que era imposible no sentirse tentados por ellos, siempre tan profundos, siempre me perdía en ellos cada vez que lo veía, todo eran tan mágico en él.
—Nada. Le respondí mirando hacia otro lado.
—¿Bien? Dijo él aún más confuso que antes. Ayy si supiera lo que le dije, de seguro estaría cómo un tomatito ahora.
...Estaba en la habitación, acostada en el cama viendo mi celular, lo normal; de repente, Michael entró corriendo a la habitación, se le veía emocionado y algo adormecido. Se subió a la cama, se acostó a mi lado y se acercó a mí. Su presencia era cálida.
—Ya es hora de tomar mi lechita, nena. Me recordó sonriendo inocentemente.
—revisé mi reloj, procurándome de que lo que había dicho fuere cierto, aunque ya lo sabía, siempre era tan puntual con su lechita. Aunque apenas faltaren cinco minutos—. ¿Tan pronto, bebé? Lo miré.
—Vamos, nena —hizo una carita tierna. Dios... siempre me lograba convencer con éso—. Quiero mi lechita, no puedo dormir. Me comentó haciendo un puchero.
—Mmm... —pensé—. Bien, pero después quiero que te duermas. Decidí.
—Sí, nena. Respondió sumiso.
Él se acomodó encima mío, quitó mi blusa entre caricias y besos, se sentía tan jodidamente bien cuando él estaba encima mío, dominando la situación. Besaba mi cuello, dejando unas cuantas marcas, sé que le encanta marcarme. Bajó por mi abdomen siguiendo con sus cálidas caricias, retiró mi pantalón y bragas, dejándome casi desnuda.
Su lengua descendió hasta mi feminidad, comenzó a lamerla, con cada lamida que daba sentía cómo su lengua jugaba con mi débil feminidad.
—Aaahh... Michael. Gemía de placer.
Seguía lamiéndolo, pasaba su lengua húmeda por mi clítoris una y otra vez, me volvía loca con esos movimientos tan candentes de lengua.
—Ummm... Seguí jadeando.
Pronto me corrí por la excitación, él bebió todos mis fluidos usando su lengua, tal vez algo se le había quedado en el labio, pero rápidamente lo lamía. Se le veía desesperado por tomar cada porción de los ir salió de mí, sé que le gustaba éso, ya que él mismo me lo dijo alguna vez.
—Mmmm... —gimió para después lamer sus labios, subió hasta mi pecho—. Que rico —habló, sonrió y acomodó su cabeza sobre mis senos—. Ooh. bostezó y comenzó a cerrar sus ojos con cansancio.
—Buenas noches, bebé. Le dije y acaricié su cabeza con cariño.
A él le gustaba mucho dormirse en mi pecho y que acariciará su cabeza, así lograba que se quedará profundamente dormido.
Días después...
—¿Porque lo hiciste, bebé? Le cuestioné en forma de regaño.
—Y-yo no hice n-nada, nena. Dijo Michael con un tartamudeo nervioso, su forma de hablar lo delataba.
—No seas mentiroso, bebé —sonreí al ver que pensaba que me engañaría con esa tierna voz—. Tienes la cara llena de chocolate. Le encaré.
—suspiró dándose por vencido—. Bien, sí —me miró con una carita adorable—. Yo lo hice —puso su cabizbaja—. Yo fui quien se comió la Nutella que había en la alacena. Admitió arrepentido por su acto.
—¿Ves? No es tan difícil decir la verdad. Hablé tomando con gentileza su mejilla.
—Entonces, ¿No estás enojada conmigo? Me cuestionó feliz, pensando que se escaparía de esta sin ser castigado.
—Claro que.... Sí, bebé —sonreí malévola—. Es por éso que voy a castigarte. Dije tratando de no soltar una risa al ver su carita.
—P-pero, nena. Estaba a punto de rogarme, cuando lo interrumpí.
—Te quedarás una semana sin lechita, sin dormir conmigo y sin comer Nutella —él se hallaba algo triste—. ¿Te quedó claro, bebé?
—Sí —me afirmó en un tono bajo—. Puedo soportar lo de la Nutella —me observó—. Pero no voy a poder soportar toda una semana sin dormir contigo —hizo un puchero—. No voy a poder soportarlo. Repitió con debilidad.
—Para que pienses dos veces antes de comerte la Nutella la siguiente vez. Le reproché sonriendo un poco. Pero por dentro sabía que yo tampoco aguantaría el no estar cerca de él por las noches.
...
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Imaginas: Imagina Con Michael Jackson [#1]
أدب الهواة❝Qué tal si me complaces un poco, pequeña❞. [Saga Imaginas] ❝Nuevas historias para nuevas moonwalkers pervertidas❞. ... Esta historia contiene escenas explícitas. Leer bajo su propia responsabilidad. ... {#1 en reydelpop} 22/06/2021 {#12 en relato}...