Love & Passion [Draco Malfoy]

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Draco Malfoy.

Comíamos en el gran comedor, todo estaba bien hasta que escuchamos a Umbridge pelear con McGonagall.

—Perdóneme, profesora, ¿pero qué insinúa?— dijo. Parecía estar ofendida.

—Solo le pido que tratándose de mis estudiantes de atenga a las medidas disciplinarias comunes— respondió McGonagall.

Fuimos hacia donde estaban.

Lia Shallow.

—Parece absurdo, pero suena a que estas cuestionando mi autoridad en mi salón de clases, Minerva— dijo subiendo un escalón.

—En lo absoluto, Dolores. Solo tus métodos medievales.

—¿De qué crees que hable?— me preguntó Draco en un susurro.

—No lo sé— mentí.

—Lo lamento, querida. — dijo el sapo rosa de Umbridge— Pero cuestionar mis métodos es cuestionar al Ministerio y, por consiguiente, al mismo ministro. Soy una mujer tolerante— escuché a Draco hablar con Goyle y estar de acuerdo, ahí confirme que decirle lo del castigo de Umbridge era muy mala idea—pero la única cosa que no soportaré es la deslealtad.

—La deslealtad— susurró McGonagall.

—Las cosas en Hogwarts están mucho peor de lo que temía— nos dijo a todos—. Cornelius va a querer tomar acción inmediata.

***

Vimos a Filch poner una especie de cuadro que decía que ahora el sapo rosa era la directora del colegio.

—Qué— murmuré.

—Que bueno ¿no?— comentó Draco—. Ya era hora de que alguien que valiera la pena estuviera al cargo. Yo palidecí. No. No quería que ella estuviera. —¿Lia, estas bien?

Asentí y me fui rápidamente de ahí.

***

Todos estábamos en clase de adivinación cuando escuchamos de ir a Umbridge.

—Solo una pregunta, querida. — dijo con una sonrisa—¿Cuanto tiempo llevas en este puesto?

***

—¿Solicitaste el puesto de Defensa Contra Las Artes Oscuras?— preguntó el sapo rosa a Snape.

El profesor me caía bien, es decir, podía parecer indiferente a todo o con ganas de golpear a todo el mundo pero de todas formas era una buena persona.

—Si— respondió Snape con su normal tono serio.

—¿Pero no tuviste éxito?

—Evidentemente.

***

Umbridge había puesto ya demasiadas reglas. Me enojaba pero no podía hacer nada. Aún me dolía la mano, creo que debí haber ido con Madame Pomfrey pero ya es tarde.

Había un revoltijo de alumnos, al parecer la cara de sapo rosada estaba despidiendo a la profesora Trelawney. Todos observábamos tristes y serios el momento, no era mi profesora favorita pero no merecía ser despedida.

—He vivido y enseñado aquí dieciséis años. ¡Hogwarts es mi hogar!— dijo llorando—¡No puede hacer esto!

—La verdad, si puedo— dijo sonriendo y le mostró un papel.

McGonagall fue para ayudar a la ahora ex-profesora mientras lloraba. Hice una mueca preocupada. Después llegó Draco abrazándome por la cintura.

—Hola preciosa— susurró.

—Hola— le dije y sonreí, el me devolvió una sonrisa embobada y apoyó su mentón en mi cabeza.

—¿Te gustaría decir algo?— preguntó Umbridge.

—Oh, me gustaría de ir varias cosas.

El sapo rosado la vio como si le tuviera lástima. Entonces las puertas se abrieron y apareció Dumbledore.

Esto era terrible.

Draco Malfoy.

Estaba en mi habitación, Lia aún no llegaba ya que Umbridge estaba interrogando a los alumnos. Ella me preocupaba, es decir, nunca la había visto tan nerviosa y callada. Casi no comía, y ocultaba sus manos.

Creí que era porque Umbridge la había castigado unas cuantas veces, pero no creo que haya sido algo tan grave por lo que supuse que sería otra cosa.

Miles de pensamientos pasaron por mi mente.

¿Y si quería terminar conmigo?

¿Acaso se había enamorado de otro?

Me enojé al pensar eso pero al verla entrar tan vulnerable se me encogió en corazón. Entró a mi habitación cabizbaja y haciendo todo más lento y apagado de lo normal.

Cuando llego a la cama me acerqué a ella y levanté su mentón. Tenía los ojos vidriosos, fruncí el ceño y la abracé.

—¿Estás bien?— le pregunté.

—Si, solo...— se detuvo—. ¿Quieres terminar conmigo?

La miré incrédulo—No, ¿por qué haría eso?— tome su cara entre mis manos con suavidad—. Lia, eres lo mejor que me ha pasado en la vida. Yo también se que soy lo mejor que te ha pasado en la vida, es decir mírame— dije sonando arrogante para que se riera y ella lo hizo.

—¿Me quieres?— preguntó.

—No, Lia. Te amo— besé suavemente sus labios.

Ella pasó sus brazos al rededor de mi cuello y me atrajo más a ella, si eso era posible. Cuando nos separamos, cada uno se puso lo que usaba para dormir. Yo solo quede en bóxers, y ella tenía una camisa corta que le dejaba al descubierto el abdomen con un pantalón de pijama suelto.

Se veía hermosa, y era hermosa.

Sonreí al sentir como se acotaba al lado mío. Me acerqué a ella y la abracé, acostó su cabeza en mi pecho y entrelazó nuestras piernas. Yo puse una mano en su nalga proporcionando caricias suaves ahí y la otra en su cintura acercándola más a mi.

Y así nos dormimos.

***

Me había unido a la brigada de Umbridge junto con muchos de Slytherin. Lia no quiso hacerlo, decía que Umbridge la odiaba; yo creo que esta exagerando, no es como que le haya hecho daño o algo parecido. De todas formas, hemos estado juntos en las noches y algunas veces del día. Umbridge no lo sabe.

He estado buscando, junto con la brigada, el cuarto donde se esconden Pottah y sus amigos pero no lo hemos encontrado. O si lo encontrábamos se convertía en otra habitación. La última vez se volvió un cuarto de conserje.

Lia Shallow.

Iba caminando hacía la biblioteca hasta que sentí que me jalaban del brazo. Era Pansy Parkinson, me llevó hasta donde estaban el sapo rosa y la brigada. Al parecer habían encontrado el cuerpo que tanto habían buscado, según me dijo Draco.

—¡La encontré a ella tratando de escapar!— exclamo y la miré incrédula.

—¿Escapar de qué? ¿De que hablas?— le dije con clara confusión.

—No te hagas, Lia. Estabas corriendo lejos de la habitación de Potter para que no te descubrieran.

—¡¿Descubrir qué?!— pregunté desesperada.

—Confiaba en ti— escuche decir a Draco mientras se iba a no se donde.

¿De que estaba hablando?