Love & Passion [Draco Malfoy]

𝙴𝙻 𝙱𝙰𝙸𝙻𝙴

Draco Malfoy.

Hace unos minutos nos habían dicho que se iba a celebrar un baile. Miré a Lia quien hablaba animadamente con Theo. Me acerqué a ellos, estaba decidido a invitarla.

—Lia— la llamé.

Ella volteó y me sonrió como solo ella sabía—. Hola, ¿qué pasa? Te ves como nervioso.

—Emm, si. Quería preguntarte algo— miré a Theo—, a solas.

—No te preocupes, yo ya me iba— dijo Theo y se fue.

—¿Y bien? Dime.

—¿Q-Quisieras...— vamos Malfoy no tartamudees. Ella me miraba confundida y expectante. Tenía que ser valiente, porque aunque esa fuera una de las características de los idiotas de Gryffindor, me volvería uno de ellos para lograr invitarla—. ¿Quisieras ir al baile de navidad conmigo?

—Si, claro— me regaló una sonrisa tranquilizante que me relajó por completo.

Me acerqué a ella y la abracé por la cintura dándole vueltas por los aires. Ella reía, cuando me detuve la besé.

Sus manos viajaron a mi cabello dejando tirones que se sentían demasiado bien para ser reales y las mías pasaron a sus mejillas tomándolas delicadamente. Cuando nos separamos ella abrió sus hermosos ojos lentamente.

Sus mejillas sonrojadas por el frío, su cabello con algunos copos de nieve que la hacían lucir más hermosa de lo que debería y el uniforme de Slytherin que le quedaba tan bien que debería ser delito.

—¿Escucharon que a Cho la invitó Cedric?— escuché decir a alguien y mi sonrisa se ensanchó.

La verdad es que había visto a Lia unas cuantas veces con el, y eso arruinaba mi humor, o al menos hasta que ella llegaba y lo cambiaba. ¿De nuevo estaba celoso? Si, y empezaba a creer que no era sano. Es decir, querer que cada chico que no sea yo y que se le acerque a Lia desaparezca no era normal ¿no?

En fin, ella me hacía ser una persona que no era antes. Y no sabía si eso era mejor o peor.

***

Lia Shallow.

Bajaba por las escaleras hacia Draco, quien me esperaba para ir al baile. Al verme una chispa de no se que apareció en sus ojos y una sonrisa tonta se instaló en su cara, me sonrojé ante eso.

—Hola, ¿me veo bien?— pregunté insegura.

Llevaba un vestido negro corto hasta el muslo que era suelto de la cintura para abajo, también tenía un escote algo pronunciado junto con los hombros descubiertos y manga corta. Según las demás chicas me veía muy bien, pero no estaba segura por algunas miradas enojadas que me daban algunas.

Asintió y tragó en seco—. Más que bien, estas hermosa— aseguró.

—Si tú lo dices...— comenté no muy segura.

El beso mis labios corta pero cálidamente. Una sensación agradable se instaló en mi pecho como siempre que estaba con él.

—No dudes de tu belleza, Lia. Eres la chica más hermosa que conozco y que conoceré, el que te diga lo contrario es mentiroso.

Sonreí y fuimos al baile.

***

Draco Malfoy.

Estábamos en el baile. Lia y yo reímos al ver a la comadreja de Weasley vestida como si estuviera en la prehistoria.

Y hablando de ella, se veía hermosa. No entendía como alguien podía ser tan perfecta, bella y única al mismo tiempo; pero no me quejaba.

Mi novia era y sería la mujer más hermosa que halla visto nunca.

Novia... que bien suena.

Las puertas se abrieron y los ganadores entraron. Me sorprendió ver a la sangre sucia de Granger con Krum, pero no quise hacer ningún mal comentario sobre eso, no quería que Lia se enojara.

—¿Quieres bailar?— le pregunté y ella asintió.

Puse mi mano en su cintura y salimos a la pista de baile, mientras bailábamos no pude dejar de mirarla. Pude burlarme de lo mal bailarín que era Pottah, o que Granger bailaba con el pelón (un apodo que le puse cuando estaba celoso) de Krum. Pero no lo hice, ya no valía la pena. No quería dejar de disfrutar cada minuto con ella.

Su sonrisa, la risa que soltaba cuando chocábamos con Potter y también cuando la levantaba como parte del baile, sus ojos mirando los míos, y sus labios... mierda, me tenía loco con sus labios.

Rosados, carnosos y dulces. Cada vez que la besaba sentía que llegaba al paraíso y volvía. Era como si fuera mi amortentia, y de hecho, lo era.

Puede que estuviera obsesionado con ella, que estuviera enamorado de ella, que estuviera amándola; o todo eso junto.

Pero de lo que estaba seguro es que todo se trataba de ella.

Mi vida.

Mi amor.

Mi todo.