𝟏𝟗

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–Iré a lavarme la cara– Adeline se separó de mi para salir de la cama dejándome ver una vez más su cuerpo expuesto. Recogió algo del piso, vi como entre sus manos estaba mi sudadera y se la colocó para entrar al baño.

Pase las manos por mi cara tratando de asimilar todo lo que acaba de pasar. ¿Es real? La mujer que me gusta y que le he escrito una canción ¿Se entregó a mi? Si ésto es un sueño no quiero despertar. Sacudí mi cabeza despejando esos pensamientos y encendí la televisión que estaba frente a la cama, tomé el teléfono para pedir algo del room service y Adeline pudiera cenar.

Instantes después ella salió del baño desmaquillada y con el cabello recogido en una coleta. Estire mi mano para que la tomara y subiera a la cama.

–¿Qué ves?– Preguntó refiriéndose a la televisión.

–Nada en realidad ¿Quieres ver algo?

–No– Se metió de nuevo entre las sábanas y se abrazó a mi cuerpo, pase mi brazo por sus hombros y besé su cabello–¿Mañana tienes el día libre?

–Si, ¿Por?

–Iré a Bakersfield por ropa ¿Me quieres acompañar?

–Claro que sí.

Nos quedamos en silencio otra vez viendo la pantalla frente a nosotros, en realidad no tenía ni la menor idea de lo que estaban dando, pero parece ser un documental.

Varios minutos después tocaron la puerta avisando que el room service había llegado. Me separé de Adeline para tomar mi bóxer e ir a abrir. Tomé la bandeja entre mis manos agradeciéndole al personal e ingresé nuevamente a la habitación. Una Adeline muy sonriente me veía fijamente sentada desde la cama, puse la bandeja sobre está y tomé asiento nuevamente a su lado.

–No iba a permitir que te quedaras sin cenar.

–Gracias– Acaricié su mejilla y nos dispusimos a comer.

Después de hacerlo vimos unos momentos más la televisión hasta que Adeline me dijo que quería dormir ya, al igual que yo. Apague el monitor y la única lámpara que estaba encendida, entre la obscuridad vi como se quitaba mi sudadera para así no tener ningún tipo de ropa que la cubriera  y me buscó para abrazarme y pegarse a mi, sus pechos quedaron sobre el mío y su cara en mi cuello, fue así como quedamos dormidos.

Un teléfono sonando hizo que me despertara, inspeccione la habitación tratando de adivinar de dónde provenía el sonido, lo ví en el buró de lado de Adeline, quien estaba boca abajo durmiendo tranquilamente. Estire mi brazo con cuidado para no moverla y tomé el celular para ver que quien llamaba era Amy. Me tomé la libertad de contestar pensando en que puede estar preocupada por su amiga, pues desde anoche no la ve.

–Hola Amy, ¿Qué pasa?

–Ay Dios eres tú. ¿Cómo qué que pasa? ¿Dónde está mi amiga? ¿Y por qué me contestas tu?

–Está dormida. Ayer cuando me acompañó a mi habitación dijo estar muy cansada y se quedó dormida– Mentí para no divulgar lo sucedido de ayer.

–Ay si pobre, tiene el sueño muy atrasado– Me reí ligeramente al notar que me creyó– Bueno, se que esta en buenas manos y no me preocupo más. Le dices por favor que Chloe ya consiguió quien la lleve a su casa y que vienen aquí por ella a las dos.

–Tu no te preocupes, yo le doy el aviso. Hasta luego– Colgué sin esperar a que respondiera y vi la hora en la pantalla, aún era muy temprano por lo que tomé mi celular para poner una alarma, así lo hice y pude ver que mi celular tenían varios mensajes de la noche anterior preguntando mis amigos que dónde estaba, los ignoré aún más y me acomode para volver a dormir.

Ahora la alarma fue quien me despertó, la apagué y volteé en dirección a Adeline para no encontrarla dónde debería. Me levanté en dirección al baño pensando que ahí la iba a encontrar.

–¿Adeline estás?– Toqué la puerta un par de veces.

–Si, puedes pasar.

Abrí la puerta para encontrarla con el cabello mojado, con una de las sudaderas que le di y maquillandose frente al espejo. Desvió la mirada de su reflejo y me vió.

–¿Dormiste bien?– Preguntó.

–Sí, muy bien ¿Y tu?– Me puse a su lado para poder lavarme los dientes.

–Hacia mucho que no descansaba tan bien– Se recargó dándole la espalda al espejo viéndo mis movimientos.

Terminé de lavarme y la tomé por la cintura para besar sus labios pero me detuvo poniendo su mano sobre mi boca, elevé una ceja ante su acción.

–Vas a arruinar mi labial– Habló arrogante pero a la vez divertida y dio un beso en mi mejilla dejando sus labios marcados.

–Me lo quiero tatuar– Aprecie la marca en el espejo.

–Ay por Dios– Palmeó mi espalda y salió del baño. Salí detrás de ella.

–Amy te habló. Contesté y me pidió que te dijera que alguien vendrá por ti a las dos para llevarte a casa.

–Por nosotros querrás decir– Vio la pantalla de su teléfono y volvió a hablar– Tienes menos de una hora para que estés listo– Dijo sonriendo falsamente.

–Me bañaré ahora mismo– Me metí de nuevo al baño cerrando la puerta detrás de mi.


–¿Quieres pasar por algo para desayunar o te esperas a llegar a mi casa?– Puso una mano sobre mi pierna– Son casi dos horas de camino.

–Yo no tengo hambre por ahora, si tu quieres algo vamos.

Su celular comenzó a sonar interrumpiendo lo que iba a decir.

–¿Qué pasa?– Contestó– No, aún no me voy sigo afuera del hotel. Si está bien aquí te espero, rápido– Colgó la llamada– Era Amy, me va a dar las cosas que dejé en su carro– Me explicó. A los minutos llegó y Adeline salió del carro para ir con ella.

–Ya nos podemos ir– Le dijo al chófer una vez que subió y él solo asintió.

No les voy a mentir, quedé dormido a los minutos que el viaje empezó, cuándo desperté noté que estaba acostado y mi cabeza descansaba en las piernas de Adeline. Giré mi mirada a ella y agachó su cabeza para verme regalandome una sonrisa.

–¿Descansaste?– Acarició mi frente y cabello– Parece ser que anoche te agitaste mucho.

–La verdad que si ¿Tú no?– Seguí su juego.

–No– Negó con su cabeza– No hice nada que me dejara cansada.

–¿No?– Arqueé una de mis cejas y volvió a negar para después reírnos– ¿Todavía falta para llegar?

–No, acabamos de entrar a Bakersfield. Estamos a nada de llegar.

Asentí y me volví a acomodar acostandome en mi oreja dejando mi nariz en su estómago.

sanctuary // joji  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora