sanctuary // joji

𝟐𝟔

-Camina- Las manos y voz de Joji me guiaban, no podía ver debido a que al chico se le ocurrió vendarme los ojos para darme mi sorpresa- ¡Con cuidado Adeline!- Me regañó riendo cuando mi pie se resbaló haciendo que casi cayera.

-Perdón, perdón, perdón- Me disculpé- Es difícil caminar sin ver y con tacones.

-Pues para que te pones tacones.

-Tu me dijiste que me vistiera formal, cállate.

En un movimiento rápido sentí como Joji me cargó en brazos llevándome a lo aún desconocido para mi. Como pude encontré su cuello y lo rodeé con mi brazo.

-Gracias- Pegué mi cabeza a su mejilla dejándome oír un quejido de su parte.

-Me pegaste en el ojo- Mi mano buscó su ojo para acariciarlo- Ahora lo picaste, aleja tus manos de mi rostro por favor.

-Perdón amor- Dejé mi mano quieta sobre mis piernas hasta que Joji me bajó de nuevo.

-Ahora si, por favor no te muevas porqué te mueves y te caes- Me reí negando.

-George, por favor tu. Ya quítame ésto- Rogué soltando un jadeo.

-Espera un par de horas más, aún es temprano Line- Entendí su doble sentido y maldecí por lo bajo.

Volví a oler su perfume lo cual significaba que esta cerca, estire mis brazos y mis manos chocaron con lo que quiero creer es era su abdomen.

-Ya voy, ya voy, relájate- Sus dedos rozaron mi frente cuando comenzó a bajar el pedazo de tela que cubría mis ojos.

Una vez que lo retiró por completó esperé unos segundos para abrir los ojos y acostumbrarme a la poca luz que había en el lugar.

Una mesa decorada con flores y velas tanto arriba de ella como debajo rodeandola, se encontraba al pie de nosotros. Sonreí volteando a ver a Joji quién estaba de traje.

-Es algo sencillo y muy cliché, pero lo preparé con mucho cariño.

-Todo lo que venga de ti me va a encantar, ésto no será la excepción- Me lancé a él para abrazarlo- Te ves precioso- Pasé mi mano por su saco.

-Tu no te quedas atrás, cariño.

Me guió a una de las sillas con una de sus manos en mi espalda baja, sacó la silla para que tomara asiento y eso hice, acto seguido lo hizo él. Extendí mi mano sobre la mesa para tomar la suya.

-Buenas noches dama y ¿caballero?- Un muy bien vestido Brian salió de alguna parte del lugar haciéndome reir- Aquí al señor no pudo costear un mesero y es por eso que yo, como buen amigo le estoy haciendo el favor- Me explicó- El menú de está noche consta de pollo parmesano acompañado de una pasta, deliciosa. La especialidad de la casa- Guiño un ojo- Y como no hay nada más me temo que eso es lo que les traeré. Con permiso.

Se fue sin dejarnos emitir alguna palabra.

-¿Qué te traes George Kusunoki Miller?- Elevé mi ceja.

-Nada, Adeline Morgan Reed- Me sonrió- Siempre pensé que tu apellido era Morgan- Negué.

-Todos piensan eso- Suspiré analizándolo con la mirada- Nuestro primer encuentro fue un tanto extraño ¿No?

-Sí. Me conociste sin camisa, dos horas después me llevaste la cena hasta el hotel para que minutos más tarde estuviéramos hablando a través de la puerta del baño- Reíamos negando con la cabeza.

-Pero no cambiaría nada de lo que pasó, creo mucho en el destino y en el porqué de las cosas- Entrelacé nuestras manos- Gracias por llegar a mi vida, Miller.