BEST YEARS | Luke Hemmings

6. no preguntes tanto abi, déjate sorprender

—¿Ya terminaste de empacar? —preguntó Luke asomando su cabeza por el marco de la puerta.

—Casi, solo me falta guardar un par de cosas, ¿puedes recordarme por qué es que tenemos que viajar con urgencia a Australia? —le pregunté enarcando una ceja.

—Cosas de la banda, los chicos también vienen —se encogió de hombros.

—Mmm está bien, solo 3 días ¿no?

—Sip, no será más de eso.

Luego de ese comentario de formó un silencio un tanto incómodo en la habitación, la cuestión es la siguiente, desde hace semanas Luke había estado comportándose de manera muy extraña conmigo, no hablábamos, me evitaba, llegaba tarde a casa, a veces se quedaba dormido en el sofá en vez de subir al cuarto y tampoco habíamos hecho nada de nada. Habíamos tenido miles de discusiones al respecto pero casi siempre me dejaba hablando sola diciéndome que no le pasaba nada, no tenía el más mínimo interés en solucionar los problemas que estábamos teniendo porque se negaba a que existía uno en primer lugar, por eso me había sorprendido tanto cuando se presentó hoy temprano en la casa y me pidió que empacara porque nos íbamos a Australia por la tarde.

—Bueno eh, yo voy a salir a comprar unas cosas para el viaje, avísame ni necesitas algo ¿okay?

Asentí y volteé para seguir con lo mío, odiaba estar así con Luke, pero él solo pretendía que no pasaba nada malo entre los dos cuando es totalmente falso, hacía días que ni hablábamos de nada, antes solíamos contarnos todo lo que nos pasaba y podíamos tener conversaciones de horas y horas sin aburrirnos, ahora eso parece misión imposible.

Por mi cabeza solo podía rondar un pensamiento, ¿y si me estaba engañando? Seamos realistas, es la principal causa por la que un hombre se pondría así, y la verdad es que no sería la primera vez que Luke se siente tentando por otra mujer, como pasó con Sierra hace años. No había hablado de esto con nadie porque me parecía humillante pensarlo si quiera, además sabía que a quien fuera que se lo contara me dirían que estoy loca, que Luke me ama y adora y sería incapaz de hacerme algo así, esto era algo que yo también creía hasta hace mes y medio. Sacudí esos pensamientos e intenté concentrarme en esta pequeña escapada de tres días, Luke y los chicos estarían haciendo cosas de la banda pero Marie, Crys, Bea, Amelia y yo estaríamos libres, podíamos ir a la playa, hacer compras, o cualquier otra cosa.

Terminé de hacer mi pequeña maleta y me lancé en la cama para ver series acurrucada con Petunia, era la única de esta casa que parecía darme atención estos días. Intentaba no preocuparme por lo que le podría estar pasando a Luke pero no lo conseguía, me era imposible, no encontraba ninguna razón lógica para justificar porque se estaba portando así, parte de mi quería convencerse de que solo era una etapa, o que estaba estresado por el trabajo pero siempre caía en el mismo círculo vicioso, nadie conozco a Luke perfectamente, sabía que me amaba, que era un buen hombre, de hecho un hombre perfecto, pero no sería la primera vez, y aunque quería no pensarlo, no podía evitarlo. Quizá esta pequeña escapada a Australia nos haría bien, el podría despejar su mente y yo la mía, llevábamos más de 2 años de relación, no se puede ir todo a la mierda a estas alturas... ¿o si?

No sabía cuánto tiempo había pasado desde que me había acostado con Petunia a ver The Big Bang Theory y darle más vueltas a la cabeza con Luke pero supuse que habían sido unas cuantas horas porque el chico ya había llegado para informarme que teníamos que salir al aeropuerto.

—¿En qué aerolínea nos vamos? —pregunté poniéndome mis zapatos.

—Está vez volaremos en privado.

—¿Y eso? —pregunté confundida.

A veces solían viajar en vuelos privados, pero más que nada en distancias cortas, en la gira dentro de Estados Unidos y cosas así, cuando volaban a Australia casi siempre era en un vuelo comercial.