BEST YEARS | Luke Hemmings

9. are those baby boots?

—Después de este no viajemos más en meses por favor —bufó Luke poniendo sobre su hombro el enorme bolso que había traído.

—Opino lo mismo, en los últimos meses no nos hemos bajado de un avión —rodé los ojos.

Habíamos venido a Madrid para celebrar el cumpleaños de mi mamá y justo estábamos bajándonos del avión, en los últimos meses no habíamos parado, luego de la boda tuvimos nuestra luna de miel y después de eso Luke había tenido que hacer una par de viajes con la banda, yo también había hecho algunos para dar unas conferencias a las que me habían invitado, también habíamos ido unos días a Australia porque Liz nos extrañaba mucho, y entre uno y otro habíamos pasado meses viajando, ya estábamos agotados.

—¿Tus papás nos van a buscar? —me preguntó el chico tomándome de la mano.

—Si, pero solo mi papá, mi mamá está haciendo no se que de la fiesta —me encogí de hombros —Es la primera vez que la veo tan emocionada por un cumpleaños, usualmente está de mal humor por cumplir pero ahora no, quiere celebrar sus 60 años.

—Aún no me creo que sean 60, físicamente parece de la mitad y tiene más energía que nosotros dos juntos —se rió haciéndome reír a mí también por su comentario.

—Que te puedo decir, así es esa mujer.

En la entrada del aeropuerto ya estaba mi papá parado esperando a que saliéramos mientras revisaba la pantalla con el horario de todos los vuelos.

—Papi —sonreí llegando a su lado y dándole un fuerte abrazo.

—Mi amor, te extrañé —dijo abrazándome de vuelta —Luke que bueno tenerte por estos lados otra vez —sonrió dándole una palmeada en la espalda.

—Gracias por recibirme otra vez, siento que abuso un poco de su confianza —se rió el rubio.

—¿Pero qué tonterías dices Lucas? —exclamó mi papá riéndose —Eres el esposo de mi hija, y prácticamente un hijo para mí, siempre eres recibido aquí —aseguró.

Fuimos hasta el carro y subimos los bolsos que habíamos traído a la maleta, pasaríamos pocos días en Madrid, era un viaje bastante express, mis papás querían que nos quedáramos más tiempo pero la verdad es que ambos teníamos trabajo y estábamos locos por llegar a nuestra casa y no movernos de ahí por un tiempo.

—Al fin les veo la cara, ¿siguen bronceados de la luna de miel o son cosas mías? —preguntó Ronnie una vez entramos a la casa.

—Definitivamente son cosas tuyas, ya estoy del color de las paredes otra vez —se rió Luke dándole un abrazo a la chica.

—¿Tú no tienes una casa? —pregunté burlona.

—Hola hermana ¿cómo estás? yo bien, gracias por preguntar —rodó los ojos —Y si, si tengo mi propia casa, pero no he hecho mercado —sonrió.

—Ya me extrañaba a mí que solo llegaras a la hora del almuerzo —se rió mi papá —¿Tienen hambre? —nos preguntó a Luke y a mí.

—La verdad es que no, venimos agotados —murmuró Luke.

—Yo si tengo hambre papi —dijo con entusiasmo Ronnie haciéndonos reír a Luke y a mí.

—Si, ya sabía que tú sí, vamos a la cocina —se rió.

—¿Quieres descansar un rato bebé? —pregunté pasando mis brazos por su cintura.

—La verdad es que sí —bufó cansado —¿Tú no? —hizo un puchero.

—Quedé con mi mamá para ayudarla con su súper fiesta junto con Ronnie y Zara.

—Mmm vale, pero te voy a extrañar mucho —dijo como un bebé dándome un beso en la frente.