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~Jimin~

Abrí mis ojos al sentirme sofocado, encontrándome con los enormes y musculosos brazos alrededor de mí cintura. Me estaban cortando la circulación, por lo que me removí intentando quitarlos de encima. Pero ni siquiera podía moverlos.
Odio ser tan débil. Sentí mis ojos picar por las lágrimas. Empujé el brazo de Derek con todas mis fuerzas y éste se movió y balbuceó mientras me abrazaba más fuerte. Solté un pequeño jadeo ante esa acción. Tengo que salir de aquí.
Intenté con el brazo de Dylan pero ninguno daba resultado.
Comencé a moverme exasperado y empujar el brazo de Derek nuevamente. Milagrosamente pude moverlo, pero al instante me dí cuenta de que no fuí yo.

Levanté la vista hacia él encontrándome con su mirada.
Tragué saliva, bajé la mirada y seguí intentando librarme de los brazos de Dylan. Sin éxito. Derek tomó el brazo de Dylan y lo colocó a un lado de mí dejándome libre por unos segundos, ya que no tardó en envolver su brazo en mi cintura y tirar de mí haciendo que choque contra su pecho desnudo. Mis manos se posaron sobre él mientras envolvía su pierna sobre las mías impidiendo que escape.

Él se recargo sobre su codo sosteniendo su cabeza con su mano observándome. Empujó mi hombro dejándome boca arriba sobre el colchón. Levantó mi mentón haciendo que lo mire. Sus oscuros ojos me observaron unos segundos antes de bajar y detenerse en mis labios. Bajé la mirada con miedo intentando girar mi rostro en otra dirección, pero su mano me lo impedía. Sentí mis lágrimas mojando mis mejillas y un jadeo escapó de mis labios cuando metió una de sus piernas entre las mía y las separó un poco para luego bajar sus manos lentamente acariciando mi abdomen y dirigiéndose a mí entrepierna. Negué con la cabeza repetidas veces comenzando a temblar.

-No... No me toques-pedí en un tono bajo pero lo suficientemente alto para que me escuchara. Mi garganta estaba seca y mi voz salía con dificultad.- por favor...

El me ignoró y comenzó a masajear mi entrepierna mientras me observaba con una media sonrisa. Todo mi cuerpo dolía,
Mis ojos se llenaron de lágrimas y él retiró sus manos para luego levantarse de la cama.
Tiró de mí muñeca y me subió a su hombro con agilidad para luego salir de la habitación conmigo retorciéndome débilmente intentando bajarme.

-No, bájame...quiero bajar-no dejaba de moverme intentando escapar fracasando.

-Shh, sólo tomaremos un delicioso baño. -habló Derek entrando en una habitación y cerrando la puerta con seguro. Me bajó al piso y retrocedí con miedo. Puse mis manos intentando cubrirme ya que estaba completamente desnudo y él no dejaba de mirarme. Abrió la ducha empapando mi cuerpo, me empujó y caí al piso temblando.

El se acercó a mí y traté de cubrir mi cuerpo con mis manos, estaba asustado.

-¿Por qué te cubres?-preguntó divertido acercándose. Retrocedí sin mirarlo chocando de espaldas con el cristal. Él aprovechó para acorralarme contra ésta. -Ya he visto todo de tí-murmuró tomando mis muñecas y sujetarlas sobre mi cabeza con una de sus manos mientras que con la otra comenzó a tocarme.

-No me toques-pedí con la voz quebrada -aléjate - fue más como una súplica antes que una orden. Me puso de pie y me presionó contra el cristal.

-¿Por qué lo haría? Me gusta estar así-acercó más su cuerpo al mío.

No pude pronunciar ninguna palabra por el miedo que sentía, tenía un nudo obstruyendo mi garganta.
Mi cuerpo temblaba y se estremecía ante él. Bajé la mirada asustado pero él levantó mi mentón para observar mi rostro de nuevo.

Derek sintió una satisfacción indescifrable al ver al menor tan asustado, su cara estaba roja y sus ojos llenos de lágrimas, sabía que podría hacer con él lo que quisiera si lograba que lo obedezca y haga todo lo que le pida.
Decidió ser más rudo con él.

Rosa NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora