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~Jimin~

Desperté sintiéndome acorralado, me dolía todo el cuerpo y no conseguía moverme. Al abrir mis ojos me encontré con el ancho pecho de alguien. Me asusté e intenté alejarme pero unos brazos me lo impedían.
Intenté moverme nuevamente pero me era imposible, comencé a respirar con dificultad mientras empujaba el pecho del hombre que me tenía acorralado entre sus brazos.
Levanté mi vista encontrándome con el rostro del hombre, estaba profundamente dormido. Era un hombre de más o menos 30 o 40 años. Estaba bien trabajado y su rostro mostraba madurez.
Cerré mis ojos y todos los recuerdos comenzaron a llegar a mi mente mareándome.
Comencé a moverme sintiendo dolor por todo mi cuerpo.
El hombre soltó un gruñido apretandome más contra él. Solté un quejido de dolor y volví a removerme con sumo cuidado intentando escapar de él. Poco a poco su agarre se fue aflojando, así que intenté salir lentamente para no despertarlo.
Lo estaba logrando, pude deshacerme de su agarre, me senté con cuidado en la cama quitándome la manta y cayendo en la cuenta de que estaba completamente desnudo, tenía marcas rojizas y moradas por mis muslos y pecho, tragué saliva y cerré fuerte los ojos para no llorar por el insoportable dolor que sentía por todo mi cuerpo. Tomé una remera que estaba tirada a un lado de su rostro. Me la puse como pude y me moví un poco para poder bajarme de la cama pero de pronto fuí arrojado nuevamente hacia atrás con brusquedad mientras mis muñecas eran apresadas contra el colchón. Dejé escapar un quejido al sentir todo el peso del hombre sobre mí.

-¿A dónde crees que vas? -preguntó con voz ronca apretando más su agarre.

-Déjame ir... Suéltame-supliqué con la voz rota, mis ojos se humedecieron por las lágrimas y el terror.

-Vamos a tomar un buen baño, luego veremos qué hacer. -Dijo levantándose, amarró mis muñecas con su corbata y me levantó tirando de mí para luego subirme a su hombro y caminar hacia el baño. Comencé a moverme con desesperación intentando bajarme pero él era mucho más fuerte que yo.

-Quédate quieto, no quiero lastimarte pero si te portas mal no me dejas opción-dijo dejándome en el suelo, empujándome contra la pared.

Retrocedí con temor chocando contra el espejo. Él cerró la puerta antes de acercarse a mi y abrir la ducha haciendo que el agua caliente caiga sobre nosotros, cerré mis ojos por instinto y comencé a respirar por la boca, me quitó la remera con brusquedad dejándome desnudo nuevamente, mientras él comenzaba a pasar el jabón por mi cuerpo.

-L‐lo haré yo mismo-dije intentando tomar el jabón de sus manos. Pero él lo levantó dejándolo fuera de mi alcance.

-Puedes pasar el jabón por mi cuerpo, yo lo haré por el tuyo.-dijo con una sonrisa. Bajó la cabeza para estar a mi altura antes de tomar mi rostro entre sus manos y acercar su rostro peligrosamente.

Negué con la cabeza aterrado,  mis lágrimas salían sin para y yo sollozaba asustado en una esquina, él sonrió y se alejó, abrió la pequeña repisa para sacar su cepillo dental y comenzó a cepillarse mientras ignoraba por completo mi presencia.
Cuando terminó me arrojó uno nuevo y luego se metió a la bañera cerrando sus ojos. Tomé el cepillo y terminé de asearme rápidamente para luego lavarme el cuerpo con urgencia. Quería terminar y salir de ahí. Temblaba de miedo y frío.

-Ven aquí, tomemos un relajante baño juntos.-dijo sin abrir los ojos mientras se dibujaba una sádica sonrisa en su rostro. Tragué saliva e ignoré lo que dijo. Caminé hacia la puerta pero ésta estaba cerrada.

-Quiero salir de aquí-dije con la voz quebrada sacudiendo la puerta con desesperación, mientras intentaba abrirla.

-El agua está increíble...-Siguió ignorandome por completo.

Rosa NegraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora