Diamond Heart (Dark Angel III)

Capítulo XXV

Estaba amaneciendo, Allaric se encontraba sentado en el barandal de la proa del barco mirando hacia el mar. Todo había estado tranquilo en esa noche, todo menos su mente y corazón que no paraban de martillarle.

No sabía cuántas veces había repetido la escena de sus labios junto a los de Diamond. En su vida había pensado tanto en un beso ¡Qué va! En su vida había pensado tanto en una mujer como lo hacía con ella.

—¡Rayos, Diamond!— se quejó al viento mientras apretaba su mano contra el barandal. Una sonrisa de burla hacia él mismo se pintó en su rostro— Esto debe ser una broma— dijo para sí—, ella ni siquiera correspondió mi beso y yo estoy aquí con los sentimientos desordenados— comenzó a pasarse la mano por el rostro para calmarse—. Esto es un desastre, no puede ser que esté enamorado de esa mujer.

En ese momento escuchó unos pasos sobre la cubierta y cuando giró el rostro la vio allí, como si la hubiera llamado con el pensamiento. Ella venía saliendo del interior de la embarcación cuando sus ojos se cruzaron.

Diamond tragó grueso, no había podido dormir en toda la noche por pensar en lo sucedido ¿y ahora también se encontraba con él?, de veras el destino quería torturarla. Ella apartó la mirada tratando de hacer como que nada sucedía y caminó hasta el mástil para luego treparlo hasta la cima.

—A veces odio que este barco sea tan pequeño— musitó Diamond por lo bajo cuando estuvo arriba mientras se despeinaba el cabello mirando hacia el mar.

—Diamond, debemos hablar— escuchó esa voz detrás de ella y se sobresaltó por el susto.

—¿Y ahora que quieres, vampiro?— se quejó girándose hacia él tratando de no parecer nerviosa— No puedes interrumpir mi descanso sin más siempre que quieras ¿Sabes?

Él hizo caso omiso a lo que ella estaba diciendo y redujo la distancia. Diamond le miró de arriba a abajo sorprendida.

—¿Qué... Qué estás haciendo?— preguntó nerviosa.

—Estoy probando algo— respondió él y ella entonces entrecerró los ojos para luego empujarlo lejos.

—No soy tu experimento, así que desaparece, vampiro— dijo  y trató de bajar del nido pero este la sujetó acercándola a él nuevamente.

—¿Y ahora estoy qué es? Suéltame, Vampiro— ella forcejeó pero Allaric en respuesta solo la tomó de la cintura pegándola más a él— ¿Qué...? ¿Pero qué rayos crees que haces?

—Silencio, no me dejas escuchar bien— respondió y acercó su rostro al pecho de ella. Diamond abrió los ojos de la impresión y trató de alejarlo sin obtener resultados.

—¿Vampiro, acaso te volviste loco?— preguntó mientras luchaba para soltarse y él volvió a poner su rostro frente a ella, a una muy corta distancia.

—Creo que sí me volví loco porque estoy oyendo cosas— le dijo y ella le miró sin entender nada—. Tu corazón... está acelerado ¿Acaso... Acaso estás nerviosa?— preguntó con un poco de inocencia en su voz, como si de veras creyera que algo como eso era imposible.

—¡Por supuesto que no!— respondió ella de inmediato mientras lo alejaba— ¡Jamás me pondría nerviosa por un vampiro como tú, ya te lo dije!

—Cierto— dijo él y miró hacia otra parte frustrado. Diamond estaba que moría de los nervios pero él no tenía por qué saberlo y solo deseaba que se alejara de ella.

—Vete de aquí, vampiro, quiero estar sola.

—Pero no lo entiendo, Diamond— dijo él ignorando lo que ella acababa de decirle—, tu corazón de veras está acelerado.