Capítulo 12

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Lucy

—Mi hijo es incapaz de comprender que incluso viviendo una mentira, yo era feliz. Esa mujer tal vez no me quería, pero me dio a la persona que más quiero en mi vida. Solo por eso, le debo un respeto.

Miro a Dragneel, pues le llaman por su apellido ya que se llama como su hijo. He visto mucho dolor en los ojos de ambos y tal vez más en los de Natsu. Ya intuía algo, pero ahora ha hablado sin filtro y me he dado cuenta de todo el dolor que guardaba dentro.

—Mi hijo no cree en el amor...

—A Levy la quiso. Me consta que la sigue esperando.

—A Levy la quiso, pero no la amaba.

—Yo creo que sí... —Alza los hombros.

—Mi hijo es tan cabezón que podrá querer mucho a alguien, pero evitará estar loco de amor. Evitará amar a esa persona hasta el punto de perdonarla, hasta el punto de reconocer que la necesita. —Dragneel toca la foto y la deja donde estaba—. No soy idiota. Mi mujer solo se casó conmigo por mi dinero. A la vista está que tuve que venderlo todo para pagar sus juicios y sus demandas. Podía haber luchado, pero yo ya lo tenía todo. Tenía a mi hijo y siempre lo tendré. Ella, por mucho que crea tenerlo todo, haber ganado, no se ha dado cuenta de que el dinero es efímero y el amor de un hijo es para toda la vida. Yo no la perdonaría por mí, lo haría por Natsu. Me gustaría irme de este mundo sintiendo que mi hijo no está solo y que tiene a su madre.

—Esto lo sabe Natsu.

—Sí, otra cosas es que quiera entenderlo. Natsu lo pasó muy mal con su madre. Ella estaba más pendiente de irse con sus amigas que de cuidar a su hijo. Por eso mi hijo se pasaba todo el día en mi taller. Desde niño aprendió mi oficio. Es muy bueno, el mejor. Pero él no quiere reconocerlo, no quiere reconocer que no somos tan diferentes. Es un cabezota —dice con cariño—. Perdoné muchas veces a su madre. Incluso infidelidades porque la quería y por mi hijo. Pero Natsu, con el paso de los años, la odiaba y más tras su operación.

—¿Operaron a Natsu?

—Sí, de apendicitis. —Recuerdo el malestar de Natsu en el hospital y lo entiendo todo—. Ella no estuvo a su lado. Tenía doce años ya. No era un niño y cuando salió, no volvió a hablarla. Es como si para él, ella hubiera muerto. Luego pasó el accidente cuando él tenía dieciséis años y mi mujer se fue tras quedarse con todo. Por suerte la casa donde vivís estaba a nombre de Natsu y no pudo quitármela. Hablé con ella y le dije que recapacitara, por su hijo... No miró atrás.

Entiendo a Dragneel, pues yo me aferro a mis padres aunque no sean buenos porque me da miedo quedarme sola. A él le da miedo que su hijo se vea solo. No sé por qué lo hago, pero acabo por abrazar a este hombre que se ha ganado un hueco en mi corazón.

—Yo no lo dejaré solo. Y espero que usted le dure muchos años.

—Eso espero yo también. —Se separa y va hacia la tele—. Te parecerá raro, pero aunque sé que todo era mentira, fui feliz. Gracias a ella supe lo que era tener una familia.

—Lo entiendo.

Más de lo que cree, pues aunque mi familia solo sea una utopía, aunque siempre me hayan despreciado, yo sigo luchando por ellos. Tal vez un día, al igual que Dragneel, deba aceptar que en verdad no tengo nada y que no se puede llamar familia a alguien que nunca lo fue en verdad. Tal vez un día esté preparada, pero no hoy porque pensarlo me produce mucha ansiedad. Me pasa como a este hombre,
que en el fondo espera que todo cambie.


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—Te gané—Dragneel recoge mis galletas. Feliz. Llevamos un rato jugando y Natsu no ha regresado. Estoy inquieta y Dragneel también. Miro hacia la puerta una vez más—. Estará bien.—Eso espero.

La enfermedad del Amor ||Nalu|| [ADP]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora