LucyObservo el salón de la casa donde estamos de fiesta. Está atestado de gente. Sting insistió en venir tras la cena con sus amigos, donde tuve que ir porque soy idiota. No hay otra explicación. La cosas con Natsu están en un tiempo muerto. Cada uno duerme en su cama y aunque no hemos roto, no parece que seamos novios. En sus ojos he visto muchas veces el arrepentimiento por lo que dijo, y otras, cuando me ve al lado de Sting, el dolor.
Siento que lo estoy perdiendo y tengo en mis manos las respuestas. Lo peor son las pesadillas. Cada noche es peor que la anterior. Por suerte nadie se ha enterado pues ya no grito, solo me doblo de dolor y me levanto temblando de miedo. No he comentado esto con nadie. Siento que nadie comprende mi miedo, que todos creen que si de verdad amara a Natsu, lucharía por él ante todos. Y lo amo, con todo mi ser, pero algo me impide ser valiente.
Ahora mismo Natsu está no muy lejos con sus amigos. No me ha mirado ni una sola vez y yo no pudo dejar de observarlo. De ver cómo otras están a su lado y cómo le adulan. De cómo se lo comen con la mirada y cómo Natsu les sonríe como a mí, cuando lleva sin sonreírme durante toda esta semana. Estoy harta de su frialdad y de no saber en qué punto estamos. En casa solo me habla lo justo y Jellal nos mira a los dos de manera reprobatoria, cuando Natsu está en casa que ahora trabaja más que nunca. No ha venido a comer ni a cenar ninguna vez.
—Deja de mirarlo —me ordena Sting al oído—. Te estás poniendo ridícula.
—Déjame en paz —le digo entre dientes con cara de pocos amigos. Sting me mira serio y tira de mí hacia el jardín, hacia una parte donde no hay nadie tras unos setos.
—Te estás portando como una cualquiera y te juro que no pienso criar hijos bastardos. Ya te lo avisé.
Me aprieta con fuerza el brazo trato de soltarme.
—Suéltame. No vas a criar mi nada porque en cuanto pueda diré la verdad...
—Me necesitas. ¿Acaso piensas que tus padres van a aceptar a un don nadie? No lo harán. Y ahora deja de comportarte como una gata en celo y deja de mirarlo. ¿Te piensas que no sé qué te encamas con él? Lo sé todo porque Yukino me lo avisó y hasta aquí.
Me sigue apretando y cuando me suelta para zarandearme preso de la rabia alguien lo detiene. Natsu.
—Déjala en paz.
—No te metas. Ella es mi novia no la tuya —le dice Sting como el que sabe que tiene la verdad absoluta.
Natsu lo mira con rabia y un dolor que me parte por la mitad y sé que no puedo más. Que no puedo callar y aún con miedo, cojo la mano de Natsu para que me dé fuerzas y suelto la verdad:
—Tú no eres mi novio, ni lo serás nunca más. Mi novio es Natsu y es a él a quien quiero.
Ambos me miran alucinados y Natsu me aleja de Sting.
—Me necesitas, Eleanor. Recuerda las Bodas de Oro de tus padres... ¿Los vas a llevar a él? Te repudiarán, te quedaras sola, como la puta que eres, tú... —Sting deja de hablar porque Natsu le da un puñetazo que me consta tenía ganas de darle desde hace tiempo.
—Déjala en paz. Olvídate de ella y como vuelvas a insultarla, te juro que dejaré tu cara de niño bonito tan destrozada que ni el mejor cirujano podrá recomponerla.
Sting se ríe palpando la sangre que le cae del labio.
—Quien ríe el ultimo ríe mejor y ella me acabará por elegir a mí. Tiempo al tiempo. Os dejo que disfrutéis de esta falsa relación.
Natsu hace amago de ir tras él cuando se marcha, pero lo retengo abrazándolo. Estoy temblando y me percato de que él que también.
—Ya ha pasado, Lu. Lo peor ha pasado.
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La enfermedad del Amor ||Nalu|| [ADP]
FanficLucy acaba de descubrir como su novio le engañaba con su mejor amiga después de sufrir un duro golpe. Dos traiciones en una sola noche harán que salga de casa con lo puesto, aunque esto sea un ridículo cancán de color rosa y unos zapatos puestos con...