Sugar On Top - KookTae

Extra;5

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Sehun tocó el timbre de nuevo y dio un paso atrás para mirar la puerta alta frente a él. Se preguntó, brevemente, si ese tamaño de puerta era realmente necesario para un hombre tan bajo. Jennie leyó la expresión de su rostro y suspiró, dejando la bolsa de helado en el suelo. En esa bolsa había tres galones de helado Blue Bell; camino rocoso, doble chocolate holandés y cerezas cubiertas de chocolate. Era una sobrecarga de chocolate y ambos sabían que Jungkook  no comería tanto normalmente. Pero ahora no era una situación normal.

Sehun tocó el timbre por tercera vez y suspiró. "No creo que responda."

"No podemos dejar este helado aquí", dijo Jennie. "Hace demasiado calor. Se derretirá".

"Lo sé, lo sé", suspiró Sehun. "Pero que estemos aquí afuera tampoco va a hacer que abra esta puerta".

Jennie puso los ojos en blanco, empujando la bolsa en los brazos de Sehun. Entró al jardín y se inclinó sobre los arbustos frente a la ventana. Ella crujió alrededor, tanteando en la tierra y aplastando abejas hasta que agarró una llave. Ella saltó y se apresuró a regresar a donde estaba Sehun.

"No puedes simplemente entrar", dijo Sehun.

"No lo haré", respondió ella, abriendo la puerta, "Tengo una llave. ¡Jungkook!"

Había silencio. Los dos entraron, mirando alrededor de la casa. La ropa estaba esparcida por el suelo. Sobre el mostrador había cajas de comida congeladas, mezcladas con botellas de alcohol. Jennie suspiró, miró el desorden y rebuscó en un cajón de la cocina hasta que encontró tres cucharas. Sehun estaba ocupado quitándose los zapatos y le indicó a Jennie que hiciera lo mismo antes de continuar.

Caminaron directamente al dormitorio, donde había más ropa esparcida por todas partes, y encontraron a su amigo acurrucado en la cama, en un montón de sábanas y almohadas. Había una caja de pañuelos tirada al suelo, medio usada y aparentemente olvidada por la desesperación.

"¿Jungkook?" Jennie susurró.

"Vete."

Sehun suspiró, visiblemente aliviado de que Jungkook todavía estuviera vivo.

"Te trajimos helado," empujó Jennie.

Jungkook se sentó enojado, listo para escupir duros insultos. Pero sus ojos se posaron en la bolsa de envases de helado y luego se elevaron a los rostros de sus amigos.

"¿Que tipo?"

Sehun abrió la bolsa y sacó las tinas ablandadas. "Chocolate holandés, camino rocoso y cereza cubierta de chocolate".

Hubo una pausa.

"Dame esa maldita tarrina de chocolate holandés".

Sehun entregó el helado con una de las cucharas que llevaba Jennie. Jungkook abrió la tapa, ignorando la salpicadura de helado en su cama, y ​​comenzó a comérselo. Hubo un sollozo ocasional y su nariz todavía estaba enrojecida por lo que solo pudieron haber sido horas de llanto.

"¿Has hablado al menos con él?" Jennie preguntó, como si la pregunta hubiera estado en su mente durante años. Jungkook se congeló, agarrando la cuchara con más fuerza.

"No importa."

"Oh, sí," espetó Jennie. "Te mereces respuestas".

"Tengo mis malditas respuestas, déjalo," siseó Jungkook.

"Ahora, Jungkook, ¿tienes todas tus respuestas?" Sehun preguntó con calma. Puso una mano sobre el hombro de Jennie, impidiéndole que le gritara.