Capítulo 3

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"No se puede huir de lo que te acelera el corazón y detiene el tiempo"

Danns Vega

15 de abril, presente.

Me han preguntado cómo me he encuentro hoy. He dicho que bien.

¿Bien?

Es un término intangible y subjetivo. Una persona podría estar siendo atacado por un dolor grado diez en la escala y aun sonreír, asegurando a las personas que se preocupan por ellos estar "bien".

Los pacientes suelen ser mentirosos con sus familiares. Una vez ellos se retiran, miran hacia el médico y dejan escapar un quejido. "Por favor", la voz tiembla. Y luego debes ser tu quien alza las murallas. Rodearte de una coraza. Porque debes continuar con el procedimiento. Debes asegurarte de que todo va en orden. No detenerte por las lágrimas que resbalan por el rostro de este ser que sufre. Solo hasta que está a salvo, quitas el velo y la empatía te golpea fuertemente.

Es en ese instante en el que sueltas un suspiro de alivio y te permites llorar.

***

— Puedo asegurarte con toda honestidad, que hoy ha sido uno de los das más difíciles. — el rostro de Marie se contrae por el cansancio. Hoy ha sido un día difícil para todos. Muchos pacientes inestables, emergencias estaba llena, y pediatría... bueno, muchos diagnósticos fueron tomados hoy. Ninguno fue buena noticia. Marie, quien suele ser una bola de energía, hoy esta exhausta. El agotamiento se ve en su rostro y en el arrastrar de sus palabras. No imagino como me encuentro en este momento.

Falto poco para que fuese a un rincón y llorar por el dolor ajeno de mis pacientes. Pero recordé que debo ser fuerte.

—Lo bueno es que tienes todo el café del mundo en esa taza.

Marie rodo los ojos. Suelo bromear con su inmenso amor al café. Aunque siendo honesta, aquí se ha vuelto una necesidad básica para poder sobrevivir.

— Hablando del café... ¿Qué sucedió con Oscar?

— ¿No te lo dije ya? Terminamos — digo mientras sorbo un poco de mi té. Hoy esta inusualmente sabroso.

Marie abre los ojos. — ¿Eso cuando paso? ¿Por qué yo no sabía nada de eso?

— Quizás estabas muy entretenida con ese paramédico del que tanto hablabas. — Marie resopla al escuchar a Dan hablar; Quien ha aparecido de la nada. — Señoritas. — dice a manera de saludo, mientras toma asiento en la mesa que ocupamos.

Nos encontramos al final del salón de descanso, contiguo a la cafetería.

— ¿Y u como sabes de eso? — cuestiona Marie.

— ¿Del paramédico? Tú me lo contaste. Incluso me explicaste con detalles innecesarios lo apuesto que era...

— ¡Me refiero a lo de Ally!

— ¿Qué cosa de Ally?

— ¡Su ruptura! — chilló.

—Saben, es horrible que hablen de ello como si yo no estuviese aquí sentada frente a ustedes.

—Yo solo vine a sentarme y tomar un descanso mientras como tranquilamente un emparedado. Y esta mujer me ataca con preguntas que ni siquiera entiendo. ¿De que hablaban?

—De mi ex— respondo.

— ¿Cuál de todos? — Me siento casi ofendida.

—El de los lattes gratis. El que es soso.

— ¿Alfred?

— ¡No! Ese fue el anterior al soso. El soso era Oscar.

— ¿Había alguien más? No me di cuenta. — Dan se encogió de hombros como si Marie hubiese estado hablando del clima. Dio un mordisco a su emparedado. — ¿Qué estaba mal con este?

Amor en EmergenciasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora