Capítulo 16

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ToyAgumon condujo a los protagonistas hacia la salida por un túnel que llegaba a la superficie y lo conectaba con la selva. Si Ebemon había sobrevivido, parecía no tener intención de seguirles, para alivio de todos.

Ya en el exterior no se detuvieron hasta reencontrarse con sus amigos, quienes no habían descansado hasta dar con ellos. Al fin juntos, ambos grupos se narraron lo ocurrido para ponerse al día. Había sido una jornada intensa y ahora necesitaban reposar.

Solo y sin un rumbo fijo, el juguete decidió unirse a su viaje de forma temporal hasta encontrar una nueva meta en su vida. Nadie se opuso a ello, por lo que descansaron en confianza durante la noche, haciendo turnos rotativos de guardia hasta el amanecer.

Koemon sabía como llegar al lago que precedía a la sabana y, ahora que Chamelemon estaba muerto, no tenía miedo alguno de atravesar la jungla. Al amanecer condujo al grupo por la dirección más rápida.

Por el camino fueron consiguiendo provisiones que guardaron en la mochila o en redes hechas de materiales silvestres. Parasaurmon cargaba con ellas, ya que se había ofrecido voluntario con una sonrisa. Se sentía útil al poder ayudar.

—Mirad, eso parece una fruta. —Señaló en su dirección Nayda al ver unas esferas rosas sobresalir de unos arbustos—. Tienen pinta apetecible.

—¡Nayda, no! —advirtió la mona, cuya memoria iba recobrando detalles con éxito. 

La chica ya se había acercado lo suficiente y al estirar su brazo derecho provocó de manera inconsciente a los afrutados Digimon de color rosa llamados Pomumon.

La chica ya se había acercado lo suficiente y al estirar su brazo derecho provocó de manera inconsciente a los afrutados Digimon de color rosa llamados Pomumon

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Nivel: Infantil

Atributo: Datos

Estos escupieron una ráfaga de semillas por su boca, que Muchomon pulverizó con sus llamas. Acto seguido se dejaron caer al suelo, corriendo entre las piernas de los presentes sembrando el caos.

—No son frutas, se trata de Pomumon —explicó la mona entre risas—. Son presa fácil para muchos Digimon salvajes, incluso algunos depredadores animales suelen comerlos por su sabor rico en azúcar.

—Vaya y yo pensando en cogerlos para el camino, normal que me hayan atacado. —Nayda se sintió culpable, resoplando hacia su flequillo, a la espera de que las frutas con aspecto de pájaro se calmasen.

Por alguna razón, los Pomumon se subieron encima del parasaurolophus, quien mostró una amplia sonrisa. Allí encontraron seguridad, tranquilizándose.

—Habrán reconocido a los de su especie y quizás hayan desarrollado una simbiosis para protegerse —razonó el unicornio.

—Es posible —intervino ToyAgumon.

—Él parece estar contento. —Sonrió el pingüino al ver como Parasaurmon mostraba felicidad mientras los Pomumon daban pequeños saltitos encima suya.

Digimon: Our Last StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora