Capítulo 30

110 22 6
                                    

Cruzar el túnel que recorría el interior de la montaña les llevó pocas horas. Su interior estaba lleno de cristales que fluctuaban a su paso, lo que generaba una tenue luz que iluminaba el camino. Durante su travesía no tuvieron ningún problema hasta que, al alcanzar el final, un Digimon quiso cobrarles un peaje por salir. Al oponerse, el violento gnomo reaccionó atacando.

 Al oponerse, el violento gnomo reaccionó atacando

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Nivel: Híbrido/Adulto

Atributo: (Variable)

—¡Pagadme y esto acabará rápido! —Saltó sobre el parasaurolophus y le atacó con su Martillo Grotto.

Parasaurmon logró esquivar el ataque por los pelos, pero se había quedado arrinconado en una parte de la gruta. Dada la peligrosidad de su ataque en el terreno no podía usarlo y, pese a que su oponente tenía una gran nariz, parecía inmune a su gas adormecedor.

Koemon se movía ágilmente saltando entre los cristales, agarrándose con los pies de una estalactita para lanzar sus bolas de energía al enemigo.

Muchomon había digievolucionado en Allomon, igualando así la fuerza de su adversario. Primero lanzó una bola de aire sobrecalentado por su boca, forzándole a detener su ataque, para luego embestirle con la cabeza.

—Soy el guardián de esta entrada —aseveró Grottemon, reponiéndose—. No me rendiré tan fácilmente. ¡Pa-gad-me!

—Nosotros no estamos dispuestos a pagarte por pasar —protestó Nayda, cruzándose de brazos—. Allomon, hazle cambiar de parecer... Pero sin pasarte.

—¿Sin pasarme? —preguntó confundido su compañero.

El gnomo golpeó el suelo con su martillo abriendo una grieta en éste que manejaba a su antojo, dirigiéndola hacia la chica. Al verlo, la mona se impulsó para empujar a Nayda, cayendo las dos al borde del socavón formado.

Separados por la brecha en el suelo, el parasaurolophus y el allosaurus trataron de rodear a Grottemon, quien volvió a usar su ataque, esta vez para liberar energía del suelo, dañándoles.

—Os lo he advertido, estos son mis dominios. —El gnomo emitió una carcajada bravucona. 

Desde el otro lado la chica con ayuda de Koemon, comenzó a coger piedras y lanzárselas a Grottemon golpeándole en la cabeza. Esto le enfureció aun más, cargando contra ellas. De un golpe se quitó de en medio a la mona, que cayó desmayada. El segundo golpe fue detenido por el ataque ardiente a distancia de Allomon, lo que no detuvo a Grottemon, que propinó un golpe a la frágil humana.

Nayda notó la intensidad del impacto por todo su cuerpo, chocando contra la pared rocosa. La cabeza le daba vueltas y un olor a sangre le hizo temer haberse hecho alguna herida grave. Descolocada, trató de ubicarse para visualizar a su enemigo...

El gnomo preparaba su siguiente ataque. Una humana como ella no lo resistiría, cuando un fuerte destello cegó a todos en aquella caverna, seguido de un fuerte chillido de dolor por parte de Grottemon. Rápida y letal resultó la lanza relámpago que ejecutó Cherubimon.

Digimon: Our Last StoryDonde viven las historias. Descúbrelo ahora