Capítulo 5

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Espero les guste, ya saben vayan comentando lo que piensan. Se vienen los momentos fuertes y complicados jiji 🥰🤟🏻 los quiero. A.

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Llegar a casa era lo único que necesitaba en aquel momento, todavía no podía comprender lo que la presencia de Sergio podría generar en mi aburrida y monótona vida.

Volver a verlo era todo lo que deseaba cada noche, sueño tras sueño y ahora que por fin es real, los miedos me paralizan completamente, si yo fuese él, lo último que quisiera es volver a ver a la mujer que arruinó mi vida y colaboró en mi detención.

Andrés, mi pequeño niño hermoso y bondadoso como su padre, tan increíblemente sensible y bueno, solo quiero protegerlo y cuidarlo, espero que no sea afectado por esta vorágine de sensaciones que aún ni siquiera yo logro comprender.

Por fin en casa, tomé dos minutos para girar la llave y entrar, sabía que tenía que poner la mejor sonrisa y hacer como si todo fuese perfecto.

Paula estaba en su habitación, como típica adolescente y Andres estaba recostado junto a Mara que era quien lo cuidaba viendo esos horrorosos dibujos que a él tanto le gustaban.

Entré con el menor ruido posible y me metí al baño a ver si una ducha helada hacía que mi cabeza tuviera mejor circulación de pensamientos, pero lo único que podía pensar, era en la cena de esta noche. ¿Cómo iba a soportar tenerlo cerca tanto tiempo y no querer vomitar la comida sobre él? Quizá suceda uno nunca sabe.

De todos modos, no podía seguir escapando, tenía que hacerle frente a que esta era mi vida ahora y amaba cantar con los chicos y si esto era algo bueno para ellos, tenía que poner mi mejor voluntad aunque esté muriendo por dentro.

La tarde fue más relajada por suerte, Andrés y yo terminamos sus dibujos para el jardín y el resto del domingo lo usamos para descansar.

Mara aceptó quedarse también esta noche para poder cuidarlo, aunque realmente no lo deseaba, hice mi mejor esfuerzo y me dije a mi misma que debía dar lo mejor de mi.

Un vestido fue mi primera opción pero no quería quedar demasiado llamativa, así que, una blusa blanca y una pollera negra a juego fueron la mejor elección . Estaba pensando en todos los detalles, en que quizá él me miraría muy fijo a los ojos y no quería que eso pasara, porque así no podría seguir ocultándole el secreto más grande y más hermoso de mi vida, Andres.

Saqué los pensamientos de mi cabeza, tomé mi bolso, dejé dinero para que puedan pedir una pizza, me despedí de mis amores y salí en busca de esta noche que prometía ser extraña y excitante.

El lugar era de lujo, no esperaba menos viniendo de alguien como Sergio.

Llegué de primeras y lo vi sentado solo en el fondo de la sala, la reservación estaba a nombre de "Salvador Martin" ese nombre me seguía provocando escalofríos.

Estábamos alejados del resto de la gente, era una barra algo larga, en un patio cubierto y muy bien iluminado.

Él llevaba un traje gris muy elegante que esperaba que mi cabeza no juegue conmigo esta noche y deje de mirarlo tanto. Me senté lo más alejada que pude de él, como si necesitara alejarme de su presencia absorbente.

-Parece que estamos solos.- me miró fijo a los ojos y ya estaba haciendo que mi sangre suba a mis mejillas.

-Hola no?- maldito maleducado pensé.- Daniel y Tom están llegando, me avisaron que están retrasados en el tráfico.- su mirada era intensa, algo más apagada de lo que la recordaba, pero igual de protectora.

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