𝐃𝐞𝐚𝐫 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐚 ➳ 𝐌𝐢𝐜𝐡𝐚𝐞𝐧𝐠

𝐟𝐮̈𝐧𝐟

Un pequeño gruñido escapó de los labios de la joven coreana. En un fallido intento de abrir sus ojos terminó entrecerrándolos. El sol brillaba a través del granero. El sonido de risas se podía escuchar desde afuera. Chaeyoung se sentó lentamente y parpadeó un par de veces cuando fijó su vista en... ¡¿Un reno?!

El cual claro, no le prestó ni la más mínima atención a la chica y continuaba masticando sus tiras de heno.

— ¡Ahh! — El grito de la menor no se hizo esperar, por lo cual terminó cayendo de la cama de paja en la que se encontraba.

— ¿Chaeyoung? ¿Chaeyoung, qué sucede? — Mina entró corriendo pues el grito de la menor la había alarmado. Chaeyoung abrió sus ojos lo más que pudo.

— ¡Mina! ¡Hay un, un...! — El corazón de la chica se aceleró mientras señalaba al reno.

Mina sonrió y acarició el pelaje de animal. — Él no te va a morder ¿Verdad, Prancer? No, no lo harás. Buen chico. — Mina le habló al animal y le dio más alimento.

Chaeyoung abrió la boca en estado shock. No lo había notado antes, pero... Mina estaba vestida como... como una elfa.

— ¿P-Prancer? ¿Cómo el...? — A la pequeña se le hacía imposible asimilar lo que estaba pasando.

Mina miró a Chaeyoung. — Sí, como uno de los renos de Santa. Es muy agradable. Rudolph está afuera practicando su despegue.

Chaeyoung tocó su frente ¿Tendría fiebre? ¿Acaso estaba soñando? No entendía absolutamente nada de lo que Mina le decía.

— Yo... debí haber muerto y terminado en otro lugar que no fuese el cielo. — Dijo en voz alta ocasionando una risa en su mayor.

— No, estás en el Polo Norte. — Chaeyoung parpadeó. No podía decir si Mina estaba hablando en serio o no. — Mina... si nos acaban de secuestrar ¡Debemos irnos, ahora! — Se puso de pie.

— Chaeyoung, no. Hablo en serio, estamos en el Polo Norte. Y este es el establo de los renos. — Le informó la elfa. Chaeyoung se dio vuelta y miró alrededor del granero. Aquel establo estaba divinamente decorado con adornos y detalles tallados en madera.

— ¿Estamos... estamos en Escandinavia? Tenemos que estar en Escandinavia. Dios mío... ¡¿Cómo llegamos a Escandinavia?! — A la menor parecía que en cualquier momento sus ojos se saldrían de su órbita.

Mina suspiró y agarró a la muchacha por los hombros. — Son Chaeyoung, es sábado cinco de diciembre. Estamos en el Polo Norte. Santa nos trajo en su trineo. — Dijo mientras miraba profundamente los ojos de la coreana. Ésta tragó saliva. La mayor hablaba en serio.

— Oh Dios mío... estás hablando en serio. — Se tambaleó mientras retrocedía.

— Vamos, te mostraré los alrededores. Toma un abrigo. — Dijo Mina. Chaeyoung miró a su alrededor. — No hay abrigos. — Se dio la vuelta y parpadeó cuando Mina le ofreció un abrigo.