"Querido Santa,
Quiero un novio. Haz que sea alto. Haz que sea delgado. Haz que tenga hermosos ojos. Haz que tenga un lunar como el mío. Haz que sea no tan ruidoso, pero no tan callado. Haz que tenga talentos ¡Oh! Haz que sepa cantar, para así poder...
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— ¡Mamá, estoy en casa! — Chaeyoung gritó. — Oye, puedes entrar. — Le dijo suavemente a Mina.
— Oh, sí gracias. — Respondió inclinándose como reverencia. — Así que sólo necesitas un lugar para pasar la noche ¿Verdad? — Preguntó la más joven y se frotó la nuca.
Mina se mordió el labio.
¿Sólo por una noche? Más bien por unos días.
— Uh, sí. Sí, esta noche. — Chaeyoung asintió como respuesta y la llevó a la cocina para que conociera a su madre.
— ¡Oh, hola!
— Hola, señora. Soy Myoui Mina. — Dijo la elfa y se inclinó.
— ¡Oh, una japonesa! Qué bien ¿Te quedarás para cenar? — Preguntó la señora Son.
— En realidad, ella necesita un lugar para quedarse esta noche. Así que pensé que podría que darse... por esta noche.
— Oh, bien. Quédate el tiempo que necesites, sólo somos Chaeyoung, su hermano y yo. Nos encantará tener tu compañía. — Respondió dulcemente la mayor de todas.
Mina le dio una cálida sonrisa a la madre de la joven y agradeció por su amabilidad.
— Uh, por aquí. — Dijo la más pequeña y llevó a Mina a su habitación. — Tendremos que compartir cama si estás de acuerdo con eso. No es grande pero es cómoda.
Al momento en que la coreana abrió la puerta de su habitación Mina soltó un jadeo de sorpresa. Todo se veía tan... Limpio y acogedor.
— Entonces, Mina... ¿Por qué tus orejas son tan puntiagudas? — Preguntó Chaeyoung.
Mina inmediatamente se tapó las orejas y respondió. — Oh, es sólo genética, mis padres también las tienen. — Rió nerviosamente. Frunció un poco el ceño sabiendo que no tenía padres. O no había ninguno que pudiera recordar.
— Eso es un poco extraño. — Respondió la menor a la cual Mina le dio una mirada triste por lo que había dicho.
— ¡Oh no! No te lo tomes a mal. Aún te ves sexy. — Chaeyoung se sonrojó frenéticamente y frotó su frente. De todas las palabras que existen... La joven se aclaró la garganta y le entregó un pijama a la nipona. — Ten. El baño está al final del pasillo a la izquierda. — Le informó.
— Gracias. — Mina sonrió, recibiendo un leve asentimiento por parte de la más pequeña.
Mientras Mina se dirigía al baño. Chaeyoung se apresuró en llamar a su amiga.
