𝐝𝐫𝐞𝐢𝐳𝐞𝐡𝐧

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— Chaeyoung

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Chaeyoung. Chaeyoung. — Dijo la elfa en voz baja y sacudió a la pequeña. La joven gimió y se frotó los ojos. — Cinco minutos más. — Dijo aturdida por a sacudida repentina. — No, tonta. Quiero llevarnos a algún lado, pero tenemos que prepararnos primero para ir rápido. — Dijo suavemente.

Gentilmente colocó un mechón de cabello detrás de la oreja de la menor. Ésta se sonrojó ante el gesto y tomó asiento. — Está bien. Vamos, busquemos algo de ropa. Puedes ponerte uno de mis abrigos. — Ofreció Chaeyoung.

Ambas se apresuraron en vestirse. — Así que ¿A dónde quieres ir? — Preguntó la más baja. Buscó su tarjeta para el autobús. — Eso no es necesario, Chaeyoung. — Mina tomó el brazo de la coreana. — Usaremos la brújula. — Dijo a la vez que sacaba el objeto de su bolsillo. — Hey ¿Sana no la...?

— Estaba dormida. Así que la tomé. Debemos darnos prisa. — Dijo la elfa. Las dos se dirigieron a la sala de estar para encontrarse a Dahyun echada en el sofá con Sana encima de ella y su mano metida debajo de la camisa de la coreana. — Supongo que estarán bien. — Dijo Chaeyoung.

Dubu dubu dubu, heart heart. — Murmuró Sana en sueños. Las dos muchachas despiertas se rieron. — Muy bien, ahora, cierra los ojos y la brújula te llevará a donde tu corazón desee. Necesito que mantengas tu mente en blanco para poder llevarte a donde mi corazón desea. — Instruyó la elfa. Chaeyoung asintió y cerró los ojos.

Antes de que la menor pudiera decir otra palabra, podía escuchar el sonido de la gente en el entorno. — ¿Mina? ¿Puedo abrir los ojos? — Preguntó. Mina miró a su alrededor. Nunca supo que el lugar donde nació podría ser tan hermoso. — Sí, mira. — Dijo suavemente. Chaeyoung abrió los ojos para agrandarlos al segundo. — Mina, ¿Dónde estamos?

— Oh, lo siento. — Dijo la coreana cuando una mujer hispana pasó junto a ella. "Oh, olvidé que no sé mucho inglés. Probablemente no me entendió".  Pensó. — Estamos en San Antonio. Bienvenida a mi lugar de nacimiento.  — Habló la elfa.

Miró a su alrededor, hacia los muchos restaurantes, a la multitud, y los barcos turísticos en el río. Chaeyoung sonrió. — Estados Unidos. — Dijo.

Texas para ser exactas. — Informó la nipona a la vez que comenzaba a caminar.

¿Texas? ¿Te refieres a esas... esas personas que montan a caballo? — Preguntó Chaeyoung. Mina hizo una mueca. — ¿Caballos? No lo creo. Tennessee en el mejor de los casos. — Dijo. — ¿No es hermoso? Mira este lugar. Toda la gente. — Chaeyoung miró a su alrededor a las muchas caras. Las muchas razas diferentes. — Oh señorita ¿Le gustaría probarse esto? — Preguntó un hombre de tez blanca.

Oh no, gracias. — Mina dijo cortésmente. — ¿Quién te entiende? — Preguntó Chaeyoung. Mina se rió. — Estoy hablando inglés.

𝐃𝐞𝐚𝐫 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐚 ➳ 𝐌𝐢𝐜𝐡𝐚𝐞𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora