𝐚𝐜𝐡𝐭

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— ¡¿Dónde estuviste?! — Gritó la pálida mientras sacudía a su amiga por los hombros

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— ¡¿Dónde estuviste?! — Gritó la pálida mientras sacudía a su amiga por los hombros.

— Estaba con Mina. — Bostezó. — Acabamos de regresar, en realidad ¿Por qué? — Preguntó mientras una mirada cansada se encontraba en sus ojos.

Tuve que decirle a tu mamá que estabas en mi casa y no podías hablar con ella porque estabas duchándote y ... haciendo popó. — Dijo avergonzada.

— Sólo he estado fuera unas pocas horas, creo. — Dijo Chaeyoung.

— No, te fuiste desde el cinco de diciembre ¿Adónde fueron Mina y tú? ¿Busan? — Preguntó Dahyun.

Chaeyoung sólo sonrió y respondió. — Al Polo Norte.

Dahyun la vio como si su amiga estuviera poseída, hizo una cruz con sus dedos apuntando a ella y miró al cielo.

¡Oh, Señor Celestial, perdona a nuestra Chaeyoung! ¡Ella no sabe lo que dice, probablemente bebió demasiada leche de fresa, Señor! — Chaeyoung le dio un golpe en el brazo tras su acción.

¡No! No tenían leche de fresa. Había un chocolate caliente increíble ¡Y en el Polo Norte realmente hay renos de Santa! ¡Y tiene al grandulón en persona! — Aclamó.

— ¿Mina te incitó a esto? Ella realmente está siendo un mal ejemplo.

Chaeyoung gruñó y golpeó su hombro.

— Oye, de hecho. Hoy me encontré con alguien, adivina quién. — Dijo su amiga. Chaeyoung suspiró y preguntó. — ¿Quién?

Dahyun movió sus cejas de manera rara. — Chou Tzuyu. — Chaeyoung se sonrojó. Se había olvidado de aquella muchacha.

— Tzuyu ¿No era de ella sobre quien has hablado estos días? — Mina sacó de sus pensamientos a Chaeyoung en el momento en que la nipona unió sus manos. Se había convertido en un hábito de la japonesa el tomar su mano.

— Oh. S-sí. — Dijo nerviosamente. Dahyun miró las manos de las chicas y frunció el ceño.

— ¿Hay algo que quieras contarme, Tigre? — Preguntó mientras señalaba sus manos. El sonrojo en las mejillas de la coreana menor aumentó y se dispuso a solamente negar con la cabeza.

— Creo que deberíamos ir al zoológico hoy, Chaeyoung. Sería divertido ¿No crees? — Le preguntó Mina a la menor. Chaeyoung sonrió y asintió.

— El zoológico ¿Puedo ir? — Pregunta la más pálida.

— Por supuesto. — Respondió la japonesa. Entre más amigos mejor, pero Chaeyoung no pensaba igual puesto a que bufó ante la respuesta de la mayor.

— ¿Qué? ¿Crees que arruinaré tu cita? — La cara de Chaeyoung se tornó roja.

— ¿Una cita? Es lo que hacen los humanos ¿Cierto? ¿Los enamorados? — Los pies de Chaeyoung se debilitaron.

𝐃𝐞𝐚𝐫 𝐒𝐚𝐧𝐭𝐚 ➳ 𝐌𝐢𝐜𝐡𝐚𝐞𝐧𝐠Donde viven las historias. Descúbrelo ahora