A White Suit -Minyeon-

Un Testigo De Asesinato

Supongo que se podría decir que era una simple ciudadana que no quería meterse en problemas. Seguí la ley y me mantuve al margen de cualquier actividad relacionada con pandillas. Tampoco tenía muchos amigos, lo cual no me importaba. En esos tiempos estaba tratando de ahorrar dinero para mudarme fuera de la ciudad, a un lugar más pacífico y con menos delincuencia.

Trabajé en un restaurante que estaba en un territorio recién adquirido, la persona que lo poseía anteriormente aparentemente lo abandonó y se fue de la ciudad. Eso significó que el dueño del restaurante tuviera que hacer un nuevo trato con el dueño del territorio, para garantizar su seguridad.

¿Cuándo fue exactamente? Oh, es cierto. Era un sábado cálido y soleado, no había muchos clientes en el restaurante ese día. Diría que habían unas dos personas. Estaba limpiando una mesa cuando sonó la campana, indicando un nuevo cliente. Terminé de limpiar la mesa y miré hacia arriba para ver a una mujer con un traje blanco junto con otra con un traje completamente negro. Se sentaron en una mesa del fondo.

Rápidamente regresé a la parte de atrás para colocar los platos sucios en el fregadero antes de salir con un pequeño cuadernillo de papel para escribir su orden. La orden fue simple; dos platos de bistec cocinados a fuego medio con un té dulce y una coca cola. La mujer de traje blanco era amable, mientras que la de traje negro era un poco descortés.

Una vez que obtuve las órdenes y las entregué, la de traje blanco me agradeció mientras que la otra se limitó a asentir. La mujer frunció el ceño hacia su amiga y me dijo que estaba un poco gruñona. Me reí y les dije que lo disfrutaran, para luego dejarlas y volver a la trastienda.

Lo siguiente que sucedió fue que noté que el dueño había salido y hablaba con la mujer del traje blanco. Parecían haber estado hablando por un tiempo antes de estrecharse las manos, el dueño regresó hacia mí mientras yo estaba ocupada lavando y secando los platos.

— Buen trabajo sirviendo a esas dos, un bono extra para ti.

— Ah, gracias, señor. ¿Puedo preguntar quiénes son?

— No sé sus nombres, sólo sé que la mujer del traje blanco se hace llamar Yoon. Es la nueva dueña de este territorio —Mi jefe me lo explicó.

— Muy bien entonces.

Mi jefe me dejó para seguir lavando los platos. Una vez que terminé la mayoría de ellos, miré hacia la parte principal del restaurante para ver a las mujeres levantarse. Había esperado a que se fueran antes de ir a limpiar los platos, y lo que me sorprendió fue la propina. Eran diez mil wones. Me había ido esa noche con un bono de cinco mil wones.

No quería irme tarde a casa, simplemente pasó porque había muchos platos que lavar. Vivía a solo cinco minutos del restaurante en un bonito apartamento para mí. Mientras me acercaba a mi casa, miré hacia un callejón y vi a la misma mujer que estaba vestida de negro hablando con un chico. Lo siguiente que supe fue que el tipo cayó al suelo cuando una puñalada lo atravesó. Me apresuré a salir y entrar en el edificio de apartamentos, subí al segundo piso y entré en mi hogar.

Recuerdo que no dormí esa noche en realidad, debido al hecho de que tenía miedo de que la mujer realmente me hubiera visto. Esa noche solo pude dormir como una hora, que fue temprano en la mañana. Afortunadamente, no trabajé ese día, lo que significaba que podía dormir y eso fue exactamente lo que hice. Mi reloj marcaba exactamente las doce cuando alguien llamó a mi puerta.

Me levanté después de que pasó un minuto mientras continuaban los golpes. Solo llevaba unos pantalones deportivos negros y una camiseta blanca. Me acerqué y abrí la puerta, olvidándome de mirar por la rendija. Lo siguiente que vi fue oscuridad total, ya que había perdido el conocimiento.

Cuando recuperé la conciencia, estaba en una habitación oscura con una luz tenue. Me ataron a una silla, me ataron los brazos a los costados y me ataron las piernas a las patas de la silla. Ni siquiera traté de escapar, sabía que estaba acabada. La mujer me había atrapado.