Toda persona se enamora, no importa la edad ni el momento, solo empezábamos a sentir crecer hermosas flores en nuestro interior.
Yo, Haru Yamada estaba perdidamente enamorado de mi mejor amigo desde la infancia, pero desafortunadamente mi organismo...
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Los minutos pasaban tortuosamente a mi parecer, seguía perdido en mis pensamientos mientras miraba por la ventana. El recuerdo que tuve con Chris la noche pasada seguía perforando mis pensamientos, aunque quisiera dejarlo a un lado.
Seguiría de la misma manera de no ser porque sentí un ligero golpe en mi mejilla producto de un papel que habían sido lanzado, estuve a punto de reclamarle a Chris al notar que había sido él pero la estridente voz del profesor de matemáticas detuvo mi acción haciendo que me sobresaltara
—Señor Yamada, por lo visto usted sabe de lo que hablo como para que no me preste atención ¿Por qué no lo demuestra a todos sus compañeros resolviendo el ejercicio del pizarrón?— Habló provocando que algunos rieran sutilmente. Maldije por lo bajo mientras me acercaba a paso lento hacia el frente. Miré el pizarrón en busca de los ejercicios que debía responder, notando que era de un tema que para mí fortuna sabía resolverlos. Eran ecuaciones logarítmicas.
Tome la tiza con mucha confianza y empecé a resolver el ejercicio como si nada, escuchaba murmullos a mis espaldas y varias miradas clavadas en mi haciendo que apresurara el movimiento de mi mano para terminar de resolverlo cuanto antes. Terminé de resolverlo y empecé a explicar lo que había hecho dejando a varios, por no decir a todos incluyendo al profesor sorprendidos
—Finalmente, sustituimos el valor hallado en la ecuación del enunciado. Se obtiene log 250 = log 6 + 3 x log 5 - ½ . log9 Puesto que no aparecen logaritmos de números negativos, x=250. Y esa es la solución de la ecuación— Terminé de hablar con una sonrisa en mi rostro. Escuché el timbre sonar dando aviso del receso y al profesor finalizar la clase felicitándome por responder correctamente.
—Debo admitir que lo subestime joven Yamada, pero me alegra que pudiera resolver el problema correctamente— Dijo dándome unas palmadas en la espalda.
Tomé mis cosas y me dispuse a salir del salón pero escucho la voz femenina de Amber hablarme, me dispongo a mirarla de reojo y proseguir con mi camino hacia el salón de clases de las chicas, las espero unos minutos y las veo salir riendo por alguna tontería.
—Bonjour les filles— Les dije mientras les sonreía.
—Bonjour, Haru— Respondieron al unísono
Empezamos a caminar hasta nuestro lugar de siempre para picar unos bocadillos que Beth había traído y hablar de cosas sin sentido como siempre hasta que la persona menos deseada se nos acercó, en Amber se veía una cara afligida, que igualmente no me convencía, era un presentimiento que todo lo que hacía era una mentira, como si ocultara algo detrás de toda esa vibra de ángel encantador, o quizás eran los celos que sentía hacia ella que me provocaba un rechazo a su persona. Se acercaba a paso lento hasta finalmente llegar a nosotros y llamar nuestra atención haciendo carraspear su garganta.
