—Hoy haremos una aparición pública ¿qué te parece? —Daphne siempre hablaba con certezas, incluso cuando preguntaba.
Ginny la observó confundida, sin dejar de ingerir una tostada con palta.
—¿A qué te defdiedes?
—Ahg, qué asco Weasley, ¿podrías tragar antes de hablar o es mucho pedir?
—¿Quién te invitó a la charla, Serpiente?
—No necesito que te dirijas a mi para notar tu falta de modales —la miró con burla por encima de la taza que sostenía con delicadeza.
Se desafiaron con la mirada por unos segundos hasta que Ginny interrumpió el duelo para continuar con su tostada, haciendo gestos exagerados de tomarla delicadamente, llevarla a su boca, morder y masticar como una Señorita de Bien. Pansy falló en intentar no reír; la pelirroja también.
—Es increíble lo rápido que vuelven a tener quince años—negó con la cabeza observandolas— , como decía, me parece que podríamos atraer la atención de los periódicos si nos dejamos ver juntas. Eso le haría bien a tu imagen y podría repercutir en la dirigencia de Las Arpías.
Ginny (sólo por orgullo) se tomó el tiempo de tragar y tomar unos sorbos de agua antes de hablar.
—¿No será raro? Greengrass y Weasley juntas, siento que nos van a llevar directo a la Guerra Mágica.
—En efecto, dependerá de qué enfoque le den a la nota y para asegurarme pienso recurrir a cobrarme algunos favores. Queremos hacer un poco de ruido, pero el ruido correcto.
—O sea que ya lo decidiste, analizaste y todo ¿no? Sólo me estás contando.
Daphne tamborileó dos dedos en su mentón, fingiendo pensar.
—Mm, sí.
—¿Qué esperabas de Señorita Controlo-todo? —se burló Pansy, recibiendo una mirada de advertencia de su amiga.
— Y para cuando se entere la Ministra, ¿qué plan tenés?
—Oh, creeme, ya lo sabe —contestó muy tranquila, haciendo un ademán con su mano para restarle importancia.
Ginny se atragantó y empezó a toser compulsivamente. Para nada esperaba esa información. Daphne le rellenó el vaso de agua con gesto preocupado mientras Pansy sonreía, burlona.
—¿CÓMO QUE YA SABE?
—¿Pensabas que no? —se extrañó Daphne.
—Pensaba en que se enteraría más adelante y tendrías algún plan para que no me cruciara, sí.
—Qué inocente, Weasley. ¿Cómo crees que llegó al poder? ¿Jugando a las muñecas con Voldy?
—No estoy para tus bromas, Serpiente. ¿Puede alguna explicarme esto? Porque no tiene ningún sentido para mí.
La bruja rubia se apiadó al ver la alteración de la menor.
—Fue en el casamiento de Astoria y Draco, una boda por todo lo alto, imaginate: su único sobrino y al que trata como hijo. Nos sentaron juntas en la mesa principal. Yo me sentía nerviosa porque, claro, estaba al lado de la actual Ministra de Magia. Y no cualquiera, Bellatrix Black.
Ginny puso los ojos en blanco.
—¿Podemos saltear la parte en que te baboseas con ella?
—No entiendo, ¿hay alguna parte más interesante que esa?
—Sí, saber cómo planteaste mi liberación sin terminar muerta.
—Sos aburrida, Weasley ¿eh? —se giró encarando a Daphne—. El vestido que llevó esa noche era increíble, tan elegante y exquisito como ella. ¡Por Morgana! Te envidié tanto por sentarte al lado suyo, seguro no le sacaste los ojos del escote.
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Bajo su protección
RomanceSi el azul por definición es un color frío, ¿cómo puedo incendiarme viendo sus ojos?