La sede de Las Arpías se encontraba en la ciudad de Holyhead, en el noreste de Gales. El cielo estaba parcialmente nublado, aunque no era algo especial de aquel día: durante todo el año se mantenía así.
Weasley&Greengrass se trasladaron hasta las grandes puertas de la sede. Era una construcción romana, probablemente refaccionada con magia, con muros altos y banderines con la insignia de Las Arpías: la garra amarilla con el fondo verde.
—Te van a quedar bien esos colores ¿no? —le sonrió Daphne, admirando el imponente lugar.
—Voy a ser como la navidad —se quejó en broma.
Dentro descubrieron que el lugar sólo mantenía aquel aspecto antiguo por fuera. Un amplio hall las recibió, con sillones modernos y algunas plantas de hojas grandes en las esquinas. Se escuchaba música pop de moda, aunque no se sabía bien de dónde salía el sonido, parecía venir de todos lados sin ser invasivo. Detrás de un escritorio, una bruja mayor vestida con traje y túnica con los colores del equipo, atareada.
—Buenos días, soy Daphne Greengrass, la representante de la jugadora aquí a mi lado, Ginevra Weasley. Venimos a la prueba.
La bruja detuvo por un instante sus quehaceres y les dedicó una rápida mirada. Tenía el cabello canoso pero no aparentaba más de cincuenta años.
—Buen día señoritas, apunten con su varita en el cuadrado de aquí para registrarse y pueden pasar. La prueba se realizará en el campo que queda siguiendo por este pasillo, a la izquierda. El vestuario está doblando para la derecha. ¡Mucha suerte!
Y sin más volvió a su trabajo.
Daphne la miró desaprobando su comportamiento y Ginny tiró de su mano, tomando la delantera para ir hacia donde le habían indicado.
—Cambiate y te espero en el campo de juego ¿te parece? —le consultó la rubia, fuera de los vestuarios.
Ginny asintió y la vio alejarse. Se tomó unos segundos frente a la puerta para inspirar y espirar lentamente. "Vos podés Ginny. Vos podés. ¡Sos una Weasley!" y entró con ánimo.
El vestuario era blanco, con taquillas a cada lado para guardar las pertenencias y bancos en el medio de la estancia. Había una separación que supuso llevaría a las duchas.
—Hola —saludó una chica a su derecha, que estaba terminando de ponerse una túnica color amarillo.
—Ey —le correspondió con una sonrisa, dejando su bolso en el banco y abriéndolo. A su alrededor había seis chicas.
—¡Tenemos una zanahoria! —se levantó una bruja morena, con el pelo atado y cara de águila.
Ginny le dedicó una mirada con ceja alzada. "Ya empezamos ¿y esta quién se cree que es para hablarme así?"
—Eh ¿te conozco? digo, por la confianza —se sacó su sweater y su camiseta quedando con el corpiño deportivo. Tanto tiempo jugando en el equipo de Gryffindor le había borrado la vergüenza por desnudarse frente a otras personas.
Se puso la camiseta oficial que le había regalado Daphne. La tela era de la mejor calidad, la sentía deslizarse suave sobre su piel.
—Había escuchado rumores de que vendría una Weasley, ¿no te da verguenza caminar entre nosotros? Traidora —escupió, acercándose para encararla.
El cuerpo de la pelirroja se puso alerta, apretó sus puños con fuerza, ¿por qué tenían que venir a molestarla si ella estaba tan tranquilita?
—Ignorala, hizo el mismo show con todas —le habló la chica que la había saludado antes—, soy Helena —se presentó, ofreciendo su mano—, vengo por el puesto de cazadora.
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Bajo su protección
RomantizmSi el azul por definición es un color frío, ¿cómo puedo incendiarme viendo sus ojos?