Capitulo 3

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Capitulo 3

Juncell había hecho lo que la reina le aconsejo, salir a la ciudad y dirigirse a la iglesia, con tantas lecturas en los últimos días y patrullas por la ciudad logro aprender a dirigirse por todo el lugar, aun vestido con las ropas de Agdayne tal vestimenta le hacía verse como algún noble de tierras extrajeras combinado con su apariencia atípica, aunque las personas lograron reconocerlo sin problema por su tamaño, nadie es tan grande como el en la ciudad incluso aquellos que se consideran altos se vieron pequeños delante del moreno de pelo cenizo, eso hizo que muchas personas en un principio sintieran temor hacia el pero con el tiempo algunas personas comenzaron a verlo como algo normal y otros directamente lo ignoraban.

Aun así, Juncell se sorprendió al ver el comportamiento de las personas en la ciudad, Feoh es el escudo de Oestia y aun así pocos son los que se pueden considerar guerreros en el lugar eso le pareció muy impráctico sobre todo porque además de ser personas que no saben luchar la gran mayoría son nobles, aunque por los libros pudo entender el funcionamiento del mundo, los pobres se encuentran fuera de la ciudad amurallada y los nobles dentro protegidos por los guardias.

Los rojizos ojos de Juncell observaron la iglesia, grande con un diseño gótico justo detrás del castillo de Feoh, alrededor de la iglesia el pudo observar a diversos niños jugar mientras son observados con sumo cuidado por las monjas del lugar, sin sorpresa noto como incluso la vestimenta de las monjas es escasa y muy impropia de mujeres devotas a alguna divinidad o por lo menos lo es según la experiencia que el tiene por poseer diversos ropajes orientados a tales actividades, algunos niños detuvieron su jugueteo en cuanto vieron al moreno de gran estatura en el lugar obviamente intimidados por su apariencia tan extraña a sus ojos.

No los puede juzgar por tal cosa, pero tal parece en todo ese lote noto como unos niños se acercaban a él, aquello le hizo levantar una ceja un comportamiento inesperado -Señor, es un placer volver a verlo-

- ¿Volver a verme? – no entendía de que hablaban los niños y tampoco entendía donde hubiera podido verlos antes, eso de que lo confundan con otra persona no suele pasar nunca.

-Claro, recuerde nos salvo de esa fea cueva junto a los demás, y nos trajo aquí, a mí y mi hermana- pronuncio el niño señalando la pequeña a su lado.

Imposible seria para Juncell recordarlos, no suele retener rostros que no fueran importante para sus actividades, un mecanismo de defensa creado por su mente para no terminar loco ante la gran cantidad de Hollows y seres que llego a matar o ver morir, por ello le dio una ojeada atenta en esta ocasión a los pequeños, obviamente son gemelos incluso si son de sexo diferente la similitud entre ellos es claro, no solo por su pelo negro y sus ojos marrones que son idénticos cambiado únicamente el peinado si no también por su rasgos faciales.

-Ya veo...No pensaba verlos aquí- Y obviamente ya no sabe que decir, alguien normal les preguntaría como conllevan todo después de ser víctimas de aquel culto, pero para Juncell preguntar tal cosa no tiene sentido solo los haría recordar algo que no es agradable.

-No nos presentamos antes, mi nombre es Leo y ella es mi hermana Lea- Lo único que pudo pensar ante esos nombres fue en la poca imaginación de los difuntos padres de los gemelos.

-Yo me llamo Juncell- sigue sintiéndose extraño pronunciar su nombre...y escuchar a otros decirlo, según recordaba en Drangleick nunca nadie lo decía.

Un silencio incomodo comenzó a instalarse entre los tres, los pequeños no sabían que decir y el tampoco, ellos por inexperiencia y el también...aunque pensó en algo que quizás sirva para por lo menos romper el silencio y sacarle algún tipo de sonrisa a los niños, este saco una pequeña piedra suave y lisa la cual sacudió y de inmediato la piedra comenzó a emitir una luz dorada hermosa, tomo una segunda y hizo lo mismo para que esa dejara escapar una luz azul y le otorgo las piedras a los pequeños, los ojos de estos últimos se iluminaron como estrellas al ver esas piedras que emiten luz de colores, algo simple sin duda que nunca le sirvió para mucho pero por lo menos le solía entretener cuando estaba muy aburrido.

Señor OscuroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora