ｌｏｎｇ ｌｉｆｅ [Neji Hyuga]

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“Gracias,  por darme una vida donde pueda ser feliz a tu lado.”

-Wuaaa Maiko ya deja de llorar -pidió por sexta vez la bicolor.

Kame se encontraba meciendo a su preciosa bebé de cabellos castaños y ojos grises,  al parecer la niña de tan solo cuatro meses no queria parar de llorar.  Lo peor era que la pequeña Maiko no lloraba tranquilamente, no,  ella lloraba a gritos pidiendo la atención que su madre le estaba dando.

Hacia solo cuatro meses que la dulce y llorona bebé Hyuga había nacido,  pero aun asi la bicolor trataba de ser una buena madre primeriza. 

Aunque quizas era más primeriza que madre.

-Ya mi amor~ -trataba de que sus palabras suenen suaves y meliosas para poder calmar a la criatura en sus brazos.- Tienes hambre? 

La de orbes grises tomo asiento en el sofa de su casa,  coloco a la bebé de una forma mas comoda para poder amamantarla.  Una vez corrio un poco su ropa,  acerco a la niña a su pecho para que pueda alimentarse.

Rio cuando la pequeña Maiko practicamente se abalanzó hacía ella para comenzar a comer. 

-Ah Maiko,  tomaste leche hace un hora.  -chilló mientras que con una mano acariciaba los lacios cabellos de la castaña. - No puedes comer tanto.  -río.

Kame se habia asustado tanto cuando se entero de su embarazó y ni hablar de lo aterrada que estubo durante su parto prematuro de ocho meses,  ahora sentía que todos esos miedos se desvanecían. En el momento que le mostraron a su bebé recien nacida,  la bicolor se dio cuenta de que jamás se habia sentido tan feliz y aliviada.

Tenia una preciosa niña que alegraba todos los dias de su vida,  una pequeña parte de ella y de Neji.  Maiko era la personificación del amor de ambos,  y sus padres la amaban con todo su corazón.

La mitad peliblanca mitad pelirosa sentia que su vida era hermosa.

Todavía recuerda la emoción que tenia su amado esposo cuando las enfermeras les presentaron a su pequeña,  el Hyuga habia llorado durante horas al verla.  La pequeña de largas pestañas,  lacio cabello castaño y brillantes ojos grises habia conquistado sus corazones con solo abrir los ojos.

Maiko Hyuga era su hermosa hijita.

Y aunque la pareja luzca como padres cansados y estresados,  ambos adoraban cada segundo que pasaban junto a la bebé.  Podría sonar extraño pero la admiraban hasta cuando lloraba. 

Pero sin duda la amaban más de lo que se amaban a si mismos.

-Estoy en casa! -se escuchó la voz del mayor desde el pasillo.

-En la sala! -lo llamó.

Solo bastaron un par de pasos para que por la puerta se asomaran esos orbes perla-lila que ella tanto amaba,  el castaño sonrió apenas las vió.  Camino hasta ellas para tomar asiento a un lado de su esposa,  dejo un beso en la frente de su hijita y otro beso en los labios de su sol.

-Como te fue?  -preguntó la oji gris con una sonrisa.

-Bien,  algo cansado.  -comentó restándole importancia.- Maiko se porto bien? 

La risita que su esposa le regalo sin duda le hizo entender que su pequeña niña no habia estado del todo tranquila,  suspiró para acariciar los castaños de la bebé.

-Maiko no estreses a mamá...-le murmuró.

La pequeña que se habia estado durmiendo,  apenas oyó la voz de su padre abrio sus enormes ojos grises.  Encontrándose con los rostros de sus progenitores,  rapidamente dejó de tomar el pecho de su mamá y estiró una manito hacia el castaño. 

-Es injusto que él sea tu favorito,  Maiko -se quejo la muchacha mientras volvia a acomodar su ropa y su esposo tomaba a la bebe entre sus brazos.

Tras una pequeña carcajada que el mayor dijo,  ambos se quedaron en uin cómodo silenció.  Miraban como su pequeña jugaba con la mano de su padre mientras Kame apoyaba su cabeza en el hombro de Neji,  amaban estar los tres juntos en un cálido y bonito momento.

-Te amo,  Kame Hyuga.  -sonrió el mayor para ver a su esposa de reojo.

La bicolor río mientras un leve sontojo se apoderaba de sus mejillas,  rapidamente rapidamente se enderezó para besar con todo el cariño del mundo a su pareja.

-Yo te amo más,  Neji Hyuga.