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“De que sirve tener tantos pajaros enjaulados,  si ninguno sabe volar”

Lo único que podía sentir eran sus parpados pesados,  su cuerpo estaba entumecido y su respiración era tranquila. Su garganta estaba seca y le picaba,  tenia sed; con mucho esfuerzo logro abrir sus ojos pero rapidamente los cerró.

La luz blanca lo habia segado entonces trato de abrir lentamente sus perlados ojos, pestañeó acostumbrándose a la blanca luz del lugar.  Lo primero que vió era un techo, completamente blanco y paredes del mismo color. Trató de levantarse para ver la habitación donde estaba, pero apenas se movio un centimetro miles de punzadas por todo su abdomen lo inmovilizaron. 

Su cuerpo dolía como nunca antes , con esfuerzo y cuidado logró sentarse en la camilla y observo donde estaba.  Era una habitación de hospital,  conocía bien esas habitaciones blancas, pacíficas y frías,  estaba en el hospital de Konoha y eso lo supo al ver que la ventana estaba abierta y afuera se veía su pequeña y reconstruida aldea. 

Se miro a si mismo y noto miles de vendas por todo su abdomen mientras que en sus brazos tenia algunos parches o banditas para las heridas menores. Una fria sábana de hospital lo cubría desde su cadera hacia abajo y notó que solo llevaba unos pantalones de hospital, escucho la puerta abrirse y rapidamente volteó en su dirección.

Mala idea,  ahora una fuerte punzada en esta provocó que llevé su mano hasta su frente con dolor.  Quiso maldecir pero  su garganta seguía seca.

-Neji-nisan,  despertaste.

Alzo con cuidado la cabeza y se encontró con la dueña de la voz,  sus ojos perla-lila se encontraron entre si y miro a su prima sin entender ue había pasando.  La muchacha al ver que el castaño porfin despertó no pudo evitar sonreír,  a paso rápido se acercó a él y tomo asiento en la silla cerca de la cama mientras dejaba la canastra que traía sobre la mesa de luz y servia un vaso de agua para el mayor.

-Primero bebe algo,  Neji-nisan. -le entregó el vaso llenó de ese cristalino líquido.

El castaño aceptó gustoso y bebió del agua como si su vida dependiera de eso,  tal vez su vida no lo hacía pero su garganta si. Una vez se bebió todo el líquido con rapidez dejo el vaso de vidrio en donde habia estado antes.

-Hinata-sama. -la llamó, aunque no hacia falta pues la chica lo miraba con suma atención y alegría - Qué... Sucedió? 

La chica cambio su sonrisa por una mirada triste durante unos segundos, meditó un poco que respuesta debía darle ya que los doctores le avisaron que  tal vez el jóven Hyuga sufriría de amnesia.

Y como no hacerlo?  habia estado en coma alrededor de tres semanas y media. Hinata miro a su primo dudando si preguntarle o no,  pero él merecía una respuesta y la exigía ahora.

-Neji-n-nisan..... -tartamudeo por los nervios. - qué es... l-lo ult-timo que recuerdas?

El castaño de abundante cabellera larga pensó durante unos momentos,  varios recuerdos vinieron a su mente:  la guerra,  Madara Uchiha, el Juubi, Naruto,  Hinata,  Flechas de troncos, un impulsó,  su muerte. 

Eso era lo ultimo que él recordaba,  su muerte.  Recordaba el dolor en su cuerpo,  la promesa que le hizo a Naruto y el momento exacto en el que su corazón dejo de latir y el oxigeno abandono sus pulmones.

Un escalofrío paso por su cuerpo al pensar tales cosas,  estaba seguro que murió pero no se arrepentía de nada.
Él se había sacrificado por su amable prima y por el imperactivo ninja cabeza hueca,  jamás se arrepentiría de eso.

Pero si Neji Hyuga habia muerto,  porque ahora estaba vivo?

long life [Neji Hyuga]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora