Insomnio (#Superación)

XIV

"¿No es encantador estar completamente solo?"

—Yo reconsideró la idea de al menos comentarlo, enserio, ese chico no creo que lo merezca.—

—¿Te gusta acaso?—pregunto el señor uniformado ya cansado-el tampoco es un angelito.

—Lo se bien, pero... Esa señora se quedaría completamente sola.—

—Ah, te gusta la señora.

—No es un chiste, de verdad, avisarle que puede ir a otro lugar, quizá dónde vivía la hermana.

—Joder, ¿Tú crees que a ellos les importaría tener que viajar solo para terminar con su vida?—el oficial suspiro mientras sacaba un cigarrillo.

—Pero...

—Pero nada, ese chico fue el que se metió con esos delincuentes, no nosotros. Y si lo matan solo será culpa de el mismo.—dijo dando final a la discusión que se había tornado.

Todo el mundo sabía que desde hace un par de días estaban buscando a Mateo, al cual se lo había tragado la tierra desde el día que a la señora Luiza le dió un "ataque de pánico" después de leer la carta que Ángela había dejado.

Uno de los oficiales—mas joven— parecía ser el único interesado en evitar que asesinaran a Mateo, quizá de la misma forma que a su hermana.

Pero, ¿Que podían hacer?.

¿Nada?

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—Señora Luisa, buen día.—saludo el oficial en la puerta de la señora.

—Buen día oficial, ¿Ocurre algo?— pregunto rápido, preocupada.

—¿Mateo no ha regresado?—pregunto el ingresando a la bonita casa.

—No, pero estoy segura de que está bien, solo estaba algo presionado.—

—¿Presionado?..

—recibía un par de.. amenazas.

—Con que amenazas, justo venía para avisarle aquello. Y que su hijo estuviera preparado.

—Aun no entiendo porque usted lo proteje si también es uno de ellos.-dijo ella con cierto rencor.

—El fue uno de ellos, no se equivoqué señora, no pierda la fe. Estoy seguro de que su hijo ya cambió.

—¿Y si no es así?.— su voz tembló.

—Si no es así, pagará por lo que ha hecho, aunque la muerte de su hermana ya ha sido suficiente peso para el.

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Luis pensó en apagar su celular que no paraba de emitir el asqueroso sonido de alguien que deseaba acabar con la paz que difícilmente había logrado.

Colgó las llamadas mil veces, pero insistían, y claramente la preocupación era notable.

Se estaba quedando en un pequeño hotel que pagaba con sus ahorros.