Mia.
—Sonia... Sonia por favor ayúdame.
Hablo mientras la cruzo en el pasillo llorando. Por suerte no veo a nadie cerca.
—¡Mia mi amor! ¿Que te pasó? ¿Por qué lloras?.
—Sonia yo ya no puedo guardarmelo más.
—¿De que hablas?.
—Estoy enamorada de Pablo.—digo aún llorando.
—Mia, tranquila ¿si?.
—No puedo, estoy traicionando a Vico, a mi amiga ¿Entendes?.— le digo ya que ella sabe todo lo que pasó anteriormente con Victoria.
Todo este tiempo estuve enamorada de Pablo y quise convencerme de que solo estaba confundida.
—No la estás traicionando, es lo que sentís. No podes cambiarlo, es así... el amor es así, vos no elegís, no elegís a quien amar Mia.
—¿Y que hago? No quiero perderlo, pero tampoco quiero perder a Vico.
—Mia, yo sé que es difícil pero tenés que hablar con ella. Explicaselo. Tiene que entender que también Pablo no siente nada por ella y no puede obligarlo a quererla.
—¿Perdón? ¿Que hacen ustedes dos acá?.— se acerca Marizza la hija de Sonia. No tengo una muy buena relación con ella por lo tanto no deja que me acerque a su madre.
—Nada.— respondo.— Le estaba preguntando si tenia muy corrido el rímel... nada más. Bueno, yo ya me voy.
Me voy hacia mi cuarto para retocarme el maquillaje mientras pienso en lo que Sonia me dijo.
"Esta noche hablaré con Victoria." repito en mi cabeza una y otra vez.
Llego a mi cuarto.
Después de un tiempo, al terminar de retocarme vuelvo a salir y empiezo a buscar a Pablo para comentarle de mi charla con Vico.Entro al bar después de haberlo buscado en la sala de estar y lo veo riendo con una chica, pelo corto y negro.
Está de espaldas así que no logro ver su cara.—Pablo ¿Podemos hablar?.— me acerco sin mirar el rostro de la persona que lo acompañaba.
—¿No ves que está hablando conmigo?— me dice la chica.
—Paula por favor...— la frena Pablo.
Volteo mi cabeza y la miro sorprendida.
Paula y Pablo eran novios un año antes de que yo y él nos distanciaramos. Recuerdo perfectamente, yo era bastante celosa de ella y con Pablo discutíamos demasiado en esos tiempos. Nunca tuve una buena relación con Paula, nos llevábamos mal ya que ella sabia que yo sentía cosas por él.
—Perdón, yo... no quería interrumpir. Hablamos después.
Digo e intento irme pero él me frena.
—Pará...— dice.— Paula, andá yo después te llamo.
—Bueno, bueno está bien. Chau Pablin.— lo saluda con un beso en la mejilla y se va chocando mi hombro al pasar por mi lado.
—¿Que necesitas?.
Me pregunta Pablo.
—Eh... nada, nada. Yo quería... ver como estabas por los golpes que te dió Joaquín y nada, quería ayudarte.
Miento, no venia a eso.
—Estoy bien, Paula me puso hielo y una pomada para que se me pasara un poco el dolor.
—Ah... bueno me alegro.
Él no me responde nada, solo me mira.
—Eh... mejor me voy.— rompo el silencio, el cual era demasiado incomodo y me retiro rápido.
¿Así es como te la jugas por mi Bustamante? Sabia que no había cambiado. Sigue siendo el mismo mujeriego de siempre.
Llego a mi cuarto una vez más y allí está Felicitas.
—¡Mia! Por fin te veo.— habla al verme entrar.
—Feli... decime ¿Que pasa?.
—Ya se acerca la feria americana que hacemos todos los años y quería proponerte una idea nueva.
—Ay no... la feria Feli, me olvidé ¿En que estaba pensando? Tengo que preparar todo.— digo entrando en pánico y caminando de un lado hacia otro.— No voy a llegar, ahora necesito tu ayuda más que nunca Felicitas... vos sabes lo difícil que es ser yo.
—Obvio que te voy a ayudar Mia, es más, se me ocurrió que en vez de una feria, hagamos un desfile ¿No te parece?.
—Me gusta la idea pero ¿Vos decís que vamos a llegar?.
—Si, mas vale que si, tenemos que empezar a organizar todo desde ya.
Habla Feli y empezamos a pensar todo.
—Bueno, entonces quedamos así, al desfile lo hacemos acá y les pedimos a las chicas que nos den una mano.— hablo repasando todo lo pensado.
—Si, pero primero tenemos que pedirle autorización a Dunoff.— contesta Felicitas.
—Ay tenés razón.
Bueno, no te preocupes, yo hablo ahora con él.Salgo de el cuarto y me dirijo hacia el despacho de el director.
Sin duda la idea del desfile es buenísima, me hace bien mantenerme ocupada, sobre todo para no pensar en el imbécil de Pablo.
—¡Mia!.— escucho que alguien me grita mientras camino.
—Mierda.— susurro al reconocer la voz.
Me doy la vuelta y Pablo se me acerca.
—¿Como... como estas?.
Me pregunta.
—Bien. Eh... Pablo, no puedo hablar ahora, estoy ocupada.
Intento irme pero me frena.
—Pará ¿Te pasa algo? Estas rara.
—No, no me pasa nada, solo que estoy ocupada Pablo, en serio, tengo que irme.
Me voy y sigo caminando a la oficina de el director.
—Permiso Dunoff.— habló tocando la puerta y abriéndola.
—Colucci, diga ¿Que necesita?.
—Bueno, yo quería hacerle una pregunta... con mis amigas estamos pensando en hacer un desfile y queríamos preguntarle si nos daba autorización de hacerlo aquí, en la institución.
—Un desfile... no me parece adecuado hacerlo aquí señorita Colucci.— responde.
Sigo insistiendo y termino ganando, él me da la autorización.
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"Dejaré de mirarte, dejaré de pensar en vos."
•Amando a mi guitarra- Los Gardelitos.

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Nadie como vos.
Romance"Para mi, el amor es el deseo de un bien para el otro. Es lo que justifica que podes llamarlo amor, y lo he vivido más de una vez en la vida, porque una cosa es el enamoramiento y la calentura, la fascinación por el otro, la admiración, no es lo mis...