Capítulo 4

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"Ella sabía que él sabía, que algún día pasaría que vendría el a buscarla con sus flores amarillas"

-Lo lamento mucho – dije apenada al ver como derramé el café sobre ese muchacho.

Llevaba un lindo ramo de flores amarillas las cuales cayeron al piso tras el golpe y sentir lo caliente del café sobre su ropa, llevaba una camisa blanca la cual ahora tenía una mancha café y una ligera quemadura debajo suya seguramente.

-De verdad lo lamento – intente limpiarlo.

-Descuida está bien – sacudió su camisa sin verme.

-¿Te encuentras bien? Pero que torpe – lo vi sonrojada.

-No te preocupes estoy bien – sonrio levantando la mirada.

Mi corazón se detuvo en ese preciso instante, esto debía ser una broma o una mala jugada del destino ¿estaba soñando? No, esa quemadura se había sentido tan real. Sus definidos labios rojos, su melena azabache sujetada en una media cola, sus manos cubriendo su linda carita sonrojada, moriría feliz en ese momento.

-¡Las flores! – dije saliendo del trance -Mamá va a matarme – vi las flores destrozadas.

-Discúlpame fue mi culpa, si quieres puedo...

-¡Ahome!

Un joven de tes blanca con ojos grises se acercó a ella sujetándola en un abrazo.

-Ahome aquí estas – se alejo de ella -Nos dejaste preocupados no vuelvas a hacerlo – sonrio.

-¿Qué haces? – lo vio indiferente.

-¿Quién eres tú? – me vio molesto -¿estas molestando a mi novia?

-¿Qué? yo no... no – tartamudee nervioso.

-Miroku basta – lo tomo del brazo.

¿Miroku? Entonces ese era el chico con el que se casaría, sentí como poco a poco un ligero dolor en el pecho se instalaba sintiéndome tan torpe, hasta ese momento ella no sabia de mi existencia. Di media vuelta alejándome de allí ¿Por qué me sentía tan estúpido?

-Eso, aléjate – dijo Miroku molesto.

-¿¡Basta! – lo vi enojada -¿Qué fue todo ese escandalo?

-Hay que guardar las apariencias.

-Que gran torpe – suspire -Ese chico no me hizo nada, yo choque con él y lo queme con mi café además de que le estropee sus flores – apunte el ramo.

-Bueno se lo merecía – se encogió de hombros.

No cabe duda que cuando se lo proponía era un tirano sin sentimientos, Miroku se alejó del lugar al ver pasar a un par de chicas con uniforme escolar de color azul, claro solo veía una falda y se le alborotaban las hormonas. Lleve la mirada al piso viendo el ramo tirado, era muy lindo llevaba rosas amarillas, algunos tulipanes y girasoles siendo tapados por una tela de red rosa y un listón, en su interior llevaba una tarjeta con una dedicatoria.

"No hay nada mas lindo que tu mirada al amanecer, tu mirada opaca al mismo sol. Sin darte cuenta te convertiste en mi sol por es por eso que te obsequio este ramo de flores amarillas, ninguna de ellas es tan hermosa como tu mi dulce Angy."

-Que romántico – sonreí bajando la tarjeta.

Seguramente este ramo era para su novia, este chico si que era muy detallista y romántico. Sonreí acercándome el ramo a la cara fantaseando por un momento, solo un momento que este ramo era para mi de parte de mi príncipe azul. Cerré los ojos abrazando el ramo llegando a mi mente la dulce sonrisa de ese chico acompañado por sus ojos dorados.

Flores amarillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora