Capítulo 10

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La tarde con las chicas se pasó rápido pasándola demasiado bien, sango era una gran amiga, pero desde que había comenzado a salir con Miroku muy poco salíamos en cambio con ellas me divertí entrando a toda la tienda que tenía lindos vestidos. Las chicas se veían felices con sus nuevas relaciones cuestionándome sobre lo que pensaba de Inuyasha.

Era un chico lindo de eso no había duda, era detallista, muy divertido y tierna, sin duda era el chico indicado y después de lo antes dicho por su hermano y amigo me confirmaban que mis sentimientos eran correspondidos sintiéndome tan feliz, aunque aún había un pequeño problema, Miroku.

Al menos ante los ojos de la prensa él y yo éramos una pareja, aunque ambos sabíamos que no era así

Después de las compras fuimos por un helado siendo abordadas por unos chicos pidiendo mi autógrafo y unas fotos uniendo a Rin y Kikyo conmigo, claro que después de algunos autógrafos más las tres nos tomamos algunas fotografías graciosas, este sí que era el mejor día. Al tener listos los vestidos llame a mi chofer proponiéndoles ir a la mansión a arreglarnos donde nos esperaran los mejores maquillistas, esta sí que sería una noche inolvidable.

-Entonces Inuyasha – Rin sonrio viéndome.

-¿Qué hay con él? – pregunte confundida.

-¿Te gusta? – pregunto Kikyo seria.

-¡Yo no dije eso! – dije apenada.

-Vamos Ahome somos sus amigas peo también sabemos guardar un secreto – sonrio Rin acercándose a mí.

-Además déjame decirte que él esta perdidamente enamorado de ti desde que te vio por primera vez – dijo Kikyo acomodándose el pelo.

-¿Cómo dices? – pregunte sorprendida.

-Inuyasha es un chico muy fantasioso, jamás perdió la esperanza que algún día poder estar a tu lado – sonrio -Solo no lo lastimes, es un buen chico. Gracias por todo Ahome, pero tengo que volver a casa antes de ir a la escuela, tu personal sí que son grandiosos.

-Si Ahome esta sí que será una noche inolvidable – dijo Rin sonriendo -También me voy, por favor no faltes eres la estrella de esta noche – me vio seria tomándome de los hombros.

Asentí viendo a ambas retirarse, le había pedido a Hakkaku que tuviera la limosina lista de ser necesario pidiendo las llevara a casa. Eran las 7:00 p.m. y dado a que ya estaban maquilladas y peinadas solo faltaba el vestido, aunque pensaba una y otra vez en las palabras de Kikyo, lo que menos quería era lastimar a Inuyasha, pero sabía lo obstinado que era Koga y su tonta idea del compromiso con Miroku.

-Señorita, la busca la señorita Sango – me dijo Aneth desde la puerta.

-Hazla pasar por favor – sonreí saliendo de mis pensamientos.

Asintió retirándose, me mude a mi cama viendo entrar a Sango con una sonrisa la cual apenas cabía en su rostro, sí que Miroku la hacía feliz.

-Pensé que ya estarías en ese baile – sonrio viéndome.

-Aun no ¿Por qué esa sonrisa?

-Miroku y yo hicimos oficial nuestro noviazgo – sonrio.

-¿A qué te refieres oficial? – pregunte confundida.

-Bueno estábamos comiendo cuando un periodista se acercó a nosotros cuestionando sobre nuestro encuentro mencionando que teníamos un noviazgo a tus espaldas el cual Miroku desmintió diciendo haber terminado contigo hace algunos días y ahora él y yo éramos pareja.

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