Enfermedad En Casa (Drowning Lessions).

Capítulo 3: La bitácora de Mikey

El alma de Bob seguía vagando por ahí, Gerard se angustiaba mucho, se desesperaba porque extrañaba a Bob, sabía que él lo apoyaría a cuidarse de su hermano, el cual de la nada se puso en contra de Gerard. Extrañaba bromear con su mejor amigo mientras Raymond hacía caras, Mikey y el no paraban de reírse en su más completa inocencia y Bert se comía su sándwich de yogurt con pollo y pimientos. Extrañaba las ocurrencias de Bob, como soñaba tocar el pandero en una banda de metal o volar por los cielos mientras le orinaba encima a las palomas. El joven Way extrañaba su inocencia antes de presenciar un asesinato.

Gerard nunca fue un chico saludable. Vamos a dejar que Michael narre el siguiente capítulo:

Yo Me llamo Mikey, Mikey Way, actualmente no recuerdo la felicidad del todo, sólo recuerdo haberla tenido y perdido, la tengo y la pierdo, la tengo y la pierdo, incluso con Frank, él me hace feliz pero hay pequeños detalles que me ponen triste, en realidad es por épocas.

Yo soy un poco mucho más normal que Gerard, escucho música de la que sea enfocándome más que nada en el rock y el pop, me dan igual muchas cosas, puedo nadar tranquilamente aunque no me gusta ir a la playa, bueno, a veces sí y soy un tanto más sociable. Él cree que es muy normal y el mundo está lleno de raros, algunas otras veces como que se contradice, se cree mucho mientras yo me creo nada, luego los dos hablamos de dominar al mundo. A veces yo debo hacerle favores y otras veces él a mí. Esas algunas de nuestras diferencias y similitudes, pero a pesar de eso, nos entendemos bastante bien.

A veces me siento muy bajo de energía, yo no pude ser testigo del asesinato de Bob pero sí del loco y traumado de Gerard, el llegó conmigo corriendo y llorando, yo sólo lo abracé, ya más tranquilo me tuvo que escribir lo que pasó porque cuando lo trataba de decir se soltaba llorando, aún tengo ese papel lleno de lágrimas y algunos mocos.

Acá entre nos, yo soy un chico que necesita mucha ayuda, es cierto y la he recibido de mi hermano pero ese niño ya no lo aguanto, es decir ¿Qué se cree con sus cuentos y niñerías? Y estoy harto de fingir y de ser un buen hermano con ese loco, estoy harto y seguiré mi propio camino.

Ayer se me presentó la oportunidad para marcar mi nueva posición con Gerard y hacer nuevas amistades.

Ya, hoy es viernes, de nuevo eso me… ¡No me alegra! No tengo planes y a Gerard se le ocurrió salir con Frank así que Mikey está solo este viernes, bien, ellos se lo pierden.

Los chicos se aparecieron hasta al día siguiente y Frank dijo que tenía que decirme algo…

-Mikey… debo decirte algo, yo… tengo a alguien más.
-Dime – Dije un poco (mucho) asustado.
-Terminamos.
-¡¿Qué?! ¡¿Por qué?! – Dije sintiéndome completamente destrozado por dentro.
-Me temo que tengo a alguien más.

Frank abandonó la habitación sin decir nada más.

Empecé a llorar, llorar, llorar y sólo llorar.  

Sin consuelo decidí encerrarme en mi cuarto, sólo encerrarme, no quería ver a nadie, lo único que se me apeteció hacer fue escribir una bitácora, empecemos con la del día de hoy:

Día uno:

Me encuentro deprimido a morir, hay una puerta que conduce a un pequeño baño dentro de mi recámara entonces tenía todo preparado para mi encierro, agarré comida y la metí al cuarto, me aseguré de sacar la cama de Gerard para que esa estúpida gorda tuviera dónde dormir.

Gerard tocó a mi puerta mientras me pedía (como el idiota que es) que abriera la puerta.  Sólo le grité mientras lloraba “¡Aléjate estúpida gorda!” y me volví a romper en llanto, un llanto insoportable que me llevó a hacerme bolita mientras cantaba la canción de los elefantes trasformada a unicornios (un unicornio se columpiaba sobre la tela de una araña… ♫) podrá sonar estúpido, pero es mi técnica para relajarme y funciona hasta cierto grado.