Había veces en que la vida, de alguna forma, te mandaba ciertos mensajes. Lo hizo cuando Olly se mudó a casa de Oliver con una gran batería justo en el momento en el que ellos estaban buscando a un chico que supiese tocarla para su grupo. Lo hizo cuando dejé la universidad y justo esa misma tarde mientras andaba por la ciudad sin un destino fijo, me topé con el papel pegado en la puerta de la cafetería de Martha, buscando una camarera. Lo hizo cuando entró el chico de pelo rojo, en la cafetería, volviendo a traer alegría a mi vida. Lo hizo también, de cierto modo, cuando me encontraba en ese momento tan extraño de mi vida, donde creí estar a punto de tocar fondo y entonces, una canción en un parque, el chico detrás de ella, me dio la esperanza que quizás necesitaba
Y estaba segura de que volvió a hacerlo esa fría noche de enero, cuando ocurrió lo que quizás debía de haber sucedido hace mucho tiempo atrás, antes de que hubiese sido de la manera más triste que creía posible.
Lo cierto es que a pesar de que los días habían ido pasando, de que nuestra relación estaba cada vez más rota y de que apenas hacíamos esfuerzo alguno para vernos, Santi y yo seguíamos juntos; podía decirse que seguíamos siendo una pareja. Por eso me aparté de Oliver cuando estuve a punto de besarle, por eso intentaba mantener las distancias con el por mucho que me doliera el hacerlo, porqué al fin y al cabo, había una persona a la que debía lealtad, a la que no creí que se mereciera vivir una mentira aun más grande de la que ya teníamos entre nosotros.
Danna y yo comenzamos a pasar cada vez más tiempo juntas y en estas numerosas quedadas que hacíamos, en ocasiones aparecía Olly y otras tantas lo hacía junto con Oliver con el cual las cosas habían estado un poco raras desde nuestro casi beso, dos semanas atrás. Esperé que ese pequeño distanciamiento funcionara para que las cosas que había comenzado a sentir por el se relajaran, quizás así darme cuenta de que aquello había sido solo una ilusión; el sentirme sola, la aparición de un chico guapo que me regalaba bonitas sonrisas, había hecho que me confundiese un poco, que hubiese imaginado cosas que no eran. Pero no fue así, sino todo lo contrario; mis sentimientos hacía el no se rebajaron ni tan solo un poco sino que comenzaron a hacerse más intensos y a la vez dolorosos al sentir que ya no estaba tan cerca como antes.
Aquella noche habían vuelto a tener concierto en el mismo local que el anterior, el cual se encontró mucho más lleno que de costumbre. La gente había comenzado a correr la voz y su segunda actuación fue incluso más increíble que la anterior haciendo que de nuevo, el publico quedase totalmente maravillado. Tenían algo especial, los tres; desde el momento en el que subían al escenario algo parecía cambiar en ellos y se volvían una cosa increíble increíble, algo de lo que no podías apartar la vista, de lo que no te podías permitir perder. Si en separado ya eran asombrosos, una vez que los tres se juntaban la cosa se volvía casi perfecta. Y la gente comenzaba a notarlo. En ese momento ni si quiera llegué a pensarlo pero viéndolo ahora, echando la vista atrás, era de esperarse que sucediese todo lo que sucedió.
-¿Es posible que os vayáis volviendo cada vez más buenos? -Fue lo primero que les dije una vez que la actuación finalizó y los cuatro ya nos encontrábamos juntos. Aun se encontraban eufóricos por lo sucedido.
-Somos los mejores, ¿verdad? -Comentó Olly con falsa arrogancia, bebiendo el último sorbo que quedaba de su botella.
-Vamos a tomar algo, ¡esto hay que celebrarlo! -Exclamó Danna que no podía borrar la sonrisa de su rostro.
-Ya se quiere fundir lo que nos han dado... -Bromeó el chico, haciendo que soltásemos una risa.
-¿Cuanto os han pagado esta vez? -Pregunté con cierta curiosidad.
-Para unas cuantas cervezas nos da. -Respondió Oliver encogiéndose de hombros, que pareció conforme con ello.
-Y quizás para unos pocos aperitivos. -Añadió el pelirrojo con diversión. Volvía estar algo borracho; le había visto tomar un par de copas antes de la actuación. Para así calmar los nervios había dicho el.
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Seremos eternos.
RomanceElla sueña con que sus historias sean leídas. Él desea que sus canciones sean reproducidas en todas las radios. Los dos tienen un sueño y los dos se están enamorando, ¿cómo iban a pensar que podía ser su propio sueño el que los acabaría separando? ...