Fue cuando consiguieron aquella única actuación en un programa popular de televisión cuando la cosa fue a más: ya no eran unos simples chicos que cantaban en recintos conocidos y que contaban con un pequeño publico, habían pasado a la pantalla en un horario de máxima audiencia y eso cambió todo; quizás a una velocidad que en ocasiones me asustaba, que incluso aun me sigue asustando pues no creía que alguien podía pasar de ser un completo desconocido a una persona que señalaban con el dedo al pasar por la calle, a una cuyos nombres y apellidos mencionaban con cada vez más frecuencia. Creo que fue toda esa repentina fama que obtuvieron lo que hizo que la caída fuese inevitable; todo era increíble al principio, nada parecía ir mal pero al igual que alcanzaron la cima con rapidez también descubrieron a la misma velocidad que esa cumbre estaba en su gran mayoría, vacía.
Yo seguía con aquel rechazo todavía presente pero no dejé que me parase; había dedicado unos días para llorar por eso, había estado a punto de rendirme pero en su lugar, lo intenté y lo intenté, escribiendo mucho más que antes. Creo que incluso aunque Oliver no hubiese hablado conmigo, se me hubiera hecho imposible dejarlo. Puede que hubiera desistido durante un tiempo pero entonces hubiera vuelto a ello pues uno siempre vuelve a aquello que ama incluso cuando en ocasiones nos duela y eso era exactamente lo que me pasaba con la escritura; podía llegar a dolerme pero al final del día, también era por lo que vivía, ¿cómo iba a poder dejarlo? Hubiese sido como dejar de respirar; algo imposible, algo que al final acabas haciendo de nuevo de manera inconsciente.
Y mientras que yo me mantenía en la sombra, sus seguidores siguieron subiendo, sus reproducciones se multiplicaban y en poco tiempo, todo el mundo había oído hablar de Los Crow y estos acababan de llegar para quedarse. Fue Oliver quien consiguió la mayor atención, quien pareció acaparar todas las miradas y quien enamoró a todo aquel que le veía y escuchaba cantar. Tocaban en nuevos lugares y ya no se conformaban con pequeños bares o bodas sino que ahora eran las televisiones los que pedían su presencia; sus contrataciones fueron aumentando lo que hizo que tuvieran que tomar ciertas decisiones como dejar sus antiguos trabajos los cuales no lamentaron demasiado. Todo era abrumador y cada día que pasaba parecían hacerse cada vez más conocidos haciendo que cosas tan simples que hacíamos antes con normalidad como salir un viernes por la noche se convirtiera en una especie de espectáculo, pues siempre había una persona que les reconocía, que se acercaba y solía pedir aunque fuera una foto la cual siempre me tocaba a mi tomar pues era la que menos importaba de ahí; y no es que me quejase de ello pues amaba ver sus caras sonrientes cuando les decían lo mucho que les gustaba su trabajo, lo felices que estaban al ver ese pequeño y fiel público que habían ganado. Fue más adelante cuando las multitudes se amontonaban a su alrededor haciendo que comenzasen a odiar el simple hecho de salir a la calle.
Pero en esos momentos ellos estaban felices; disfrutando de todo lo que estaba viniendo. Era Danna que aun seguía con su carrera de diseño la que pareció más preocupada por todo esto.
-Voy demasiado atrasada, he tenido que faltar a muchas clases estos últimos meses. -Se quejaba continuamente. Mirando ahora hacía atrás, creo que estaba bastante claro que de los tres, era ella la única que no aspiraba a la fama, que no veía esto como algo indispensable en su vida. No la creía demasiado cuando decía que ella era feliz tocando por las noches en pubs, dando actuaciones de vez en cuando y que el publico solo la reconociese cuando estaba encima de un escenario y que la ignorasen una vez que bajaba de este; pensaba que estaba loca, que era imposible que no desease la vida que estaba a punto de conseguir pues, ¿Quién no quería triunfar en aquello que le apasionaba? ¿Quién no quería ser conocido, deseado y amado por todos los lugares?
-Siempre puedes dar clases a distancia, ¿no? -Le propuse una noche en la que habíamos quedado para tomar unas cuantas copas a solas.
En su cara se vio reflejada una pequeña mueca.
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Seremos eternos.
Roman d'amourElla sueña con que sus historias sean leídas. Él desea que sus canciones sean reproducidas en todas las radios. Los dos tienen un sueño y los dos se están enamorando, ¿cómo iban a pensar que podía ser su propio sueño el que los acabaría separando? ...