Aquella fue una época algo caótica en mi vida, una época en la que apenas descansaba, en la que el corrector de ojeras se había vuelto un gran aliado y a la que volvería una y otra vez.
El tercer concierto de los chicos fue el mejor de todos y quizás fuese porque Oliver no apartó la mirada de mi durante todo el tiempo que estuvo subido en el humilde escenario, algo más espacioso que el anterior pero aun así demasiado pequeño para lo grandes que eran ellos.
Cantó la canción, aquella que me había compuesto y aunque esa noche lo hizo delante de decenas de personas, parecía que solo nos encontrábamos los dos en la sala, como esa vez en la playa. Y el público volvió a amarlos haciendo que cada vez más gente quisiera contar con ellos para sus locales. Aun seguían sin ganar demasiado, de hecho, había veces en las que solo les pagaban con bebidas ilimitadas pero aun así ellos no rechazaban ninguna actuación, no decían que no a ninguna oferta que les ofrecían.
Fueron buenos momentos para el grupo, quizás el mejor de todos pues aunque no contaban con el dinero, popularidad ni reconocimiento que consiguieron más adelante, estaban juntos, haciendo lo que amaban, siendo felices. Parecía raro creer que aquello era más que suficiente, que en realidad era lo único que necesitaban.
Y creo que también fue el mejor momento para mi; trabajaba demasiado, dormía poco pero escribía más que nunca; sin presiones, sin pensar en en como iba a resultar, sin preocuparme en si el publico iba a comprarlo o no, si lo iban a criticar o alabar. Escribía lo que me gustaba y no lo que creía que iba a gustar.
Los cuatro éramos felices de esa forma; creando nuestro arte de forma algo más humilde, en la sombra pero disfrutando de lo que hacíamos. Eso lo perdimos con el tiempo.
Estábamos tomando unas copas en el bar al que solíamos acudir después de los conciertos, bebiendo, riendo y hablando como locos.
-No se, creo que hoy no ha sido mi mejor noche. -Se quejó Oliver que había estado algo desanimado desde que habían terminado la actuación. Para mi había estado increíble pero claro, yo no era nada objetiva pues para mi, el siempre lo estaba.
-¿Pero que dices? -Se quejó Danna que había arrugado su frente al escucharle. -¿No has escuchado como la gente gritaba cada vez que te movías? Has estado increíble,idiota.
Si algo nuevo había aprendido de Oliver con el paso del tiempo era que se trataba de una persona muy perfeccionista, demasiado exigente consigo mismo. Toda esa seguridad que el emanaba en su gran mayoría solía ser una fachada para ocultar lo inseguro que en ocasiones se sentía.
-Siempre estás increíble. -Agregué casi sin pensarlo. De todas formas, no podía arrepentirme de ello pues era simplemente la verdad.
Logré que Oliver esbozara una sonrisa.
-Si tu lo dices entonces me doy por satisfecho. -
Oímos como Danna gruñó a nuestro lado.
-Vaya, me alegro de que mi opinión te importe tanto también. -No pudimos evitar reírnos al escucharla y el pasó un brazo alrededor de sus hombros, atrayéndola hacía el y dándole un amistoso abrazo dejando ver la complicidad y amor que había entre ellos. Me gustaba recordarlos así.
Después de un largo rato hablando de cosas sin demasiada importancia, Olly seguía sin aparecer después de que hubiese desaparecido para ir al baño y quizás fue el extraño presentimiento que sentí lo que me hizo levantarme de la silla.
-Voy a ver si le veo. -Les comenté y tan solo tuve que andar unos cuantos pasos para verle sentado en la barra del bar, tomando un trago; quizás el sexto o séptimo de la noche. Cuando me acerqué a el, el olor a alcohol me azotó.
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Seremos eternos.
RomanceElla sueña con que sus historias sean leídas. Él desea que sus canciones sean reproducidas en todas las radios. Los dos tienen un sueño y los dos se están enamorando, ¿cómo iban a pensar que podía ser su propio sueño el que los acabaría separando? ...