Episodio 11.

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Narra WooYoung.

«San tenía miedo, eso se podía ver a kilómetros, más WooYoung, se aseguraría de que fuera mucho más allá de solo un simple susto.»

WooYoung estaba muy enojado, enfadado consigo mismo, y con San por su comportamiento irracional, maleducado e infantil, pero de cierta forma no podía culparlo, simplemente estaba reaccionando a como las actitudes de Jung lo obligaban.

No quería admitirlo, pero haberse acercado de esa manera a San, fue muy mala idea, tal vez si fuera Sido más amable, San estaría a sus pies, en lugar de los de Seonghwa.

«Pero como dicen, el “hubiera” no existe, ni existirá nunca.»

Mentiría, si dijera que no le daba lastima aquel chico que tenía prácticamente a su Merced, pero vamos, no lo admitiría.

«Seria una burla.»

– ¡Contesta!, ¿Te gustó tanto que ese estúpido te tocará?, ¡¿Te gustó que te besara?!, Das asco.., parecida tan puro, tan serio, y apenas y te dijo algo bonito vas corriendo hacia a él como una puta.–exclamo con furia notoria.–

– No.., N-no lo importa lo que haga, ¡¿Y que sí me gustó?!, Seonghwa.., es lindo.–Trataba de no sonar asustado, pero simplemente no podía, su voz lo delataba, como si en cualquier momento quisiera romper en llanto.–

El azabache solo río, mirándolo atentamente con una sonrisa algo tenebrosa, apretando los muslos de San entre sus grandes manos, acercando su rostro al ajeno, y así plantar un beso en sus belfos.

Logrando que el contrario retrocediera sin éxito, quedando más apegado al respaldo de la cama, encogiendose en su lugar.

– Al parecer.., no eres más que una puta, quería tenerte respeto hasta que tú mismo cayeras, pero al parecer, no quieres ceder tan fácil.–Nego un poco, echando su cabello hacia atrás, llevando sus manos hasta su camisa.– simplemente.., patético.

– Basta.., ¡Basta!, ¡¿Por qué mierda se comporta así?!, Usted no es mejor que yo, ni siquiera me conoce, y está haciendo esto..–Puchereo de manera inconsciente, forcejeando para tratar de liberarse, observando con terror como el contrario quitaba los botones de su camisa demanera lenta.– ¿Por qué?, ¡Detengase!, No tiene que hacer eso..

Jung solo sonrió de manera más amplia, al punto de causarle escalofríos al contrario, el cual solo trataba de distraerse, mirando a sus lados de forma desesperada, pero no había nada que pudiera ayudarlo, todo estaba casi a oscuras, con una luz tenue de color blanco, que provenía de dos lámparas al lado de la cama en unas mesitas.

Podría jurar que ese lugar era lindo, o al menos lo sería, si no estuviera atado, y a merced de un loco como su profesor.

Solo observaba las cortinas de color negro, que camuflajeadan a la perfección todo rastro de luz que pudiera dar al exterior, al igual que un sillón y una mesa de noche en el centro de la habitación, con un ropero grande del mismo color que las cortinas, asustando se casi de inmediato al ver un pequeño látigo o eso parecía, regreso su mirada hasta Jung, quién estaba sin camisa, y con el pantalón abierto, con el cinturón en la mano.

– ¿Te gusta, ah?, Pensé que está decoración era perfecta para cuando llegara el momento de hacerte mío..–Relamio sus labios, sentía demasiada satisfacción al ver a aquel chico tan asustado.– lastima que no fue por tu propia voluntad por la que estás aquí.

– ¡¿Qué?!, ¡No, suelteme!–Grito San con temor, removiendose en su lugar, aunque solo conseguía lastimar sus tobillos que se encontraban atados, jadeando al instante.– está loco..

– ¿Lo estoy?, Mm.., supongo que sí.–Asintio con ironía.– pero loco por ti, pequeño demonio.

Dijo con un pequeño puchero, acercándose más a él, tomando sus mejillas para empezar a besarlas, parando en sus labios, y así iniciar un beso algo desesperado, al menos por su parte, ya que era obvio que San no correspondía ni con el más mínimo movimiento.

WooYoung se estaba hartando, pero no quería ser tan malo con él, más sin embargo, la mordida que San le propinó al belfo inferior de Jung, fue suficiente para que esté riera irritado, elevando su mano y así dejarla caer en la mejilla del castaño, acariciando su labio, secando las pequeñas gotas de sangre que salían de esta área.

– Eres tan.., estúpido, ¡¿Qué mierda te pasa?!, Yo no quería ser malo, créeme que no.–Bufo enojado, pues no podía más con la actitud de Choi.– Pero después de esta mierda, no voy a tener consideración de ti.., solo espero que Seonghwa siga queriéndote después de que sepa, que estás desgraciado por un hombre mayor.

San solo se encogió en su lugar, quería desaparecer, tan solo sentía ganas de llorar en ese instante, pero parecía que no podía, su garganta estaba hecha nudo, y sus ojitos solo se cristalizaban de a poco, no sabía que hacer, se sentía desesperado.

Se quedó casi sin habla, congelado en su lugar, negando con frenesí, observando como WooYoung quitaba su pantalón, caminando hasta el ropero, y sus tomar el pequeño látigo que más que para personas, parecía de esos que usaban para donar a los caballos en las carreras, con una punta de cuero doblada, de color negro con un decorado de color oro en el extremo de dónde el azabache lo sostenía.

– ¿Esto era lo que querías, no?, Ser tratado como a una miserable puta que puedo encontrar en las esquinas, después de las 12 de la noche.–apreto sus labios mientras acariciaba el abdomen del chico con la punta del látigo de arriba a abajo.– Aunque al menos no es malo tenerte así.

El castaño no dijo nada, solo tenía miedo, quería que todo se detuviera, no quería sentir ese cuero en su piel, sentía que ardía, y las palabras de Jung solo lo hacían sentirse peor, ¿En serio parecía eso?, No sabía que el querer amar a alguien lo hacía verse como una puta barata necesitada de atención.

Se límito a guardar silencio absoluto, pues sus reproches y súplicas no servirían de nada contra ese hombre.

– Eres tan lindo cuando no estás jodiendo una y otra vez con lo mismo..–Se acercó al muchacho, quién parecía una estatua, lamiendo uno de sus pezones con fervor, dando pequeños golpes al otro con ayuda del látigo.– ¿Lo ves?, Si no te estás moviendo como un jodido gusano, al menos podrás disfrutarlo.

A veces solo quisiera poder callar la boca de aquel hombre, que solo hablaba estupideces, pero no podía, sabía que sería peor, solo le restaba esperar, esperar a que todo acabará, aunque apenas iba comenzando, y sabía que eso era horrible, pues tan solo sentir esa asquerosa sensación, de la boca de Jung sobre su cuerpo, era terrible “dolorosa”.

– M-mmg.., no.–Nego un poco, pues sabía que si solo le daba la razón, sería molestando lo, pero no podía hacer nada más, que soltar pequeños quejidos, debido a la estimulación que el contrario quería proporcionarle.–

– ¿No?, Pero si estás jadeando.., déjalo salir, pequeño estúpido.., solo has lo que te digo, o todo esto será eterno para ti.

«San solo deseaba una cosa en ese instante, morir, o más bien, solo desmayarse de nuevo, y así no tener que soportar todo aquello que le estaba haciendo ese sujeto, solo quería dormir, y despertar en casa de nuevo.»

𝚘𝚋𝚜𝚎𝚜𝚜𝚒𝚘𝚗? 𝚆𝚘𝚘𝚂𝚊𝚗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora