Era un hermoso día de primavera, Emery caminaba por las calles de la ciudad apurada y se molestaba con aquellas personas que caminaban lento por ir distraídas con alguna cosa o por ir con su celular en la mano.
Miró su la hora en su celular, se había demorado veinte minutos por llevar tarde a los niños a su primer día de clases en la primaria.-Siento llegar tarde señor Jones, fue el primer día de primaria de mis hijos y...-
-No importa señora Emery, tome las llaves porque debo irme, sino hará que me demore también. Hasta pronto- el dueño de aquel viejo café que la mujer de cabello dorado había comprado, le entregó las llaves y luego se marchó con muy poco humor.
Aquel día la mujer que alguna vez soñaba con una moto y tener un café, cumplía su sueño. Abrió la puerta del lugar y observó las telarañas que colgaban de los techos, además de todo el polvo que cubría viejos muebles. Ingresó un poco temerosa de encontrarse algún roedor, pero el señor Jones se había encargado de dejar el lugar libre de insectos y roedores, pero había olvidado de quitar el polvo y varios residuos de allí dentro.
Emery tomó su celular y le pidió ayuda a su mejor amigo para que la asista en la limpieza. Austin llegó contento al futuro café y sus mejor amiga al verlo, corrió a sus brazos.
-¡Por favor cuéntamelo todo!-
-Estoy muy feliz Emery, jamás pensé que podría tener unos hijos tan hermosos como los que tengo- Austin extrajo de su bolsillo el celular para enseñarle a la rubia fotos de Emily y Oliver- Celine no quería tomarse fotos, decía que estaba muy fea y que no quería que la veas desarreglada-
-¿Ella cómo está?- le preguntó mientras quitaba unas viejas cortinas de la ventana-
-Está cansada, tú sabes como es la maternidad y más porque son doble-
-Hace seis años que soy madre y créeme que no es nada fácil. Cuando un niño nace, una madre también nace-
-Me siento tan feliz de verte, extraño a mis pequeños sobrinos, ya quiero verlos pero primero, te ayudaré con este viejo y sucio lugar-
-Comencemos entonces, estoy tan ansiosa de abrirlo. De todos modos me falta buscar algunos empleados-
Ambos comenzaron a quitar las cosas viejas y dejarlas toda en un mismo lugar, más tarde llegó Roma con unas amigas que se sumaron a ayudar, además llevaron artículos de limpieza.
***
El día sábado llegó, Emery lo esperaba ansiosa ya que quería descansar de andar de aquí para allá. Los niños esa noche se habían quedado en la casa de Celine y Austin, ambos disfrutaban mucho estar con ellos y además, tenían que preparar una sorpresa para su madre, ya que en cinco días era su cumpleaños, pero Emery no se acordaba de aquello.
Estaba sentada en el sofá de la sala, con la televisión apagada, en un silencio pleno. Hasta que la puerta se abrió dejando ver a varias muchachas, entre ellas estaba su hermana. Era un grupo total de seis chicas que eran muy buenas amigas y además, a Emery les agradaba la compañía de las amigas de su hermana, ellas eran buenas personas y eso era muy importante para ella.
-¿Por qué me miran así?- preguntó la madre de los niños.
-Debes darte una ducha, es noche de chicas y no pensamos quedarnos en casa mirando películas de amor mientras imaginamos una vida color de rosa- le respondió su hermana-
Cuando todas estaban listas para irse, Emery se miró al espejo una vez más. Ese día se sintió completamente diferente, se sentía hermosa. Pensó en todos los años que habían pasado hasta que volviera a sentirse una mujer bella, pensó en cada vez que en lugar de arreglarse estaba cambiando pañales o cocinando.
-Pareces una más de nosotras-le comentó una de las amigas de Roma.
-Muchas gracias-dijo con una sonrisa Emery.
Llegaron en el auto de la hermana mayor hasta un bar cercano, donde también bailaban luego de un espectáculo.
Aquella misma noche, el joven Nicolas recién llegado de Italia, disfrutaba un trago en compañía con sus amigos en el aquel bar cercano al departamento que alquilaban. Estaba sentado en un sofá, llevaba puesto una camisa blanca que resaltaba de su bronceada piel. Llevaba su cabello cortado en degradé a los laterales y la corta barba remarcaba la forma cuadrada de su rostro. Sus ojos eran almendrados, de color café, al igual que su melena.
Estaba un poco aburrido, miró el reloj que llevaba puesto en su muñeca y decidió que era hora de volver a casa. Miró a sus amigos para avisarles que retiraría del lugar, pero ellos no lograron escucharlo bien por el ruido que había. En ese instante la puerta se abre y él había girado su rostro al mismo tiempo, encontrándose con aquella mujer que llamó su atención.
Una melena de oro y ojos color verde olivo, con un vestido largo color vino que resaltaba de su piel clara. El vestido tenía escote en ve, era ajustado al cuerpo, remarcaba las curvas de aquella mujer.-¿Quieres una servilleta para limpiar tu saliva?- le preguntó un amigo que estaba a su lado y Nicolas le pegó con su codo.
Emery desde la otra punta del lugar, se encontró con la mirada de Nicolas, lo que llevó a estar nerviosa por su mirada. Pero ella no alejó su mirada de la de él, observó cada detalle que pudo desde donde estaba parada. Le gustaba como esa camisa blanca y unos simples jeans negros lo hacían lucir tan apuesto a aquel hombre. Observó la forma y el color de sus ojos, su cabello y sus finos labios que tenían bien marcado el arco de cupido.
Roma tomó del brazo a su hermana y la llevó hasta la mesa que había elegido junto a sus amigas. Emery se sentó junto a su hermana pero trataba de buscarlo a él de una manera disimulada. Roma la conocía a la perfección y sabía que aquel hombre le había llamado la atención.
Luego de varias miradas entre ambos, sus amigos los animan a buscar unos tragos. Emery se acercó a la barra y Nicolas también. Mientras esperaban sus tragos que le habían encargado, Emery miró su mesa y pudo ver que todas sus compañeras incluso su hermana, se habían ido a bailar. Nicolas miró como sus amigos también habían dejado sola la mesa.
Un silencio incómodo crecía entre ambos hasta que le entregan las bebidas a ella, pero sin querer tropieza por su falta de costumbre de usar tacones y mancha la camisa de Nicolas.
Sus pómulos tomaron un rápido color carmesí, se disculpó más de una vez y él tomó una servilleta para secar la bebida, aunque al frotar la mancha se hizo más grande.-Yo...me encargaré de limpiar esa mancha de tu camisa- dijo pero luego se quedó en silencio pensando en cómo podría llevarse la camisa para lavar si estaban en aquel lugar.
-No te preocupes, la verdad una mancha tal vez la hace menos aburrida- le dijo Nicolas animándola.
-De todos modos, discúlpame no lo hice a propósito-
-No te disculpes ya, está todo bien... además mis amigos no se podrán burlar de mí, están muy ocupados al parecer- dijo mirando en dirección a ellos, estaban bailando con un grupo de mujeres-
-Mi grupo también parece estar entretenido- dijo Emery mirando a su hermana y al grupo de sus amigas.
En ese instante sonó una canción que a ambos le gustaba mucho. Se acercaron a la pista y con una mirada se invitaron a bailar al ritmo de la canción. Los dos se movían al compás de la música, con la mirada de uno en el otro y al momento en que se tomaron de las manos, ambos experimentaron una nueva sensación, era como si la electricidad recorriera por sus cuerpos cuando el otro rozaba su piel con la suya.
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El camino de los sueños
RomanceEmery es una joven que crece en un orfanato,donde cuenta los días para irse de aquel lugar. Cuando cumple la mayoría de edad,se entera que tiene una hermana cinco años menor de la cuál decide hacerse cargo. Una vida difícil donde Emery hace lo impos...