Capítulo 2

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La joven con lágrimas en los ojos,abrió la llave del lavabo,juntó sus manos para formar una especie de cuenco,el cual una vez colmado de agua,dejó que purificara su rostro.

Las dos personas que estaban del otro lado de la puerta del sanitario,le pedían que salga de allí. Roma estaba atónita y le pedía explicaciones. Por otro lado,Austin se había detenido a pensar en la situación y en las palabras que su mejor amiga le había dicho,llegando a la conclusión de que era por aquel tema del cual nunca se había vuelto a hablar.

-Roma,creo que tu hermana necesita su espacio-dijo el castaño tomando suavemente del brazo a la contraria-

-¿Acaso tú entiendes por qué reaccionó de esa manera?-

-Quizás se siente presionada-le respondió él mientras caminaba hacia el pequeño balcón que ellas tenían en la sala-Ven,vayamos a respirar un poco de aire fresco.

La adolescente lo siguió sin emitir una palabra,estaba pensando en que tal vez había presionado mucho a su hermana y ella estaba sensible por lo que estaban viviendo.

Era una noche espectacular,la luna estaba llena y había varias estrellas,pero no se llegaban a apreciar demasiado por la gran cantidad de luces que había en la ciudad.

Una vez que Emery ya no escuchaba voces del otro lado,abrió la puerta y salió del sanitario cautelosamente,en dirección a la cocina. Buscó un vaso en la alacena y se sirvió agua en este,acto seguido caminó de manera lenta hacia la sala y se escondió para escuchar la conversación de Roma y Austin.

-Emery está muy sensible...es que me preocupa saber como es que vamos a solucionar el tema del alquiler. Además no me deja trabajar y yo no sé como ayudarla,no quiero que nos quedemos en la calle- dijo Roma,luego de un incómodo silencio entre ella y el castaño.

-¿A qué te refieres?-lo que había dicho Roma lo había preocupado.

-¿Acaso no sabes que tenemos una semana para abandonar el departamento?-

En ese momento la mayor de los Ainsworth decidió intervenir en la conversión.

-¿Por qué no me contaste sobre esto,Emery?- Austin estaba un poco molesto por el hecho de que su mejor amiga no le contara del aquel problema tan grave.

-No quería molestarte-dijo ella,pero ya sabía la respuesta que obtendría.

-No me molestas,no digas cosas sin sentido.Somos amigos-

-Austin yo...-le respondió Emery con un último hilo de voz y sus ojos cristalizados.

Austin la abrazó,él sabía que hacía muchos años ellas vivían en el mismo lugar y que a ambas les costaría marcharse.
Cada habitación del pequeño departamento guardaba un recuerdo,risas,llantos,alegrías y tristezas.

Ambos recordaron aquel día en que Emery había logrado conseguir su  primer trabajo y ese mismo día,encontró aquel acogedor lugar.
La joven Roma también comenzó a recordar cada momento vivido allí,empezando por el día en que había llegado.
Los tres pasaron un momento en el sofá de la sala con lágrimas en los ojos,recordardo varias situaciones que habían vivido juntos.

***

Una semana después...

Ya habían pasado siete días desde aquella noche donde habían prometido hacer lo que fuera necesario para lograr juntar el dinero del alquiler. Los tres esa noche,pensaron en el granito de arena que podrían aportar para lograrlo.

Emery además de su trabajo como mesera tenía,hacía ya dos semanas atrás,un cargo de niñera suplente,en el departamento de una familia que conocía del tercer piso del edificio donde vivía,para tomar el puesto de suplente de la niñera de dos niños hasta que ella regresara. Austin,había hecho una oferta semanal en su taller mecánico donde regalaba a los clientes,la limpieza de su vehículo o motocicleta,lo que llamó la atención de varias personas.
Por otro lado,Roma,vendía donas a los vecinos del edificio.

El cuarto día de aquella semana,Emery había decidido pedir un adelanto en su trabajo,pero antes de que pudiera contactarse con su empleador,éste la citó en la oficina al terminar su turno. Cuando el horario de la rubia terminó,fue hasta la oficina donde el dueño la esperaba con una carta en sus manos. La joven lo miró confundida y antes de que pudiera hablar,él le entregó el sobre.

Emery lo abrió y al leerlo,sintió las palpitaciones de su corazón más aceleradas,no entendía,no entendía por qué el mundo estaba en su contra.

-Mire señorita Ainsworth,yo ya no puedo tolerar sus faltas. Antes era una empleada excelente,puntual y muy activa. No sé que es lo que ocurrió para que usted venga más cansada y llegue tarde casi todos los días,durante tres semanas-

-Señor yo...-antes de que pudiera excusarse el hombre la interrumpió y abrió la puerta de la oficina-Ya le di la carta de despido,puede pasar por recursos humanos mañana por la mañana. Muchas gracias-

El hombre se retiró del lugar,dejándola allí sola. Ella se apoyó contra el marco de la puerta y comenzó a sollozar mirando el papel que tenía en sus manos. Sentía como el mundo se le venía encima y ella,no tenía la fuerza suficiente para cargarlo.

-¡Emery!-exclamó una voz conocida para ella. La joven levantó la vista y se encontró con una compañera con la que tenía una amistad.

Su compañera de trabajo se llamaba Maison.
Era un año menor que Emery,de tez clara con una cabellera color chocolate que siempre llevaba recogida en una coleta,ojos de color ámbar y una sonrisa contagiosa. Una joven encantadora que soñaba con tener su propio café algún día.

Emery la observó y se acercó a ella para abrazarla,su amiga le correspondió aquel abrazo mientras acariciaba su cabello suavemente.

-Te prometo que todo va a estar bien-le dijo Maison para reconfortarla.

***

Emery caminó hacia su departamento cansada,con sus ojos rojos e hinchados. No quería llegar,no quería que su hermana la viera en aquel estado,pero no tenía algún otro lugar a dónde ir.

Se detuvo un momento y se extrajo de su bolso una pequeña botella de agua,la cual estaba vacía.

-¡Maldita sea,ni agua tengo para beber!- exclamó y miró a su al rededor,encontrándose con el anuncio de la entrevista de modelos de Amelie Leblanc. La dobló de manera en que pudiera guardarla en su bolso y siguió su camino.

Cuando llegó,al abrir la puerta se encontró con Austin y su hermana colocando platos en la mesa.

-¡Buenas noches...-la emoción de Roma desapareció cuando vió a su hermana en aquel estado.

Austin se acercó a Emery y ella lo miró a los ojos,él sabía que algo muy malo había ocurrido,pero antes de que le preguntara el motivo del por qué estaba así,Emery le entregó la carta de despido que extrajo de su bolso.

-¿Qué dice Austin?-preguntó Roma mientras se acercaba a ellos.

-Es una carta de despido,Roma-

El camino de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora