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[Capítulo 12]

Mis nervios se descontrolan y creo que si no estuviese usando tacones ya habría salido corriendo.

Estoy noventa por ciento segura de que lo que trae en la bolsa es lencería y que me hará colocármela.

—Bien chicos... Los dejo en lo suyo —dice Mina tomando sus cosas y saliendo de la casa, me guiña un ojo y la fulmino con la mirada.

Que extraño Mina yéndose cuando no debe.

—Hoy aprenderás a bailar todo tipo de bailes, pequeña saltamontes — dice sentándose en el sofá.

—¿Y por qué trajiste lencería?

—Debo admitir que estoy sorprendido, pensé que no sabrías qué es lencería — dice alzando las cejas — Tu hermana me enseño algo, hay que meterse en el personaje.

—Ella hablaba de barbies, ¿Eso que tiene que ver con la lencería?

—Pequeña saltamontes... ¿Has visto a alguien haciendo un baile sensual con ropa de monja? — pregunta arqueando le ceja, me quedo en silencio pensando.

—Ya no uso ropa de monja — rectifico, asiente.

—No, yo me encargue de eso — responde orgulloso — Si vas a hacer un baile sensual, debes estar sensual. Y esto...— dice moviendo la bolsa — Te ayudará a estarlo.

—¿Desde cuando hacemos esto?

—¿Recuerdas cuando te dije que era hora de subir de nivel? — suspiro y asiento — Bien, a esto me refiero. Un buen baile con una buena movida da el mismo resultado en un pene que sexo oral — arrugo un poco la nariz haciendo que ruede los ojos — Pronto te enseñaré a hacer sexo oral, así que deja de hacer muecas. No tienes trece años, pequeña saltamontes.

—Creo que en esta época ya hasta las niñas de trece años son sexualmente y socialmente más activas que yo — digo haciendo un puchero.

—Pequeña saltamontes — dice posando su mano en mi hombro — Hasta tu hermanita de cinco años es socialmente más activa que tú.

Auch.

—Jamás en mi vida me habían hecho tanto bullying — comento simulando llorar.

—Es con amor — dice sonriendo falsamente — Ahora deja de llorar y ve a ponerte esto — dice dándome la bolsa con la lencería adentro.

—Oye, oye, espera... Tranquilo, viejo — digo haciéndole un gesto con mi mano — ¿No hay que ir paso a paso? Antes de convertirme en una stripper, ¿No deberías enseñarme a bailar lo clásico? — pregunto entre cerrando los ojos, gruñe y dejo la bolsa en el suelo.

—Has todo el tiempo que quieras, pero igual te pondrás esa lencería — ladea la cabeza y se posa frente a mí, muy cerca y de manera recta — Primero, esto es muy sencillo, sólo debes relajarte — dice haciendo un gesto para que inhale y exhale, empieza a acariciar desde mis hombros hasta mis brazos haciendo que me relaje en serio — ¿Ya te sientes relajada? — asiento con los ojos cerrados — Bien, ahora la música — una canción comienza a sonar en su celular, es una lenta y con una muy bonita letra. Lleva mis manos hacia sus hombros y luego posa sus manos en mi cintura, me acerca más a él y comienza a moverse — Dos hacia la izquierda y dos hacia la derecha — dice haciendo los movimientos, asiento y miro mis pies — No te mires los pies, pequeña saltamontes. Siempre ve a tu pareja a los ojos, haz contacto visual, penetralo con tu mirada y toda esa ridiculez de telenovela — dice haciéndome dar una vuelta, me toma un poco por sorpresa pero logro hacerla sin dificultad — Lo haces bien — sonríe haciendo que sin intención baje mi mirada hacia mis pies de nuevo — Ya te dije que no te mires los pies, ¿Tanto te cuesta mirarme? Me dicen mucho que tengo unos lindos ojos, aprovechalos que hoy están para ti — guiña uno y alzo las cejas, me hace dar otra vuelta y me apega más a él.