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[Capítulo 41]

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Sin duda alguna Jungkook me tienta; su voz, su tacto y sus atributos físicos presionándose contra mi débil cuerpo hacen que no me quede más remedio que dejarme caer ante la tentación que me provoca.

Algo en mi no quiere hacerlo, mis padres están abajo y podrían oírnos si no somos cuidadosos. Además, ambos ya debieron haber notado que Jungkook dejó la cocina unos minutos después que yo.

Sin duda ya se están imaginando que estamos haciendo algo, y no precisamente aprendiendo matemáticas.

Suprimo un gemido cuando me da la vuelta y adentra uno de sus dedos dentro de mi recuperando la posición que manteníamos antes.

—Estás tan mojada, pequeña saltamontes — susurra en mi oído, muerde el lóbulo de mi oreja y me besa el cuello, dejo caerlo hacia atrás y apego más mi cuerpo al suyo.

Su dedo entra y sale lentamente, luego añade otro dedo y ante mis súplicas jadeantes aumenta la velocidad volviéndome loca, respiro con dificultad y muerdo mi labio inferior intentando no gemir fuerte, la habitación de Lupe queda exactamente al lado y no quiero que mi pequeña hermana esté ahí y me oiga gemir el nombre de su compañero de juegos.

Paso mi mano por la puerta de vidrio de la ducha y sonrío de lado cuando noto que la puerta del baño tiene seguro, sin duda Jungkook pensó en todo y tomó precauciones. A las parejas precavidas les da tiempo para más de un orgasmo.

Jadeo y aprieto mis piernas cuando llego al climax con sus dedos moviéndose dentro de mi y luego al orgasmo. Gimo y me sostengo de la pared poniéndome en una posición bastante alentadora para él, saca sus dedos de mi interior y me toma de la cintura, se acerca a mi y hace que su miembro rose intencionalmente con mi trasero, besa mi hombro y separa mis piernas, arqueo mi espalda recordando las lecciones de posiciones sexuales y poniendo en práctica lo que me ha enseñado para luego sentir cómo su pene se hunde lentamente dentro de mi. Gimo y cierro los ojos dejándome llevar por las sensaciones, por un momento olvido que pueden oírme y comienzo a jadear su nombre.

—Mhmm Jungkook~... — jadeo con la respiración entre cortada.

Mi hermoso novio es tan inteligente que al darse cuenta que no sería capaz de controlar mis gemidos por su causa, abrió la ducha a toda potencia creando un ruidoso sonido de parte del agua que sin duda dejaron a mis gemidos de fondo, no creo que se oigan afuera del baño, con suerte sólo en mi habitación. Menos mal que ésta también está cerrada.

Sube sus manos por mi pecho y sostiene mis senos, juega con la aureola de estos dibujando círculos imaginarios haciendo que el placer aumente, para no quedarme atrás y complacerlo, muevo mis caderas al ritmo de sus movimientos intensificando las embestidas. Gime y aprieta mis senos, inclina su cuerpo más al mío haciéndome sentirlo mucho más adentro, deja de moverse y me deja a mi todo el trabajo. Muevo mis caderas hacia adelante y hacia atrás creando jadeos de su parte, suelta mis senos y entrelaza su mano con la mía, cuando estamos apunto de llegar juntos, se sale bruscamente de mi.

No tenemos protección.

Por suerte lo hace justo a tiempo, se encarga de hacer dos o tres movimientos con su mano para que la liberación de líquido salga de su miembro.

Sonrío coqueta y Jungkook me besa tomándome de las mejillas.

—Eres asombrosa — murmura en mitad del beso, enrollo mis brazos en su cuello y me separo unos segundos para mirarlo a los ojos.

—Y tú eres un pervertidor sexual — respondo creando una sonrisa de parte de ambos.

—¿Yo? No es mi culpa que te estés volviendo adicta a esto — ruedo los ojos y vuelvo a besarlo.