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•Epílogo•

NARRA JUNGKOOK

Me quedo en el auto afuera de mi casa después de haber llevado a TN a su hogar. Suspiro y apoyo mi cabeza en el volante, sonrío como idiota y niego con la cabeza.

Esta chica es tan especial para mi que realmente no sé que podría hacer si llego a perderla.

Ella se ha convertido tan rápidamente en alguien tan importante en mi vida que me asusta, me asusta perderla, arruinarlo o que por desgracias de la vida nos separamos.

Me destrozaría que algo así pasara.

Tan sólo recordar cuando nos hablamos por primera vez, me dan ganas de sonreír y de abrazarla. Tantas cosas que pensé en ese momento que no se comparan para nada con lo que pienso ahora.

FLASHBACK.

Camino por el pasillo viendo mi celular tratando de decirle a Seoyeon que no tendremos sexo en mi casa. No me gusta llevar chicas a mi hogar, mucho menos de las del tipo que no tienen demasiada dignidad. Siento de alguna manera que le falto el respeto a mi madre al usar su casa para eso, así que simplemente no lo hago.

Y desde que deje de tener amigos ya literalmente absolutamente nadie va a visitar mi humilde morada.

Y es mejor así.

Así que... Sexo en el auto.

Miro a dos chicas mirarme un poco extraño y la verdad es que se me hace gracioso. Sin embargo, le resto importancia y termino de escribir el mensaje para Seoyeon acordando el lugar de encuentro de hoy, o eso intentaba hacer cuando alguien choca conmigo. Levanto la vista y noto que es una de las chicas que me miraba raro mientras caminaba hasta aquí.

Es bastante atractiva y tiene algo que llama la atención; está vestida como si usara la ropa de su abuela o algo así. ¿Cómo mierda se me hace atractiva si está vestida así?

¿Cuantos años tiene?

—¿Se te ofrece algo? — le pregunto mirándola con el ceño fruncido, ella balbucea antes de hablar y se soba el codo.

—No... Ehhmmm... Bueno sí — ¿Si o no? — Tú no me conoces, yo tampoco, ya que técnicamente saber tu nombre no significa conocerte y entonces eso signifi..— antes de que siguiera balbuceando cosas raras, la interrumpí.

—¿Por qué tú sabes mi nombre y yo no sé el tuyo? — pregunto tratando de ponerla un poco más nerviosa de lo que ya parece.

Aunque la verdad es que si me gustaría saber su nombre, ¿Por qué no me sé el nombre de una chica linda que viste de monja?

No puedo morirme sin saber su nombre.

Sería como morir sin antes haber visto porno.

—Porque... Porque... Todos te conocen, ya sabes — responde extraña y yo arqueo la ceja.

—Pensé que sabías que saber mi nombre no es conocerme — digo con la voz ronca acercándome un poco, aparentemente la intimido.

—Bueno, Jungkook... Te cuento, yo... Necesito tu ayuda.

Para necesitar mi ayuda realmente luce bastante insegura de lo que dice y hace.

—Te das cuenta que ni siquiera sé tu nombre y nunca te he visto en mi vida y te estás acercando a pedirme ayuda, ¿Sabes lo raro qué es eso? — pregunto mirándola — ¿Sabes que nadie en esta maldita escuela me habla, verdad? Mucho menos se me acerca a pedirme ayuda.

Lo que acabo de decir es muy cierto, no hablo con nadie aquí y así me evito de que no me hablen, por lo tanto es muy raro que alguien que no conozco y no he visto nunca se me acerque a pedirme ayuda.