CAPITULO 4 - SOSPECHAS

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Keigo estaba siendo arrastrado del bajo por Enji, quien parecia poder moverse en la oscuridad como perfecta soltura por lo que el menor se había dejado de preocupar siguiendo sus hasta que choco contra su espalda.

- Espalda contra espalda – le susurro al joven quien obedeció de inmediato justo entonces las luces se encendieron.

Lo primero que Enji vio, fue el llamativo traje verde claro que llevaba Emi Fukukado, quien parecía estar yendo también de camino a arreglar las luces y había llegado justo a la vez que ellos. 

- Enji, Keigo Emi . Me alegro de veros – saludo Toshinori en ese momento desde el interior de la sala de electricidad – parece ser que los plomos han saltado, menos mal que los he podido arreglar - dijo terminando de colocar los cables y cerrando el panel.

- Menos mal – contestó con sorna el pelirrojo – No se que haríamos sin el gran héroe Toshinori Yagi, seguramente el asesino ya nos habría eliminado a todos.

- Enji, no sea asi, Toshinori simplemente ha llegado antes que nosotros, no tiene nada de malo que haya arreglado la luz, sino todo lo contrario – habló Emi, recibiendo una mirada terrible por parte del mayor quien se dio la vuelta y se marcho.

- No se lo tengáis en cuenta, esta muy nervioso y de muy mal humor desde lo de ayer – dijo Keigo – gracias por vuestro trabajo – acto seguido se dio media vuelta volviendo a seguir al mayor. 

- Me alegro de ver que estas bien – dijo de pronto Toshinori - ¿Has estado sola todo el rato?

- No no… Rumi y Nemuri han estado conmigo ¡Dios mío, se van a enfadar mucho! – dijo al recordar que el había prometido a Rumi no dejar sola a la morena, a parte de que debían de regresar con ella si algo sucedía.

- Entonces te acompaño – dijo Toshinori – después de lo de las luces, supongo que no querrás volver sola.

Mientras Toshinori y Emi subían en busca de las otras dos mujeres, Rumi y Sekijiro, se dirigían hacia el reactor.  La mujer se encontraba visiblemente preocupada, después de todo les había dejado claro a sus compañeras que si pasaba algo, fuesen directamente con ella pero ambas habían ignorado sus palabras.

- Te aseguro que algo va mal- hablaba la mujer – Las dije que fueran hacia mi y ninguna vino, nos las tuve que dejar irse solas.

- ¿Y contigo van a estar más seguras? – respondió el hombre con un deje de molestia.
- Claro le meto al impostor uno de estos – dijo lanzando una patada al aire – y me mando al espacio, incluso tu estas más seguro conmigo

- Recuérdame que no te cabree Rumi – dijo con una media sonrisa mientras veía a la mujer de apenas 1´60, frente a sus 1,94, avanzar con confianza por el pasillo.

Unos metros más adelante se encontraba su lugar de destino, Rumi entró corriendo llamando a sus amigas, pero no había nadie.

- ¡RUMI! – La llamo Sekijiro desde la habitación de enfrente - ¡RAPIDO VEN!

La mujer ante el llamado se presento de un salto en la habitación, nada más entrar pudo ver como el cadáver de Nemuri se encontraba tirado en el suelo, había señales claras de forcejeo por toda la habitación. Sekijiro la toco suavemente del brazo y señalo hacia una de las esquinas donde había una de esas dichos rendijas. La mujer de pelo blanco comenzó a llorar desconsoladamente, sobre el cuerpo de su amiga. Hasta que Sekijiro la levanto del suelo, sacándola de ahí mientras la mujer peleaba.

- Tranquila – dijo mientras se daba por vencido y los dos caían al piso.

Rumi golpeaba el traje blanco de Sekijiro mientras las lágrimas rodaban por su rostro y su escafranda comenzaba a empañarse. Fue justo en ese momento cuando Emi y Toshinori llegaron.

Entre nosotros (Erasermic)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora