Hello&Goodbye

Capítulo 10: Marca (parte dos)

Klaus observó el techo de la habitación con cierta resignación. Definitivamente, su vida era un completo desastre. Bueno, ahora que lo pensaba un poco, su vida siempre había sido un desastre. Pero al menos en el pasado, o mejor dicho, en el futuro, diablos, ya ni siquiera sabía cuándo, al menos antes era un adulto y no tenía que soportar a su padre.

Ahora, habían vuelto a ser niños de quince años.

De acuerdo, quizás no todo era tan malo. Ben, su hermano favorito, estaba vivo. De hecho, dormía a su lado. Ben no se había despegado desde su llegada al pasado. Y aunque el resto de sus hermanos quería pasar tiempo con el resucitado Número Seis, su hermanito, notando su malestar de estar en el mismo cuarto que su alfa, prácticamente lo había secuestrado en su habitación.

Tocó su nuca donde la marca de unión de Cinco latía dolorosamente. Durante catorce años, el tiempo que Cinco estuvo desaparecido, la marca jamás había punzado ni dolido. Todo lo contrario, era como si el vínculo hubiera quedado nulo. Lo que le permitió vivir una vida relativamente normal, como si fuera un beta más. Claro que su omega estaba de duelo por el vínculo fracturado y por la pérdida, pero era más como un molesto fantasma que lo atosigaba, estaba allí; no obstante, con las drogas en su sangre, su lado omega quedaba silenciado. Durante catorce años fue libre.

Desde que Cinco volvió durante el funeral de su padre, su marca había comenzado a doler, y su omega, que estuvo dormido durante años, pugnaba por salir. Odiaba sentirse tan vulnerable, tan necesitado. No obstante, pudo controlarlo mientras consumía sus drogas, pero ahora, estaba sobrio, en un cuerpo adolescente que no utilizaba mayor placebo que los supresores y la marihuana. Su lado omega parecía ganar terreno y su lado humano luchaba por controlarlo.

Se abrazó más al cuerpo de Ben, no pasaría mucho tiempo antes de entrar en celo, y cuando eso ocurriera, volvería a caer en las redes de su hermano, de su alfa. Cinco lo miraba como un verdadero depredador, eso lo asustaba y excitaba de igual forma.

Malditas hormonas.

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Ben estaba preocupado. Klaus sollozaba mientras se aferraba a su cuerpo, luchando con su lado omega. Sabía del sufrimiento de su hermano y temía que volviera a recaer en las drogas para acallar su vulnerabilidad.

Tantas cosas habían salido mal en sus vidas, y ahora, estaban de vuelta en el pasado, semanas antes de su muerte. No sabía si Cinco lo había planeado así o era por simple casualidad. Conociendo a su hermano, seguramente todo fue fríamente calculado. Porque si había algo que reconocer del alfa, era que éste era endemoniadamente astuto e inteligente, una combinación peligrosa a su parecer.

Por eso su padre adoraba a Número Cinco.

Ben acarició el cabello de Klaus. Estaba asustado: por Klaus, por su padre y sus decisiones maquiavélicas, y por su futura muerte. En verdad no quería volver a morir, pero había cosas que se escapaban de su control.

No pudo evitar preguntarse si en este nuevo presente, ¿Klaus sería obligado por su padre a unirse a otro alfa?

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A Cinco le resultaba adorable la forma en que Ben y Diego trataban de proteger a su omega, ocultarlo de él. No era un hombre paciente, pero aquellos años en soledad le habían enseñado a controlarse, a acallar su lado Alfa.

Era la segunda vez que Klaus se escapaba de él, con ayuda de Ben o Diego. El travieso omega solía ocultarse detrás de sus hermanos. La huida poco planificada de Klaus y sus hermanos le causaba cierta ternura. ¿Realmente Klaus pensaba que podía escaparse de él?