Es algo vergonzoso que alguien como él, este escondido en un callejón, observando a su mejor amigo desde una distancia segura y tratando de ocultarse detrás de un periódico, donde la portada habla de las criaturas que invaden la ciudad desde hace algunos meses.
"Deberíamos ir por nuestro omega" Escucha las voces de las bestias en su cabeza. A esta altura, luego de seis largos y tortuosos meses, se ha acostumbrado a escucharlos, e incluso puede decir con cierta confianza que puede ignorarlos, hasta cierto punto, o controlarlos lo suficiente para impedir que hagan algunas locuras
Ben aún puede recordar una época más tranquila de su vida. Una donde no incluía monstruos, ni laboratorios que lo persiguieran, ni la constante amenaza de tener que está peleando con otras criaturas que podían asesinarlo en cualquier momento si no se defendía.
Se siente casi primitivo, algo que nunca se ha permitido ser, incluso cuando es un alfa.
Su vida solía ser bastante monótona, donde la única cosa que realmente quería era: invitar salir a su lindo amigo omega.
Aun maldice el momento en que decidió investigar a fondo los laboratorios Hargreeves cuando Klaus desapareció misteriosamente. Si tan solo no hubiera entrado a aquel sector prohibido buscando a Klaus, estaría concentrado en su libro o pensando a qué lugar llevaría a cenar a Klaus.
"Aun sigues siendo un perdedor, Ben" El alfa frunce el ceño ante el regaño de aquellas criaturas. "Podríamos entrar y tomar lo que es nuestro" incitan
"¿Puedo recordarles lo que ocurrió la última vez que interrumpimos una cita de Klaus?" los Horrores permanecieron callados.
Ben, no ha olvidado aquel vergonzoso y traumático momento.
Llevaba algunas semanas tratando de controlar a las bestias de Eldritch, y estas se apropiaron de su cuerpo y siguieron a Klaus hasta uno de los más lujosos restaurantes de la ciudad. Donde terminaron no solo arruinando la cita de Klaus, sino que también terminaron dentro de un tanque de langostas para poder comerlas mientras aún estaban vivas, porque los Horrores odiaba comer a los animales muertos. "No somos carroñeros" le habían dicho.
No había sido capaz de volver a hablar ni ver a Klaus desde ese momento. Demasiado avergonzado y enojado.
Incluso cuando el castaño aun lo buscaba, preocupado por su nueva actitud.
"Es porque es nuestro omega" dicen con cierta alegría y arrogancia, Ben le cuesta admitirlo, pero no puede evitar sentir ciertos celos al escuchar la palabra nuestro y no suya.
Parásitos, piensa para disgusto de los tentáculos
"No somos parásitos" protestan en conjunto, y Ben solo quiere tener a mano una gran campana, para hacerla sonar y poder callarlos durante cinco minutos.
"Lo son, viven gratis en mi cuerpo" indica con enojo mientras cierra la campera de cuero, Klaus sale del restaurante.
Como lo hace desde hace algunas semanas, Ben sigue a Klaus silenciosamente.
"Somos las bestias de Eldritch" indican "Somos criaturas de otra dimensión, deberías sentirte orgulloso de ser nuestro portador"
"¿Orgulloso? ¡Arruinaron mi relación con Klaus y mi vida es un desastre!" hay cierto enojo, y quizás es un poco injustificado, después de todo, Klaus fue su amigo por años antes de que admitiera que no quería al castaño como un simple amigo, y que sus oportunidades de una relación no platónica se le habían escapado, mucho antes, de la llegada de las bestias de tentáculos.
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Hello&Goodbye
FanfictionSerie de oneshot y pedidos con respecto a Klaus Hargreeves. Capítulo 40: Dulce gatito (Kliego)